20 años sin el Pocho Lepratti: el recuerdo del Ángel de la Bicicleta
Por Paula Viafora
Es diciembre de 2021 y hace calor en Rosario. Las barriadas pobres parecen más tristes estos días. Si bien una inminente nochebuena que sucederá en breve quizás ayude a olvidar por un rato lo difícil de una vida cuesta arriba, es cierto que los días previos, sobre todo el 19 y el 20 de diciembre, dejarán un sabor muy amargo en muchos. Y más este año o más a los que sienten más el paso del tiempo pesa más cuando un aniversario completa una nueva década. Como sea, el calendario nos recordó hace unos días que el 19 de diciembre se cumplieron 20 años del asesinato de Claudio “Pocho” Lepratti. El militante popular asesinado en Rosario había nacido en 1966 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Fue estudiante de Derecho de la UNL (Universadidad Nacional de Litoral) y ex seminarista. Todo quedó atrás para transformarse en militante social, sin dejar de ser un referente religioso y en ese marco, guió a los jóvenes en múltiples actividades. Más tarde, acompañó luchas de trabajadores como delegado de ATE.
El día de su muerte, subió al techo de la Escuela 756 en el Barrio Las Flores, para pedirle a los policías que habían llegado hasta allí que no disparen. Todo era un caos generalizado de saqueos y corridas. En el interior solo había niños comiendo. La respuesta fue un tiro en la tráquea que le provocó una muerte instantánea. Como otras víctimas del accionar represivo de las fuerzas de seguridad hubo reclamos, marchas, protestas. También hubo una sentencia que condenó al culpable, Esteban Velasquez, por homicidio agravado por el uso de arma. Sus familiares recibieron un resarcimiento económico.
Pocho vive en el Pueblo
Su nombre fue tomando cuerpo en la memoria colectiva. En Rosario se lee “Pocho Vive” en muchas paredes, hay algún mural que sin decir nada, tiene pintada una bicicleta, y también se sabe que es un homenaje, León Gieco lo inmortalizó en una canción llamada “El Ángel de la Bicicleta”. “Sacamos cuerpo, pusimos alas y ahora vemos una bicicleta alada que viaja por las esquinas del barrio, por calles por las paredes de baños y cárceles”, dice la canción que la homenajea. Estos días de diciembre será especialmente recordado en distintos barrios. Es una víctima más de tantas jornadas en las que la lucha popular fue noticia a costa de vidas que se esfuman y dejan, además de tristeza, un vacío irrecuperable de resistencia y compromiso. Era feliz en una casilla del barrio Ludueña organizando a los pibes y “soñando un mundo distinto, un mundo donde quepan todos los mundos”. Pocho se fue, soñemos por él.