Revista Sonámbula, cultura y lucha de clases
Por Claudia Sobico
APU: ¿Cómo se gesta la idea de Sonámbula?
Pedro Perucca: Hace unos meses comenzamos a reunirnos y a pensar este proyecto. Los que hacemos Sonámbula venimos de diversos espacios y disciplinas, desde la literatura hasta la música, pasando por el periodismo y las artes visuales. Cuando nos juntamos por primera vez teníamos claro que queríamos intervenir y aportar en algunos debates culturales. Y que esas intervenciones podían –y debían- pensarse desde el campo popular. Ese es nuestro lugar de enunciación.
Decidimos llamarnos “Sonámbula. Cultura y lucha de clases”, porque nos interesa tomar como punto de partida la tradición marxista y utilizar sus herramientas de análisis. En esta época, de notables retrocesos ideológicos y discursivos, creemos que es valioso llamar a las cosas por su nombre. Por supuesto, sabemos que no hay un marxismo sino muchos marxismos. Nos interesa, entre ellos, las versiones más críticas y más heterodoxas. El equipo sonámbulo formó sus sueños leyendo a Antonio Gramsci, José Carlos Mariátegui, Walter Benjamin, Raymond Williams, Fredric Jameson y tantos otros. Ellos, sus proyectos críticos, funcionan para el portal como horizonte de posibilidad.
Y en la elección de esta figura monstruosa y dual que es la Sonámbula creemos que también se hace presente la idea de que el “develamiento” de la realidad, en un sentido positivista, es imposible. ¿Se puede despertar la sonámbula sin dejar de ser sonámbula? Proponemos entonces una praxis del extrañamiento como forma de percibir la existencia de velos (el primero, el más fundamental, en el lenguaje mismo), con sus dinámicas y sus conexiones.
Por supuesto que el hecho de que la protagonista de esta historia sea una mujer también dice algo sobre nuestra posición feminista. En el equipo hay varias nietas de aquellas brujas condenadas a la hoguera a lo largo de los siglos. Y todos nosotros creemos que hoy no hay pensamiento crítico sin tener en cuenta esa dimensión de nuestra organización social.
Por último, el nombre también intenta conectarnos al trabajo de Ricardo Piglia, autor del guión de la película homónima de Fernando Spiner. Su figura también nos acompaña y nos guía en muchos de nuestros debates.
APU: Lanzaron la revista con un potente manifiesto. Contanos un poco de qué se trata.
PP: Entendemos por manifiesto un plan de acción, un programa. No queríamos escribir sólo un texto de presentación que “informara” nuestra aparición. Sabemos que el género que elegimos incluye en su tradición textos enormes que van desde el manifiesto comunista al surrealista. Pero no deja de ser un género, como cualquier otro. Y con mucha modestia pensamos que era importante generar, desde el inicio, una toma de posición y que esta herramienta podía servirnos para eso.
El carácter dual de la Sonámbula, a caballo entre el sueño y la vigilia, nos permite hacer visible que estamos en un mundo doble (y que es necesario pensar): forma y contenido, realidad y representación, valor de uso y valor de cambio, presente y memoria. Podríamos decir, también, estructura y superestructura. Esa sería, digamos, la madre de todas las dualidades y la que más nos interesa pensar.
Nuestra apuesta es por la complejidad, por el esfuerzo de pensamiento. Sabemos –porque la hemos debatido en otros ámbitos- de la tradición anti-intelectual del campo al que ingresamos. Podemos reconocer los prejuicios que despierta la reflexión tanto entre algunos sectores de la militancia como en algunos sectores de la academia que, aunque parezca curioso, recurren a posiciones intuitivas y sentimentales a la hora de dar ciertas discusiones. Como muchos de nosotros venimos de ahí, de ese debate, pensamos necesario en esta etapa salir de la consigna e ir hacia la elaboración crítica. En el campo de la cultura y también en otros campos.
Por último, planteamos una fuerte reivindicación de lo improductivo en el arte y en el pensamiento crítico. Si se quiere pensar esto seriamente habría que decir que el trabajo improductivo, tal cual aparece en Marx, es improductivo para el capital porque no genera ganancia. Pero muchas veces se confunde improductivo con inútil. Y así estamos.
APU: ¿Quiénes colaboran con la revista?
PP: Una parte de Sonámbula se dedica a poner en circulación producciones en poesía, narrativa, fotografía y crónicas. Esta sección es curada por Lali Destéfanis y en estos días ya se pueden leer en nuestra web un cuento inédito de Kike Ferrari y algunos poemas del poeta bilingüe (español y guaraní) Mario Castells.
Dolores Reyes trabajó un artículo que pone en relación la novela distópica El cuento de la criada, de Margaret Atwood, con las prácticas de resistencia feminista. Ella, además, fue una de las entrevistadoras (junto con Ezequiel Pérez) de Selva Almada, con quien hablamos sobre su participación en el rodaje de Zama, la película de Lucrecia Martel.
Por su parte, Mariel Martínez inaugura una columna que se propone pensar el imaginario con el que la literatura ha representado a las mujeres. Enemigas, aliadas, laderas o protagonistas, particularmente en sus versiones más monstruosas: arpías, brujas, sirenas o víboras.
Francisco Giannattasio nos aportó un análisis sobre las actividades del colectivo Fin de un Mundo (FUNO), que se convoca alrededor de la poesía y la danza y, entre otras iniciativas, han conseguido visibilidad por sus intervenciones callejeras.
Vamos a publicar una serie de artículos de Nicolás Zyssholtz que intentará pensar a los grandes cronistas del siglo XX, empezando por John Reed y que irá abriendo su mirada hacia otros autores como Ryszard Kapuscinski y Svetlana Alexievich.
En mi caso, junto con Juan Mattio, tuve una charla con Martín Kohan sobre “política y cultura”, que va a ser un eje del portal. Nos proponemos entrevistar a distintos autores y artistas que vengan pensando esta articulación. Y conversamos, también, con Horacio González por los 60 años de El Eternauta, tratando de conectar el género historieta con la tradición peronista.
Pero, como decíamos antes, no podemos pensar estos contenidos sin una forma. El desarrollo de la estética sonámbula fue un eje central durante los meses de preparación y se lo debemos a Malena Quinteros. Su interpretación visual del manifiesto es, sin duda, uno de los primeros logros del proyecto.
APU: ¿Qué contenidos promete?
PP: Creemos que los primeros contenidos en el portal muestran bastante bien nuestra propuesta. Hay, por ejemplo, tres entrevistas iniciales. ¿Por qué? Porque una de nuestros objetivos es darle la palabra a quienes creemos que pueden aportar con su reflexión. A la aparición de Horacio González, Martín Kohan y Selva Alamda se irán sumando otras en breve.
Entre ellas estará una serie de entrevistas a referentes sindicales y de organizaciones sociales dónde nos gustaría conversar de su relación con la cultura y la importancia que el cine, la literatura o la música puede haber tenido en su formación política y sentimental.
Otra serie que nos interesa es la de los traductores. Hubo, en los últimos años, nuevas traducciones de grandes obras que fueron hechas desde Argentina: Dante, Joyce, Flaubert, Beckett. Nos interesa indagar en qué supone para nuestra lengua y para nuestro mapa cultural este tipo de proyectos.
Y en las próximas semanas trataremos de meternos con Sarmiento desde distintos tipos de abordajes. Repensar estas figuras centrales de nuestro campo político y cultural es una de las tareas que se propone el portal.
En Sonámbula siempre habrá espacio para la ciencia ficción (comenzaremos con un perfil del gran H. G. Wells), el policial y el terror, para la música y las nuevas artes visuales, para el teatro que nos gusta y para la recuperación de algunas lecturas tan clásicas como olvidadas que iremos desempolvando y compartiendo desde la sección Rescates.
Probablemente vayan apareciendo también muchas ideas, colaboraciones y propuestas que aún ni siquiera hemos soñado. Sonámbula recién ha dado sus primeros pasos esta semana.