La Matanza: homenaje a María Elena Gómez, detenida desaparecida
Por Camilo Carbonelli
María Elena como su esposo, Oscar Manuel Cobacho, eran militantes Montoneros. Oscar cae en una cita en las inmediaciones de la Estación Ramos Mejía del FF.CC Sarmiento. Lo obligan ir a su casa donde secuestran también a su mujer. Fueron vistos en el ex centro clandestino de detención y tortura “El Olimpo” y siguen desaparecidos. Al momento de su detención criaban a sus dos hijos, Juan Martin y Leandro Manuel, que fueron entregados a sus abuelos. Sara Cobacho, Madre de Plaza de Mayo, es la madre de Oscar.
El homenaje fue realizado en la Escuela Normal Superior Dr. Mariano Echegaray en Ciudad Evita, La Matanza, donde cursó sus estudios secundarios. En el acto de conmemoración habló Pablo Pimentel, titular la APDH, vecino de María Elena, amiga de sus hermanas y que conoció su “trabajo social en la Villa Puerta de Hierro junto a su padre”.
Recordó la época donde fue fundada Ciudad Evita que luego del golpe de 1955, Gendarmería ocupó un predio que actualmente funciona una escuela de la fuerza. Al respecto, expresó “esa misma escuela que formó los gendarmes quien hoy están reprimiendo las luchas sociales como fue la de diciembre por la reforma previsional y como reprimieron a Santiago Maldonado”.
También participaron el Director de Derechos Humanos del Municipio, Miguel Rocha, los Concejales matanceros Beatriz Yampolski y Adrián Pagani, el Concejero Escolar Alejandro Schwartzman, la Directora de las Escuela, una estudiante represente del Centro de Estudiantes, Teresa Gómez hermana de María Elena, y Sergio Cobacho, hermano de Oscar. En un emotivo discurso, Sergio afirmó que cuando secuestraron a su madre, Sara, en Santa Fe, cuando tenía 12 años y su hermana de 6, vinieron a vivir a Buenos Aires con María Elena y Oscar, quienes los mandaron a la escuela y los protegieron. “Fueron un ejemplo en luchar por un país más justo”.
Al final del homenaje cerró el acto Juan Martín Cobacho, hijo de la pareja de desaparecidos. Este agradeció a todos “por el reconocimiento a María Elena que tardó cuarenta años y que servirá para que nunca más se produzca otro genocidio”. Aclaró “este tipo de homenajes es un ejercicio permanente de mantener la memoria activa de nuestra sociedad, nos mantiene vivos para pensar de que un genocidio en la argentina no vuelva a suceder, en tiempos de negacionismo, donde se niega un genocidio, nosotros los que estamos en los territorios, militantes, la sociedad en su conjunto con estos pequeños actos de memoria son herramientas únicas que tenemos para contrarrestar ese discurso que baja desde el Estado nacional”.
Al cierre del acto se descubrió una placa en el frente de la Escuela, en Homenaje a María Elena, como ex alumna, la cual estaba cubierta por una bandera argentina, como símbolo de su lucha militante junto a su esposo. Ambos la llevaron a Ezeiza el 17 de noviembre de 1972, cuando Juan Domingo Perón regresó a la Patria.