La censura de Vera Vigevani de Jarach y el recuerdo de Auschwitz
Por Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte
“La exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas en la educación… Pero el que se haya tomado tan escasa conciencia de esa exigencia, así como de los interrogantes que plantea, muestra que lo monstruoso no ha penetrado lo bastante en los hombres, síntoma de que la posibilidad de repetición persiste en lo que atañe al estado de conciencia e inconsciencia de estos. Cualquier debate sobre ideales de la educación es vana e indiferente en comparación con este: que Auschwitz no se repita”. Theodor Adorno
Adorno nos facilita sus reflexiones como si las hubiera escrito para este presente que se ha producido en San Isidro, un hecho sorpresivo y grave vinculado al ámbito educativo, al tema del genocidio y a la búsqueda por generar condiciones para la NO repetición de los peores crímenes que se puedan cometer contra la humanidad. Nuestra Comisión Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte, como saben todos y todas quienes nos conocen, sostiene con mucha firmeza ese horizonte de valores y acciones, y así seguirá siendo.
Traicionando el sentido de la educación como herramienta para formar hombres y mujeres sujetos de derechos, éticos, libres y pensantes, el 4 de julio se impidió el ingreso de Vera Vigevani de Jarach, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y de la Fundación Memoria Histórico Social de la Argentina, a la ESS N°8 de San Isidro.
Protagonista de los últimos 80 años de historias trágicas (ella y sus padres llegan al país huyendo de las leyes raciales de Italia, su abuelo fue asesinado en Auschwitz y su hija Franca, llevada a la ESMA, fue “trasladada” en un vuelo de la muerte), pero también de historias de resistencia y confianza en que otro mundo es posible, Vera esperaba el encuentro con alumnos y alumnas de 5to y 6to año del establecimiento educativo. Los jóvenes, luego de un intenso trabajo con su docente, estaban listos para ese intercambio. Allí, ante ellos y ellas, se sentaría una mujer sabia que mucho ha aprendido del dolor irreparable que producen las violencias, y que hace muchos años abrazó el nunca más volcando sus fuerzas al trabajo con jóvenes. Ante ella estarían esos jóvenes con sus preguntas, reflexiones, inquietudes, ganas.
Aún está por verse quién o quiénes son los responsables de la decisión de impedir el ingreso de Vera a la escuela, pero sin ninguna duda el daño producido requiere una reparación: Vera debería poder encontrarse con los y las alumnos/as que la esperaban y se prepararon para recibirla, y las/los responsables deberían ser sancionados. Ser adultos y con responsabilidades directivas implica hacerse cargo de las decisiones adoptadas, no da derecho a hacer cualquier cosa. Eso poco tiene que ver con principios democráticos, y mucho se vincula al autoritarismo como manera de ejercer el Poder.
Esperamos que reparación y sanción se concreten. De ser así, además dos de las enseñanzas de Vera se estarían produciendo.
1- “Nunca más el silencio”: denunciar lo sucedido con la arbitrariedad y el autoritarismo que encarnan es fundamental, pues está permitiendo visibilizar actos que van en el sentido de la censura, el negacionismo. Ante un acto injusto JAMÁS callar, para poder poner un freno y revertir la injusticia. Nunca más el silencio ante la mentira o el engaño.
2- “Nunca más el odio”. La forma de gestionar las diferencias tiene que ver con la posibilidad de aceptación de lo distinto y no de su eliminación, física o simbólica. La pelea por las diferencias hay que darla con ideas, razones, fundamentos, NO cerrando puertas.
No queremos otros Auschwitz, como no queremos una Argentina con campos de concentración, desaparecidos, doctrinas Chocobar, ni gente muriendo en las calles de hambre y frío. Queremos un modo de gestionar las diferencias sostenido en el valor de la vida.
El camino construido por Madres y Abuelas por memoria, verdad y justicia son el suelo que pisamos y al que aportamos cotidianamente, por eso seguimos apostando al potencial transformador de la educación como herramienta preventiva contra el genocidio y estamos convencidos que el pasado debe ser enseñanza presente para poder transformar el futuro.
Nunca más el silencio
Nunca más el odio
Antes y ahora la lucha es una sola
30.000 compañeros/as desaparecidos/as presentes!