Norberto Galasso: "Muchos opositores levantan su figura pero no tienen ni idea de quién fue San Martín"
Por Fernando Latrille
El historiador Norberto Galasso cumplió el 28 de julio 84 años. Sigue brindando su valioso aporte. Por encargo del Ministerio de Cultura de la Nación realizó un ensayo sobre Manuel Belgrano, que seguramente se conocerá superada esta etapa de la pandemia. El investigador tiene publicados más de sesenta libros, entre los que se destacan los dos tomos de Historia de la Argentina: desde los pueblos originarios hasta el tiempo de los Kirchner, donde realiza una rigurosa descripción de las diversas corrientes historiográficas. También, los indispensables dos tomos sobre Perón, publicados en 2005, que ante el conflicto con las patronales del agro por la resolución 125 en 2008, Néstor Kirchner recomendó leer a los entonces jóvenes de La Cámpora. Otra de sus obras destacadas es Seamos libres y lo demás no importa nada, sobre el libertador San Martín, que elogió el presidente venezolano Hugo Chávez. A un nuevo aniversario de la muerte de San Martín, entrevista exclusiva con Galasso.
APU: En el año 2000 fue que se publicó tu investigación histórica sobre la vida de San Martín, bajo el título Seamos Libres y lo demás no importa nada. Ese trabajo de 642 páginas lo sacaba a San Martín del bronce, colocado allí por la historia mitrista. ¿Ante un nuevo aniversario de su fallecimiento, el 17 de agosto de 1850, a los 72 años, ¿qué debemos saber o entender los argentinos de la vida de San Martín y qué aspecto te parece fundamental valorar?
N.G.: Uno de los aspectos fundamentales es su posición Hispanoamericana, diríamos en aquel momento, para no decir Latinoamericana que no era lo que se usaba por entonces. La idea que la libertad nuestra está estrechamente ligada al progreso, crecimiento y la justicia social de los países vecinos, del resto de América Latina. Por otra parte, su voluntad de servir al pueblo, de una manera permanente. En España como militar que luchaba por una España que quería modernizar, que es el hecho que lo lleva a él a venir al Río de la Plata. Un asunto que es bastante complejo, porque según cómo se explique ese regreso de San Martín al Río de la Plata, se pone en tela de juicio la interpretación de Mitre sobre la Revolución de Mayo como revolución antiespañola; la máscara de Fernando VII, que es una fábula, entonces casi nadie toma el tema, porque hay que explicarles a los chicos por qué la patria se festeja el 25 de Mayo y luego se festeja el 9 de Julio de 1816. Los chicos dicen: “La patria nació dos veces entonces”. No. No nació dos veces, la de 1810 fue una revolución democrática que reemplazó un gobierno virreinal por un gobierno popular.
APU: Pero no fue separatista...
N.G.: Claro, exactamente. Se da ese mismo fenómeno en Santiago de Chile, en Bogotá, se da en México. Es decir, son revoluciones que se extienden en todo Hispanoamérica y no con un carácter rupturista. Entonces, como en ese tiempo no había Internet para que se comunicaran, evidentemente es porque obedecían a las mismas razones, que era que España también estaba entrando en un proceso revolucionario a partir de 1808 y que San Martín era un hijo de la Revolución Francesa. Él hablaba de los derechos del hombre. Y en ese sentido- ahora que estamos en un año Belgraniano-, pasó algo semejante con Belgrano. San Martín y Belgrano están fuertemente influidos por la cultura española, por lo mejor de la cultura española. Que es la de los primeros años del siglo XIX. Entonces, este es otro aspecto fundamental de San Martín que hace que además él tenga una posición totalmente favorable hacia los sectores populares. Que tenga un cocinero negro, que para la época, y para algunos debe ser todavía escandaloso. Que habla de nuestros paisanos, los indios. Que tenga una actitud democrática permanente a pesar de que Mitre dice que cuando Belgrano y San Martín coinciden con la monarquía Incaica lo que están haciendo es claudicar de sus posiciones democráticas. Cosa que la rebate totalmente Juan Bautista Alberdi viejo. Cuando el Alberdi del exilio se replantea una serie de cosas, y dice que la monarquía Incaica era la vinculación del proceso de Mayo más hondamente con los pueblos originarios y que era la mejor salida para el problema que había en 1816, que no se podía declarar la república porque el mundo había girado hacia una monarquía. Esa idea de monarquía Incaica la formuló Belgrano como propuesta y San Martín la apoyó totalmente pero el Congreso de Tucumán se encontró con que había un Anchorena que dijo: “No, Incas no, porque los Incas son todos patas sucias y hay que ir a buscarlos a una chichería. Son gente color chocolate”.
APU: Este es un año Belgraniano como bien señalás. Se cumplieron 250 años del nacimiento de Manuel Belgrano y 200 años de su muerte. El ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, te encargó un ensayo sobre Manuel Belgrano, que seguramente se conocerá cuando esté superada esta etapa de la pandemia, ¿Qué nos podés adelantar de ese trabajo, con respecto a la relación de Manuel Belgrano con José de San Martín?
N.G.: Trabajé bastante, porque la pandemia me impedía salir a bibliotecas o a encontrar nueva información. Entonces, trabajé bastante con el epistolario de Belgrano. Hay una extensa relación que se produce a partir del momento en que Belgrano, después del triunfo de Salta y Tucumán, pierde en las batallas Vilcapugio y Ayohuma; entonces, el gobierno de Buenos Aires considera que hay que hacerle juicio por eso y considera que hay que reemplazarlo del mando del Ejército del Norte. Ahí hay una cosa interesante donde San Martín escribe una carta y le dice al gobierno: “He creído mi deber imponer a nuestra excelencia que de ninguna manera es conveniente la separación del General Belgrano de su ejército porque no encuentro un oficial de bastante suficiencia y autoridad que lo subrogue del mando de su regimiento ni que me ayude a desempeñar las diferentes atenciones que me rodean con el orden que deseo instruir a la oficialidad que a veces la oficialidad de cuadros medios se niega aprender lo que es necesario para nuestros movimientos. Sólo Belgrano puede suplir esta falta instruyéndome y dándome la noticia necesaria que carezco sobre estas tierras. Su buena opinión entre los principales vecinos y habitantes del pueblo es muy grande a pesar de os contrastes que ha sufrido. Insisto que sería un error desplazarlo”.
Interesante porque el gobierno le insiste a San Martín que vaya al norte y San Martín va al norte y no asume. Se presenta ante Belgrano como un colaborador. Belgrano incluso lo designa como segundo jefe. Entonces, cuando pasa el tiempo y San Martín no asume y mantiene una relación muy amistosa con Belgrano, desde Buenos Aires le dicen que se deje de dar vueltas al asunto y que tome la jefatura del mando. Belgrano, que era una persona con gran vocación patriótica y además con una gran humildad, reconocía que eso era fundamental. Porque él era un abogado que se había hecho General por las necesidades de la Revolución. Belgrano lo toma bien y dice que por fin tenemos ahora al frente del ejército del norte a un verdadero General. Y dice en una carta a Alvarado: “Mi estimado amigo, al fin he logrado que el ejército tengo un jefe del conocimiento y virtudes dignas del mayor y más distinguido aprecio. Estoy contentísimo con San Martín. Después de tanto trabajo y penalidades. Me he desprendido de todo amor propio y le pedí al gobierno que por qué nos hemos de engañar, a dónde y cómo voy a ser yo un General. He quedado a las órdenes de San Martín para ayudarle según los conocimientos que he adquirido”.
Entabla una relación muy buena que se fortalece cuando Belgrano plantea la monarquía Incaica. Porque San Martín la apoya junto con Güemes. Se produce esa disidencia con los diputados porteños que son los que hacen que se impida darle una forma, de la cual Alberdi considera que era la mejor fórmula. Y dice que es quizás el aporte más importante que Belgrano haya hecho a través de su lucha y trayectoria. Eso generalmente pasa como una especie de declinación del democratismo de San Martín y de Belgrano por la aceptación de la monarquía.
Después siguen siendo amigos. Una relación muy afectuosa. San Martín se va a la campaña. Belgrano sigue después en el ejército del norte. Tienen disidencias, una es que Belgrano es fervientemente católico y San Martín es un hijo de la Revolución Francesa también en el aspecto filosófico, es un escéptico. Belgrano le advierte que en los pueblos que se mueve, el catolicismo está muy arraigado y debe nombrar a determinada Virgen como generala de su ejército. Le advierte los problemas que puede acarrear su agnosticismo.
APU: Continuadores del Plan de Operaciones de Mariano Moreno, ¿se puede decir?
N.G.: Claro. Belgrano, por ejemplo, al leer todo su epistolario, él se definió muy contrario a la revolución de 1811. Esa revolución que liquida a la mayor parte de la junta morenista. Y que José María Rosa y muchos rosistas consideraron como un movimiento popular al de 1811. Y no es así. Belgrano dice que incluso cuando le van a mandar a un militar para que le ayude, dice no me van a mandar a Martín Rodríguez, porque a esos ya los conozco a todos y son uno peor que el otro. Porque Martín Rodríguez fue el impulsor, junto a los saavedristas, de la liquidación de los morenistas.
Belgrano incluso parece que había participado, aportado datos o sugerencias, para el Plan de Operaciones que después a su vez, ya muerto Moreno, San Martín pide todas las Gacetas donde escribe Moreno y hace una especie de Plan de Operaciones cuando expropia tierras y expropia caballos en Mendoza para formar su Ejército. Hay una línea que nos lleva a las cosas que hemos visto en 1945 y después con Néstor Kirchner y Cristina; es decir, nos lleva a una posición de creación de UNASUR, de la CELAC, crecimiento económico, deuda cero con el Fondo Monetario, que se da con Perón y con Néstor. Lo que ahora estábamos queriendo recomenzar después del triunfo sobre Macri y se nos cruzó este virus que nos ha complicado la vida. Y que da lugar a esta cosa insólita, donde se manifiesta gente que levanta la figura de San Martín y que no tienen ni idea quién era el verdadero San Martín, con sus palabras “Seamos libres lo demás no importa nada”. Para San Martín tenían un sentido muy distinto al que tiene para ellos, que tratan de desestabilizar un gobierno.