17 de octubre: el nacimiento del peronismo y los derechos políticos de las mujeres
Por Ludmila Sueiro / Fotografía tomada de la colección personal de Roberto Baschetti
El nacimiento del Peronismo
El 17 de octubre de 1945 está fechado como el nacimiento del peronismo. Pero los nacimientos no ocurren repentinamente, se gestan. El coronel Juan Domingo Perón había sido obligado a renunciar a sus cargos dentro del gobierno por los rechazos que generaba su figura dentro de la fuerza militar. Su historial en la Secretaría de Trabajo y Previsión, su creciente acercamiento hacia los trabajadores y su, hay que decir, transgresora relación con una joven actriz, no fueron características “apropiadas” para un militar de su talla. La indemnización por despido, las vacaciones pagas, los innumerables convenios de trabajo, el aguinaldo, entre otros, no fueron tampoco sin costo para una figura como él.
Perón es detenido y enviado a la isla Martín García el 12 de octubre. La presión de los obreros puso a la CGT en ebullición, quién declaró una huelga general para el 18. Pero un día antes el Pueblo habló. Miles y miles de trabajadores de todos los puntos del conurbano colmaron la Plaza de Mayo. La situación se replicó en los principales centros del país. El reclamo: “Liberen a Perón”.
“Interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria.”, dijo Juan Domingo Perón en su discurso luego de ser liberado con la promesa de que se llame prontamente elecciones libres. Ese día comienza un tiempo nuevo, de luchas, de conquistas y de ampliación de derechos. Los que hasta entonces eran invisibles, irrumpen en el seno de la vida política, y consagran a Juan Domingo Perón como su líder.
¿Peronismo y feminismo? Sí
Las imágenes de aquella jornada historica nos traen las caras en blanco y negro de miles de hombres que se obsvervan en el registro audiovisual, obreros, que salían de sus fábricas, si. Pero en esa marea humana no puede negarse la presencia de cientos y cientos de trabajadoras, de mujeres acompañando a sus compañeros que se sumaron a esa experiencia política de clamar por su líder.
Era un momento cultural y social, no solo político y económico, complejo para las mujeres. Eva Perón se dio cuenta de la gran desigualdad que encontraba entre hombres y mujeres: “Diré que el mundo actual padece una gran ausencia: el de la mujer. Todo, absolutamente todo en este mundo contemporáneo, ha sido hecho según la medida del hombre”
Pero como lo expone Araceli Bellota en su libro "el Peronismo será feminista o no será nada", fue el peronismo como movimiento quién vino a luchar por sus derechos: “Es el movimiento político que se propuso incluir a quienes hasta ese entonces estaban excluidos: los trabajadores, los niños, los ancianos y las mujeres. Desde entonces, ellas ya no lucharon solas por sus derechos por el resto las acompañó y viceversa”.
Una de las conquistas es la Ley 13.010. Un número que las mujeres deben guardar en la memoria no sólo por el derecho al sufragio fememino, que no es poco, sino porque es a la vez la posibilidad de ser elegidas. Es decir, el derecho de elegir y ser elegidas. Fue el 23 de septiembre de 1947 en el acto de promulgación, organizado por la CGT donde Perón y el ministro del Interior Angel Borlenghi, le entregaron a Evita en sus manos el texto de la ley. “Aquí está, hermanas mías, resumida en letra apretada de pocos artículos una larga historia de luchas, tropiezos y esperanzas. ¡Por eso hay en ella crispaciones de indignación, sombras de ocasos amenazadores, pero también, alegre despertar de auroras triunfantes!”
Eva Perón, Evita como le gusta a su Pueblo llamarla, se transforma en una figura que va a traspasar todos los papeles pensados para ella en su etapa. Al mismo tiempo, va a ser guía para miles de mujeres, a partir de la conformación del Partido Peronista Femenino. Esta fue la puesta en marcha de la participación de las mujeres del pueblo no solo en la escena política sino dentro de su partido. Evita convocó a las mujeres a trabajar por la unidad del movimiento y por la custodia de la doctrina peronista.
¿Podía, de esta manera, proclamarse Evita como “feminista” en la década del 40 cuando nacía el justicialismo como filosofía y doctrina nacional? Obviamente no podía hacerlo. Los feminismos que entonces se conocían en nuestro país eran réplicas de procesos extranjeros que en ninguna forma podían desarrollarse en el contexto del surgimiento del movimiento peronista. Pero como conductora de la transformación que impulsó en la vida de las mujeres de ese movimiento, posibilitó la conquista de derechos civiles y políticos. Incluyéndolas como sujetas civiles y políticas. En un proyecto amplio de restitución de derechos para todos los sectores vulnerados. Las puso en la esfera de la discusión y sentó así las bases de un feminismo propio, nacional y popular. Un feminismo que lucha por la igualdad, la justicia social y la soberanía. Por eso no hay argumentos para no identificarse con el feminismo, si se pertenece a un Movimiento que lucha contra la opresión.