“Un concierto redondo”: homenaje sinfónico a Patricio Rey

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    Mario Esteban
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“Un concierto redondo”: homenaje sinfónico a Patricio Rey

12 Marzo 2023

Entrevistado por AGENCIA PACO URONDO, Mario Esteban director de Un concierto redondo: Homenaje sinfónico a Patricio Rey, repasó los comienzos del espectáculo que se estrenó en 2011, en la ciudad de Mar del Plata. De cómo fue trabajar con el material compuesto por la dupla Beilinson-Solari para poder traducirlo al lenguaje académico, cómo fue desde los inicios la reacción del público ricotero y de si tanto el Indio como Skay estaban al tanto de la propuesta. “Creo que el Indio y Skay deben saber de la existencia de Un concierto redondo, y aunque nunca recibimos algún comentario de parte de ellos en todos estos años, sí obtuvimos un silencio que autoriza”, detalló.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo nació la idea de hacer este espectáculo sinfónico sobre la obra de Los Redonditos de Ricota?

Mario Esteban: Recuerdo un día estar en mi casa y agarrar esos cancioneros que vienen con las letras y los acordes, lo puse sobre el piano y en vez de tocarlos y cantarlos tal cual son, comencé a improvisar sobre ese material. Y lo que sonaba me atrajo mucho, porque era muy raro. Melodías orientales muy exóticas que me fueron copando, todo era muy atractivo. De ese primer juego salieron 8 arreglos que subí de manera inocente en Taringa, una plataforma que a mediados de los 2000 era muy popular, Y enseguida empecé a captar que le gustaba mucho a la gente. Pasado un tiempo, el productor marplatense Mariano Darritchon me llamó y dijo: “Me bajé estos temas de un sitio de internet, traélos acá y lo llevamos al teatro”. Y si bien la propuesta me entusiasmó mucho, me di cuenta que, con lo que había, en veinte minutos se terminaba el show. Entonces lo llamo a Mariano y le digo: “Si no trabajamos en otros temas para que el espectáculo sea un poco más largo, nos van a matar” (risas).

APU: ¿Y cómo siguió la historia?

M.E.: Fueron varias idas y vueltas. Porque cuando Darritchón me pidió que arreglara más temas para piano, yo consideré que iba a ser un poco monótono y le pregunté qué otras cosas se podían hacer con el repertorio de Los Redondos. Entonces el productor me respondió: “Podemos convocar al Coro de la Universidad Nacional y La Orquesta de Mar del Plata”, y de esta manera arrancó el largo trabajo de arreglos. Te cuento una anécdota, el día del primer ensayo se me acercó el director de la orquesta y me dijo “Acá tenemos un problemita. Hay un tema que se llama ‘Masacre en el Puticlub’ que no podemos tocar, con semejante título”. A lo que simplemente le respondí: “Maestro, escuche el tema y si después no le gusta, no lo tocamos. Pero sería una pena que por el título lo dejemos afuera”. Finalmente lo escuchó, le pareció que estaba bien y lo hizo. Un concierto redondo finalmente se estrenó en 2011.

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APU: ¿Recordás cuál fue el primer tema que versionaste?

M.E.: Estoy entre dos, porque fue hace mucho tiempo. “Vencederos vencidos”, del disco Un baión para el ojo idiota (1988) o “El arte del buen comer”, incluido en Cordero atado (1993). Dos temas que pasaron a nuestro show tal cual como fueron concebidos, para piano solo. Y el primero que se hizo con orquestación sinfónica creo que fue “La bestia pop”, de Gulp! (1985)

APU: ¿Fue muy difícil el paso a clave sinfónica del material de una banda de rock tan cruda y ortodoxa como Los Redondos?

M.E.: Fue difícil porque hay dos formas de hacer este tipo de shows. Una es lo que hace la gran mayoría, que es poner una banda de covers adelante con guitarra, bajo, batería y un vocalista. Y por detrás una serie de instrumentos sinfónicos que hacen un colchón de acordes, rellenan y están para la foto. No prescindiendo de la tímbrica y la estridencia que tiene el rock, lo cual no es tan difícil de lograr. Y la otra manera es renunciando por completo a todo lo que sea eléctrico, no tener cantante y tratar de reemplazar lo que hace una banda de rock con los instrumentos académicos y punto. Que en definitiva es lo que nosotros proponemos en el espectáculo, dándole al público en la mayoría de los temas que no tienen vocalista la posibilidad de ir imaginando e incorporando un intérprete propio en el inconsciente.

APU: Si hay algo más allá del grupo por lo que el fenómeno ricotero es único, es decididamente por la efervescencia y la lealtad del público, las llamadas “bandas” ¿Qué pudieron observar de la gente que se acerca a ver el show?

M.E.: En un principio, cuando todo era más autogestivo, recuerdo ver ese público ricotero característico que venía con remeras y banderas de Los Redondos que colgaban de los palcos. Donde a veces se armaba quilombo con el personal de seguridad porque los pibes estaban fumando o bebiendo y no los dejaban. Y si bien uno entiende que los teatros tienen su propio reglamento, a nosotros esa efervescencia de los primeros años no nos molestaba para nada. Después, ese primer público de prácticas bien rockeras fue aminorando y hoy en día hay mucha más mixtura en quienes nos visitan. Pudiendo apreciarse gente de todas las edades, desde los abuelos con los nietos, padres que fueron a ver a Los Redondos al Estadio de Racing Club en 1998, por ejemplo, y vienen con los hijos, y también los iniciados en el mundo redondo. Por otra parte y, lamentablemente, como ahora Un concierto redondo es un evento que está manejado por una productora y tiene muchísimos gastos que son inherentes a la elaboración del show. La entrada se hizo un poquito más onerosa y ya no está accesible para cierto target. Aunque sigue siendo un espectáculo económico dentro de lo que es la oferta cultural de la ciudad de Buenos Aires.

APU: ¿Cómo fuiste conformando el elenco que integra Un concierto redondo?

M.E.: Como muchas cosas en la vida, se fue dando. Al principio era un rejunte de gente donde nadie se conocía entre sí. Aunque todos los integrantes son de orquestas renombradas del país y son muy buenos cada uno en lo que hace. Partimos en Mar del Plata de un quinteto de cuerdas, coro y piano. Esas fueron mis primeras herramientas de trabajo. Después, cuando traje el espectáculo a la ciudad de Buenos Aires, continuamos con ese formato y lo presentamos de manera totalmente autogestiva en el Teatro IFT, ubicado en la zona del Abasto. Mientras la orquesta se consolidaba, entre los integrantes nos fuimos haciendo amigos y decidimos quedarnos con esta formación musical, porque cuando suenan las cuerdas y el coro como un todo llegan al corazón de la gente. Por otra parte, siento que si quisiera ampliar la banda agregando, por ejemplo, trompetas y flautas, corro el riesgo de perder la esencia, que ya no sea lo mismo.

“A veces hay que dejar de lado las pretensiones artísticas personales o las ideas que puedan surgir y que terminan en una falta de respeto a la melodía y armonía propuesta por el autor”.

APU: Pensaba en el cuidado y el equilibrio que tenés que tener como director para que con los arreglos no se desvirtúe el proyecto original de una banda con tanta personalidad como Los Redondos.

M.E.: A veces hay que dejar de lado las pretensiones artísticas personales o las ideas que puedan surgir y que terminan en una falta de respeto a la melodía y armonía propuesta por el autor. La pedantería de querer mejorar lo que ya está hecho. Por otra parte, siempre digo que si bien al material original no lo considero una estatua de bronce que no se puede moldear, hay que tratarlo con mucho respeto. Aún cuando puedas llegar a deformarla al extremo, la obra debe ser trabajada con amor y pasión para que la gente reconozca que se trata de un homenaje, en este caso a Patricio Rey. Pero no es nada fácil, porque incluso durante el show, cuando llega el turno de interpretar alguna canción de la banda que es de las más arriba, al bajarle un poco la intensidad notamos cómo la gente se pone ansiosa porque está acostumbrada al ritmo original. Sin embargo, al ir escuchando la versión tan distinta que les ofrecemos el sonido les va entrando y les termina gustando. Aunque es comprensible que el que no tenga el oído entrenado, la variación les conmocione la memoria.

APU: Teniendo en cuenta que Rocambole participó en flyers con sus dibujos ¿Tenés conocimiento de si el Indio Solari, Skay o el resto de la banda escuchó el homenaje sinfónico a Patricio Rey?

M.E.: Hemos tratado de hacerle llegar el material al Indio de diversas maneras, ya sea por links o enviándole el disco en formato físico también. Y la verdad es que doy por hecho que le llegó, porque lo hicimos a través contactos muy directos, como por su propio sonidista, por ejemplo. Por otra parte, en algún momento estuvimos a punto de hacer un show junto con SemiDawi, el proyecto perfomático audiovisual que hacían el saxofonista Sergio Dawi y el bajista Semilla Buciarelli. Pero justo hubo un cambio de gestión que removió a todos los directivos del teatro donde nos íbamos a presentar y no pudo ser, lamentablemente. De todos modos, y volviendo al Indio y Skay, creo que ambos deben saber de la existencia de Un concierto redondo y aunque nunca recibimos algún comentario de parte de ellos en todos estos años, sí obtuvimos un silencio que autoriza.

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