"El movimiento nacional tiene que empezar a discutir para adelante"
Por Daniel Dussex y Nicolás Rojo
APU: ¿Como senadora nacional y mujer cuál es tu mirada sobre el movimiento de mujeres que tuvo un especial énfasis en marzo con el 8M?
Hay un cálculo realizado respecto de la diferencia e igualdad entre hombres y mujeres, establece que al ritmo que vienen las conquistas del colectivo de mujeres, harían falta alrededor de 70 años para que estemos en un pie de igualdad. Es decir para que hagamos efectivo un derecho, un derecho constitucional, un derecho humano.
En este sentido, me parece que para poder achicar esa cantidad de años, es necesario avanzar en una serie de medidas que no abarcan solamente la paridad política en cuanto a los cargos electivos legislativos. Me animo a ir un poco más allá. Me parece que esta paridad del 50 y 50 debe producirse en el Poder Ejecutivo y también en el Poder Judicial, porque la perspectiva de Género debe abarcar los tres poderes del Estado. De nada nos sirve tener legisladoras mujeres en paridad con los varones, de nada nos serviría tener mujeres ocupando los cargos legislativos del Estado, si luego en el marco de la Justicia, a la hora de dictar sentencias, los fallos no tienen perspectiva de Género. Al aplicar la ley no se tienen en cuenta los más mínimos derechos de las mujeres.
Entonces, me parece que la política de igualdad, la política de avance en materia de derechos de Género, sin lugar a dudas debe abarcar los tres poderes del Estado. Eso va a significar que la mujer esté sentada en los lugares de toma de decisiones, de manera tal de poder achicar esos setenta años que pronostican para que hombres y mujeres estemos en pie de igualdad.
APU: Sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, está el debate del aborto en el Congreso, ¿Cuál es tu postura al respecto?
Entiendo que es un tema de tal profundidad, que desde ningún punto de vista debió ser banalizado y utilizado por el Gobierno Nacional como lo ha hecho, para tapar discusiones sobre este modelo económico que al profundizar la distribución regresiva del ingreso también perjudica fuertemente al colectivo de mujeres, porque el concepto de la feminización de la pobreza no es un concepto aislado, está fuertemente arraigado a lo que nos pasa a cada uno, todos los días en nuestro país, en nuestra región.
En la medida que se afianza un modelo económico que ajusta cada vez más sobre los sectores populares y medios de la población, las mujeres caen en una situación de pobreza y por tanto de avasallamiento de sus derechos.
El Gobierno Nacional que pretendió plantear una agenda cercana a los derechos de las mujeres, ha sido absolutamente hipócrita. ¿Por qué digo esto? Porque al mismo tiempo ha desarticulado los programas y quitó recursos del presupuesto nacional destinados a la educación sexual integral, una herramienta fundamental para que la mujer pueda decidir. Las mujeres deben estar informadas para decidir respecto de sus cuerpos, para decidir si quieren o no tener un embarazo. Por lo tanto voy a acompañar el proyecto de despenalización, en el entendimiento de que es una política de salud pública y también es la última ratio, con un Estado presente que garantice educación sexual y anticoncepción gratuita para el conjunto de las mujeres.
APU: Hablaste del modelo económico de Cambiemos que profundiza ajustes sobre los sectores que menos tienen, ¿Cuál es la estrategia política que la oposición debe darse para constituirse en una alternativa?
Nosotros tenemos que escuchar profundamente al pueblo argentino. El pueblo está deseoso de que exista o se le planteé un proyecto político hacia adelante que pueda garantizar su calidad de vida y sus derechos. Entiendo al movimiento obrero organizado como columna vertebral de este movimiento nacional, es uno de los sujetos que va a motorizar una alternativa de oposición.
Es el sujeto histórico que va a tener el protagonismo en esta etapa, porque los más afectados, sin lugar a dudas, son los trabajadores. Hay que reconstruir un proyecto político en torno al trabajo como gran ordenador social de una comunidad. Con respecto a esto tenemos un enorme desafío porque el trabajo del siglo XXI no es el mismo trabajo que el del siglo XX. Tiene enormes desafíos que son distintos a los que debió enfrentar en el siglo pasado y que forjaron la reconstrucción del movimiento nacional en Argentina. Ese trabajo que fundó la construcción de nuestro movimiento nacional, hoy debe ser analizado desde múltiples aristas porque evidentemente la tecnología, el avance en materia de informática, influyen fuertemente sobre el trabajo tal como nosotros los concebíamos.
El movimiento nacional tiene que empezar a discutir para adelante. Mientras el macrismo huye para adelante para no enfrentar el desastre económico y social en el que nos está sumiendo, nosotros tenemos que pensar en hacernos cargo de un Estado a partir del 2019, con la situación en la que seguramente lo vamos a encontrar. Tenemos la obligación como dirigentes políticos de preverla, de manera tal de tener claridad respecto de como se sale en materia social y como reconstruimos el empleo, este gran ordenador social de cara a los avances del siglo veintiuno. Me parece que el movimiento nacional debe replantearse todas estas cuestiones y que en ese sentido somos muchos los dirigentes políticos convencidos en discutir el proyecto político antes que los nombres.
APU: Precisamente, hablando de nombres, el tuyo está circulando en los medios como una de las candidaturas para la gobernación de Santa Fe, ¿aceptarías si te ofrecen la posibilidad de hacerlo?
Hay que seguir por este camino, profundizando el debate y sobre eso construir el proyecto político que viene. Depende del proyecto político que construyamos colectivamente. Si somos capaces en este tiempo que se avecina de construir el proyecto político para el conjunto de los santafesinos, un proyecto que debe girar en torno a políticas públicas en materia de energía, de empleo, de educación pública, de fortalecimiento de la salud. Un proyecto político que aborde, sin tener miedo por hacerlo, la seguridad porque ésta también es una demanda profunda del conjunto del pueblo santafesino.
Por supuesto que soy una militante política y estoy a disposición del proyecto, pero no es un tema que me quita el sueño. Trabajo, milito, participo, me esfuerzo en materia parlamentaria y recorro la provincia con el único objetivo y la única ambición de contribuir a este proyecto colectivo. Si mis compañeras y compañeros deciden eso, estoy a disposición y si es otro el compañero o la compañera que resolvemos encarne este proyecto político voy acompañar con todo gusto porque me parece que ésa es la función que tenemos que cumplir aquellos quienes recocemos cuál es la prioridad en este momento. Estoy convencida que es recuperar el gobierno de la provincia de Santa Fe y el gobierno nacional para ponerlo nuevamente al servicio del proyecto de desarrollo con inclusión social.
APU: ¿Cuál es la amplitud que debe tener la conformación de esta fuerza opositora?
Nosotros tenemos que abrazar a nuestras compañeras y compañeros más allá de la extracción política que tengan. Tener la amplitud de sentarnos en una misma mesa y debatir profundamente los temas que hoy atraviesan a la sociedad argentina y que ponen en vilo los derechos y la felicidad del pueblo. Ésa es nuestra obligación, por lo tanto no tenemos que ver enemigos en compañeros que pueden tener un matiz diferente, una mirada distinta o que pueden provenir de otros espacios políticos, por el contrario creo que éste es el momento en el cual se verá la grandeza de los dirigentes, en la medida que seamos capaces de deponer cuestiones individualistas, personalistas, sectarias y incluyendo al conjunto en este proyecto que estoy convencida, ya está en construcción.