“Una oportunidad” o la novela de peripecias moderna

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Reseña literaria

“Una oportunidad” o la novela de peripecias moderna

02 Octubre 2022

La premisa de la última novela de Pablo Katchadjian es la siguiente: un hombre se da cuenta de que está embrujado entonces acude a brujas y brujos de lo más variados y variadas para que se lo quiten y yira por su ciudad y por, prácticamente, el mundo persiguiendo este objetivo. Este hombre, que es el narrador, escribe este relato titulado Una oportunidad para explicar lo que le pasó y cómo lo resolvió, para que sirva de ayuda a los lectores en el caso de que en algún momento de la vida atraviesen lo mismo. La escritura sirve para ordenar y para entender, para clarificar, para explicar y para que quede de recuerdo. Dice el narrador en el capítulo uno:

(...) no escribo para mí ni para otros sino para contar algo que quiero contar que luego se pueda leer y sirva de ayuda; es decir, no para recrear. Porque ahora tengo un temor nuevo: que el tono liviano haga pensar que esto es un juego, o una travesura literaria, o alguna cosa horrible de ese sector de cosas. Y no, es algo que emana de una situación de mucha oscuridad. Estar embrujado no es algo liviano, esto es algo que debería entenderse.

La novela está llena de este tipo de declaración de intenciones, de puestas en escena hilarantes de metáforas viejas y ya vaciadas de sentido como “si no te subís al caballo no te sube nadie”, de reflexiones acerca del género de autoayuda. Después de todo, lo que quiere el narrador es darle consejos a los que lean este libro, por ejemplo:

Creo que lo mejor que dije hasta ahora en este sentido es: “Encontrar un lugar en que el embrujo no funcione”. Ese es el consejo que este libro da en este momento para todos los embrujados y embrujadas del mundo: en lugar de tratar de deshacer el embrujo, encuentren un lugar donde el embrujo no funcione. De haber sabido esto me habría evitado todas las vueltas que estoy contando.

Es una novela sumamente divertida que sostiene en todo momento la tensión narrativa y mantiene al lector completamente enganchado y queriendo saber qué es lo que va a pasar.

Los personajes que pueblan esta historia son de lo más desopilantes, como la mayoría de los personajes de Katchadjian. Hay una bruja “como las de antes” que no atiende el teléfono, una bruja “moderna” llamada Alberta y una bruja “con sus propios métodos” llamada Sandra. Hay bar de vinos que se especializa en mezclar lo que sobra de los vinos elegantes de los restaurantes caros para crear blends riquísimos, que resaltan lo mejor de cada elemento. Este bar es atendido por Camila, el interés romántico del protagonista, que lo acompaña a ver a las brujas Sandra y Alberta. Hay un amigo de la secundaria, llamado Miguel, que es un exitoso escritor de literatura gauchesca aunque no le interese para nada la literatura gauchesca. Hay una secretaria de estudio jurídico, llamada Sol, que quiere dejar el estudio jurídico para dedicarse a tiempo completo a escribir horóscopos para un brujo mexicano llamado Portento. Hay corresponsales de guerra de todos los países, hay mozos, hay policías que van de a pares, y la lista podría seguir. 

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Pablo Katchadjian
Foto: Télam

La novela está llena de preguntas y respuestas pseudofilosóficas, pseudoliterarias, cliché pero no tanto por ser cliché a propósito y renegar de eso, darle una vuelta de tuerca. Siempre en la búsqueda de una desestabilización total de las circunstancias, del estado de las cosas. Lo interesante siempre es tensar dos cosas, dos ideas, dos propuestas, para ver qué sucede con eso: “Cuando yo supe que siempre había sabido que estaba embrujado sentí una especie de alivio tensado con una máxima preocupación, y entonces empecé a pensar que una bruja podría resolver mi problema”, dice al comienzo del capítulo uno el narrador. Este es el tono que mantendrá a lo largo de todo el relato: reflexión mezclada con ocurrencia mezclada con preocupación mezclada con decisión.

El humor tiñe toda la novela sin ser alevoso, forzado ni tonto. No se pueden señalar chistes ni situaciones risueñas per se. Simplemente es gracioso. Es una novela sumamente divertida que sostiene en todo momento la tensión narrativa y mantiene al lector completamente enganchado y queriendo saber qué es lo que le va a pasar ahora a este hombre que lucha desesperadamente (pero no tanto) por desembarazarse de un embrujo que le hace la vida imposible. La miseria es miserable y la alegría, pura y total, bellísima. La proliferación, medida. La hipérbole, justa. Una novela de peripecias moderna mezclada con disquisiciones sobre la vida, que más que dar respuestas, aunque eso parezca, nos deja con muchas preguntas.