Jorge "Topo" Devoto: "Es inagotable la vida de Néstor como militante"
Por Juan Cruz Guido y Miguel Martínez Naón
AGENCIA PACO URONDO: ¿Por qué un libro de testimonios sobre Néstor Kirchner y cómo nació la idea?
JORGE DEVOTO: Gente amiga de la editorial Planeta me planteó hace un tiempo hacer un libro donde yo contara mi vida junto a Néstor. Me pareció algo petulante de mi parte contarlo desde el yo, entonces le propuse a la editorial que sumáramos más voces. Hacer un coral de experiencias de compañeros que han transitado la vida de Néstor. Compañeros de la escuela secundaria, el mismo Alberto Fernández e incluso el Papa Francisco: yo había estado con él un par de veces y me escribió una carta muy afectuosa. Después empecé a sumar funcionarios, amigos, compañeros, el policía que lo custodió durante muchísimos años y después algunos de los jóvenes que se sumaron a su idea allá por fines de los ’90, 2000: el caso de Wado de Pedro, el ‘’Cuervo’’ Larroque, Fernanda Raverta y Juan Cabandié. Así fuimos sumando voces. Sé que no están todos, que falta mucha gente, pero no podía hacer un libro de 600 o 700 páginas. Pido disculpas porque seguramente he cometido alguna injusticia con algunos que tendrían que estar y no están.
APU: ¿Qué sensación le produjo ver la amalgama final de todos los testimonios reunidos?
JD: Los compañeros me iban mandando los testimonios y yo sentía que íbamos logrando lo que queríamos: que se ampliase la base de relatos, de miradas, historias anécdotas, lo que era Néstor en la actitud política, como estadista, como intendente y como amigo. La cantidad de anécdotas que Néstor producía, como consecuencia de romper los protocolos y acercarse al público. Esa imagen cuando llega a la Casa Rosada en mayo, me saluda y después saluda a la gente y se rompe la cabeza con una cámara de la Televisión Pública. Hay muchísimos relatos en los que está ese Néstor que muchísima gente conocía y otros no tanto. Acercarlos a ese hombre simple, que iba conmigo a la cancha de Racing.
APU: ¿Qué testimonio le sorprendió o conmovió más del libro a medida que se los fueron enviando?
JD: El relato del policía que lo acompañó es extraordinario. Cuando yo lo convoqué se emocionó. El de Juan Cabandié es impresionante también, el de Oscar Parrilli, porque tiene muchísimas horas al lado de Néstor. El de Fernanda Raverta, escrito a través de una foto. A mí el relato del Papa me conmovió mucho, además de que la carta la escribió de puño y letra.
APU: ¿Qué dimensión proyecta hacia el futuro a la figura de Néstor?
JD: A medida que va transcurriendo el tiempo, y uno hace la lectura del momento crítico en el que Néstor asumió la Argentina, su rol en la famosa reunión del Alca. Néstor tenía una visión estratégica extraordinaria, le ponía a la política mucha idea, pero a la vez mucha impronta, mucha energía. Muchas veces digo que, y que no sirva como consuelo, Néstor vivió a full su vida. Llegaba a la Casa de Gobierno las 7:45 y terminaba a las 23:30. Iba los sábados, los domingos, te podía llamar a las 6 de la mañana o cuando estaba en Europa con la diferencia horaria, a las 4 de la mañana. A mí me decía muchas veces: ‘’Escúchame, voy a hacer un acto en tal lado, fíjate cuánta gente hay y decime la verdad’’. Era obsesivo, no hubo funcionario o ministro que se haya tomado un fin de semana o vacaciones. Decía que el día después de gobernar íbamos a tener tiempo para descansar. Por un lado, era una gran aventura, desde los policías que lo tenían que custodiar, porque rompió todos los protocolos, hasta los ministros.
APU: ¿Cree que todos estos testimonios reunidos lograron condensar la vida de Néstor en sus distintas etapas?
JD: Nos hemos acercado bastante a lo que queríamos. En la medida en que hago estos reportajes, me doy cuenta que seguramente puede haber otra versión en el futuro de más historias por qué es inagotable la vida de Néstor como militante, como funcionario. Es muy difícil lograr en un solo libro todo. Me parece que hay una idea de lo que era Néstor en la escuela secundaria, en la universidad, cómo intendente, cómo amigo. Hay miradas de muchos qué observaban con sorpresa y dudas cuando asume. Yo les decía a muchos compañeros que se fueron acercando, sobre todo de las organizaciones sociales: ‘’Mira que esto es algo diferente’’. Resultó ser lo que resultó ser. Seguro que me faltaron muchas historias por contar.
APU: ¿Qué importancia tiene el libro en relación a la coyuntura actual?
JD: El libro no estuvo pensado para esta coyuntura. Nos encuentra en el medio de un fenómeno mundial que nadie de nosotros hubiera imaginado. Este libro es un aporte a la situación tremenda que vive la Argentina: con un nuevo gobierno que ha tenido que tomar decisiones que nunca hubiera pensado. Se encontraron con dificultades enormes que seguramente hubieran sido importantes incluso sin pandemia. Este es un libro que si algo puede lograr es el contagio a la convicción de que algo se puede transformar.
Néstor asumió con el 22% de los votos, estuvo a punto de no entrar al balotaje: desde esa debilidad que tenía cuando asume, a ese poder que se fue construyendo de a poco con los intendentes, con las organizaciones sociales, con la CGT.
Se necesitaba volumen político para salir. Este libro puede servir para contagiar ese espíritu que tenía Néstor. Él me decía en una ruta pérdida de la Patagonia: ‘’Nosotros vamos a ser gobierno’’. Yo pensaba que estaba loco.
APU: Hay muchos cuestionamientos al presidente Alberto Fernández, de propios y ajenos, y leyendo el libro la impresión es que Alberto fue casi de los fundadores del kirchnerismo: ¿Qué opinión le merecen estas críticas?
JD: En su momento, nosotros rompimos con el Fondo (FMI), tuvimos la Ley de Medios, impuesto a la riqueza por decreto, eso es imposible hoy en este mundo. Yo creo que el mundo ha cambiado. Cuando yo vivía en el exilio el mundo eran: Felipe González, François Miterrand, después Obama, ahora Trump. Yo aspiraría obviamente a un programa muchísimo más osado, pero los medios influyen, la gente moviliza, no es la Argentina ni siquiera de Néstor, cuando no teníamos Whatsapp ni redes sociales. El mundo cambió. Miren cómo hoy nos estamos comunicando por la pandemia (la entrevista es vía zoom). Yo creo que tenemos que ir de a poco, tenemos que avanzar, consolidar lo nuestro, y avanzar en la acumulación de poder para dar las grandes peleas. No es lo mismo sentarse a hacer una política común, como hacíamos con Evo Morales y Lula, que con esta gente. ¿Con quién planteas hoy políticas regionales? ¿Con Piñera, Bolsonaro?
Yo siempre soy un rebelde, pero sabiendo las limitaciones que tiene este gobierno en cuanto a lo económico, lo social. Yo no quisiera estar en los zapatos del presidente o algunos tipos que tienen que decidir entre liberar el comercio o tener camas para recibir a los pacientes. Es una situación muy difícil.