Natividad López y una foto que muestra la infamia de los bombardeos de 1955
Por Gogo Morete *
Las fotos del bombardeo son estremecedoras, pero hay una en particular una mujer acostada en la vereda mirando en su cuerpo lo que ya no está a unos pasos su pierna desgarrada, no hay dolor en esa mirada, sorpresa es lo que veo. A veces creo que esa foto es la síntesis del embrión del Terrorismo de Estado: aviones, tripulados por los hijos de una clase que se siente superior, dándole a los negros una lección de "democracia".
Después de la "chirinada" del 28 de septiembre de 1951, al fracasar el intento de golpe, el general Menéndez, expresó: "Ahí supimos que para voltear a Perón no bastaba con un golpe tradicional, iba a tener que correr mucha sangre".
Así lo entendió, quizá quien mejor lo explicitó, el teniente de fragata Baratta, mientras ocupaba el edificio del ministerio de Marina, con su ametralladora pesada desde una ventana del 5to piso los vio avanzar al grito de "La vida por Perón". "Les di el gusto, descargué una ráfaga y muchos cayeron", expresó con claridad en la causa Olivieri.
Es probable que en ese momento los Gloster - Meteor que venían desde el sur hayan impactado a Natividad. Años después me contó que sintió como un fuego. “Serían las 3 de la tarde, venía de Villa Martelli, tenía 26 años y 3 hijos. Circunstancialmente estaba en la zona, había concurrido en busca de una ayuda escolar”.
Hablaba pausado con una voz resignada: "No es fácil olvidarse, yo iba en el trole mirando y de pronto estaba en la vereda, no me desmayé, era como un dolor para arriba", se sabía que iban a pasar aviones, creimos que eran flores las que caían".
Catorce toneladas de bombas fueron el argumento contundente con que la marina de guerra y la fuerza área terminaban con la ingenuidad de Natividad y parían el Estado terrorista. Después del golpe sangriento de septiembre, a Natividad las cosas se le complicaron, ya no tenía pierna, tampoco la posibilidad de explicar su ausencia.
A la "dentadura que la mordía" (así llamaba a la prótesis), con dificultades para bañarse, dolor de cintura: "Todo me dolía". Se preguntaba "por qué me toco a mi".
Tuvieron que pasar 54 años para que el Estado reconociera el atentado terrorista más grande de la historia reciente. Fue con la sanción de la ley 26.564. Las leyes reparatorias solo son eso, reparatorias. No arreglan nada, reparan. Es como un vaso roto, lo podés pegar, podrás simular la forma, pero no contiene, por las heridas se escapa el líquido de la vida.
Cuando terminó su testimonio y le entregamos el libro, producto de nuestra investigación en el Archivo Nacional de la Memoria sobre los bombardeos, conoció algunos números:
- 308 muertos
- más de 1000 heridos
- 14 toneladas de explosivos
- 20 North American AT6
- 5 Beechcraft ATII
- 3 hidroaviones catalinas
- 20 Gloster Meteor
- 5 horas de bombardeo desde las 12,40, cuando cayó la primera bomba en el trole en Irigoyen y Paseo Colón, hasta las 17:40, último paso donde asesinan en la sede de policía de la calle Moreno a un oficial que estaba en su oficina del tercer piso.
El nieto de Natividad dijo ojalá que esto sirva para que no solo mi familia sepa qué paso el 16 de junio de 1955.
Hoy ya pasaron casi diez años de ese encuentro, no sé qué habrá sido de Natividad López, pero si lo encuentro al nieto seguramente le podría responder que sirvió, que son muchos los que rescatan ese momento trágico de la historia reciente.
Claro que me faltaría contar una parte si no le dijera que los mismos apellidos que bombardearon la plaza, hoy queman barbijos, son anticuarentenas y antivacunas. ¿Querés conocer algunos apellidos? Amadeo, Bullrich, Pinedo, Lanusse, Peña, Estrada...
* Integrante del primer equipo del área de "Investigaciones históricas" del Archivo Nacional de la Memoria