La nueva Ruta de la Seda: Alberto rumbo a China
Por Gabriel Fernández*
El vínculo entre China y la Argentina ya es importante. A medida que transcurran los meses, resultará más profundo. La visita del presidente Alberto Fernández lo consolidará y un diálogo frente a frente con su colega Xi Jing pin, permitirá acelerar la conjunción.
Esto es así; y no porque las conversaciones no resulten habituales y fluidas, ideograma más, ideograma menos. Hace rato que ambos jefes de Estado despliegan una relación de intercambio armoniosa y fructífera.
Aunque en las líneas que se avecinan trazaremos informaciones concretas, antes nos animamos a sugerir que la serenidad evidenciada por el argentino se asienta en su carácter metódico, su estilo parsimonioso… pero también en algunas certezas sobre el porvenir.
Sucede que el volumen de los acuerdos en desarrollo es tan trascendente que resulta difícil imaginar a este Sur continental con problemas infraestructurales. También, que frente a la dureza del mercado mundial la Argentina se está dando el lujo de rechazar propuestas financieras suaves, como las que siempre tiene a mano el coloso asiático.
A decir verdad, para englobar un poco y luego adentrarnos en el detalle, el gobierno argentino ya conoce el diario del lunes, con los resultados de los partidos y los nombres de los goleadores. Xi Jing pin ha narrado con precisión el desarrollo de la Multipolaridad; Alberto lo ha entendido. Esto explica el último sprint arrasador de la política exterior argentina.
El lector interesado puede reconocer todo el trayecto a través de los textos presentados en estas páginas. Tanto en La Señal Medios como en Radio Gráfica hemos informado, desde unos cinco años atrás, cómo se venía diseñando la nueva etapa de la humanidad. Ahora, un gran paso de dos de sus protagonistas, está por concretarse.
Un llamado y dos cartas
Los primeros contactos serios surgieron durante la gestión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Fueron interrumpidos parcialmente por la suicida acción del gobierno de Cambiemos, que jamás visualizó otro horizonte que la rapiña interior acelerada mientras sus funcionarios hojeaban crédulamente medios destinados a mostrar al público una imagen antigua del globo.
Por estos tiempos, la Asociación Estratégica Integral es un hecho, pero sus detalles están en construcción. Mientras muchas naciones se desviven por hallar un nexo con la multifacética patria de Mao Tse Tung para rascar inversiones, la Argentina se ha ubicado como espacio prioritario para la misma y además de escuchar propuestas, sugiere cómo y dónde canalizar los recursos.
La cantidad de iniciativas en carpeta es voluminosa, lo cual ha llevado a los gobiernos de ambos países a agruparlas por zonas de interés para luego derivarlas a equipos de especialistas que las elaboran por separado y luego efectúan síntesis conjuntas. Este ordenamiento surgió de un diálogo a fondo que ambos presidentes concretaron en octubre del año pasado.
Tras escuchar el suave zumbido del cierre de la conversación, Xi Jing pin, cuya paciencia oriental no lo ha convertido en lerdo ni en perezoso, redactó una carta dirigida a su colega para ratificar conceptos y hacer pública la vinculación.
En ella afirmó que su país está dispuesto a “trabajar con Argentina para promover la cooperación de alta calidad en la iniciativa de la Franja y la Ruta, y avanzar en la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad”.
También realzó que China está lista para reforzar la cooperación con la Argentina en “la investigación, desarrollo y aplicación de vacunas contra el COVID-19”, y continuará ofreciéndole “apoyo y ayudas dentro de su capacidad en la lucha antipandémica”.
La rápida respuesta de Alberto resultó muy significativa. Indicó que tanto nuestro país como el que lidera su interlocutor sostienen el protagonismo multipolar, apoyan los “diálogos interestatales” y potencian “los diálogos regionales a fin de alcanzar un desarrollo armonioso”.
Añadió que “La iniciativa de la Franja y la Ruta conduce al refuerzo de la conectividad y la comprensión entre los dos países” y que “Argentina está preparada para fortalecer la cooperación con China en varios sectores, entre ellos el de las vacunas, e impulsar de forma conjunta el desarrollo de su Asociación Estratégica Integral”.
La Nueva Ruta de la Seda es el megaproyecto de China: una red comercial entre Asia, África y Europa, con llegada a América. Más de 100 países ya forman parte de esta iniciativa que combina la historia con la economía y la cultura.
Un estudio de la iniciativa permite observar que la misma implica una trama multipolar que puede permitir vías hacia la inclusión de regiones empobrecidas, estimular el desarrollo industrial y el intercambio comercial directo. En general, facilita la presencia y la influencia internacional de Eurasia.
En lo que se consideró un gesto para facilitar el diálogo, el Gobierno argentino resolvió desplazar a Luis Kreckler y designar al frente de la Embajada en Beijing a Sabino Vaca Narvaja, quien hasta el momento se desempeñaba como representante especial para la Promoción del Comercio y de las Inversiones en esa sede diplomática.
Hombre de la Universidad Nacional de Lanús, portador de apellido peronista y flamígero, es uno de los principales especialistas en el tema. Entre sus trabajos vinculados a las relaciones con el gigante asiático, Vaca Narvaja publicó dos libros: ¿Por qué China? Miradas sobre la Asociación Estratégica Integral, y China, América Latina y la geopolítica de la nueva ruta de la seda.
Los proyectos y el dinero
Vamos a los proyectos que anhela concretar nuestro país y, aunque ya están presentados ante las áreas específicas, serán impulsados por el presidente sureño en persona. Uno de los ejes es la generación de energía y fue elaborado por la Secretaría del sector, con la participación de representantes de las carteras de Economía y Producción.
Nuestro país necesita inversiones para desplegar la obra que busca mejorar la línea de transmisión desde Futaleufú hasta Puerto Madryn, y que energiza, a partir de esa central hidroeléctrica, a la planta de fabricación de aluminio Aluar.
También desea concretar el cruce del gasoducto por el río Paraná y el ramal hacia el norte de Corrientes a Misiones. Esto se denomina Etapa III del plan del GNEA, cuya realización beneficiará a la población y economías de dos jurisdicciones del NEA. La puesta en marcha de la Etapa III del Gasoducto del Noreste Argentino involucra una inversión inicial de $ 40.000 millones para el año venidero y otra de $ 30.000 millones para el 2022.
Otro proyecto destinado a buscar cobijo en la billetera china es la Central Térmica Manuel Belgrano II, cuyo costo aproximado es de $ 5.000 millones. La construcción de esta central de ciclo combinado brindará al sistema eléctrico una potencia de 810 MW.
Asimismo se impulsa la construcción del Gasoducto San Jorge para transportar la producción hidrocarburífera de Vaca Muerta. Allí se pretende una inversión china por u$s 2500 millones. Implicará la construcción de un gasoducto de 1000 kilómetros desde Tratayen, en Neuquén a Salliqueló, en el distrito bonaerense. De concretarse, alcanzará una capacidad de transporte de 60 millones de metros cúbicos diarios.
El otro pedido oficial se refiere a la extensión de la red eléctrica del Area Metropolitana Buenos Aires. La compañía china State Grid ya resolvió participar en este proyecto. Incluye obras para la red Nacional 500 kV, Etapa 1, con futuro fuerte impacto en el Gran Buenos Aires. La idea es desplegar un programa destinado a ampliar las redes de 500 kV.
¿Llamativo? Sí, pero no es todo. Recordarán nuestros lectores que anunciamos profundización de acuerdos por $ 30.000 millones. Bueno, eso sigue y se refiere a una serie de obras de infraestructura, minería, comercio y transporte.
Ahora bien; según la revista y portal especializado DangDai “hay varias listas de obras posibles que se van alterando y cambiando de prioridades (aunque algunas son una fija) porque se negocian cada una con las provincias dependiendo del presupuesto y de la coordinación que hace Asuntos Estratégicos”.
Esta publicación señaló que “En el último listado aparecen obras en varias líneas ferroviarias, de carga y de pasajeros; en aguas y saneamientos, la ampliación de Cauchari, puentes, puertos, corredores viales, obras de conectividad y fibra óptica, trasmisión eléctrica de las represas Kirchner y Cepernic en Santa Cruz, centrales eléctricas y viviendas, entre otras, todo buscando que impacten en la trama socioproductiva argentina”.
“A China también le puede interesar el polo logístico en Ushuaia, de cara a la Antártida –destacó en febrero el medio citado-. Y quiere participar, a través de Shanghai Dredging (de la gigantesca CCCC) de la licitación por la hidrovía, entre los mayores emprendimientos. En el Presupuesto 2021 hay partidas previstas para algunas de esas obras, como ferroviarias y de energía atómica”.
Sin embargo, la obra más importante sería, según DangDai, la cuarta central nuclear. “Se negocian dos contratos. Uno es el comercial con la China Zhongyuan Engineering Corporation (CZEC), subsidiaria de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), que incluye la cuestión del combustible nuclear a utilizarse. Y el otro es el financiero, a cargo del banco ICBC, pero del que participan otras instituciones bancarias como el Ex Im Bank de China”.
Todo cuesta. “La obra sería por un total de 8.500 millones de dólares, de lo cual China financiará 85% (a comenzar a saldarse 8 años después, cuando el reactor comience a generar energía eléctrica.) y el presupuesto argentino 2021 ya contempla partidas para la obra”.
Según nos informaron Fuentes del área económica, el proyecto de instalación de reactores nucleares en Campana con tecnología estrictamente china data del gobierno de Cristina Kirchner. Tras el invierno nuclear del macrismo, la potencia re consideró el tema. Se trata de un desafío para ambos países, pues su concreción permitirá dejar afuera la tecnología canadiense que históricamente utilizó la Argentina para sus centrales nucleares.
El aislamiento y la inserción
Para sorpresa de varios, existen otros inversores probables en materia de energía nuclear. También portadores de esa “bomba” multipolar que desafía la hegemonía del capital financiero tradicional: Rusia y Alemania. Pero eso será motivo de otro artículo.
Por ahora, vamos con esta dosis de información. Si la pandemia lo permite –ya no es posible programar viajes con exactitud- Xi Jing pin y Alberto Fernández se verán las caras en el próximo mes de mayo. Estamos seguros que hablarán de muchos otros temas, relacionados con la agenda internacional y con el dinámico presente latinoamericano.
De concretarse aunque más no fuera una parcela de lo señalado, aunque si estos proyectos trascendieron es porque existen coincidencias de fuste, nuestro país estará recibiendo el volumen inversor más grande de su historia. Vale la precisión para aquellos que inundan los medios locales aseverando que las gestiones nacional populares se aíslan del mundo mientras las de matriz liberal nos insertan en él.
Esta nación del Sur, empecinada en el rumbo tercerista, se adentra en la Multipolaridad de pie, y de frente. Hemos dado cuenta del proceso que nos trajo hasta aquí. Seguiremos narrando, si Dios lo habilita, el desarrollo futuro de este sendero. De esta Ruta.
*Publicado en Radio Gráfica. Director de La Señal Medios y la Sindical Federal