No a la reforma de la Constitución jujeña, por Fernando Esteche
No merece Jujuy que pensemos que se trata simplemente de un gobernante con vocación de tirano. Tampoco merece que vayamos a creer que solamente es el problema de la Constitución y una reforma que consagraría la concentración de poder. Tenemos que exigirnos ver que se trata de una dinámica de dominación que se ajusta a predisponer mejores condiciones de saqueo y depredación en el marco de su nuevo plan ALCA: agua, litio, combustibles, alimentos.
La generala Richardson (Comando Sur), Úrsula Von der Leyen (Unión Europea), Blinken (Secretario de Estado de EEUU), Wendy Sherman (Subsecretario de Estado de EEUU) y el embajador Stanley vienen desplegando una profusa agenda de “seducción” y de especializaciones y entrenamiento de fuerzas policiales cuyo objetivo es la adecuación frente a las eventuales reacciones contra la consolidación de un nuevo ALCA. No son casualidades las maniobras represivas gemelas o los disparos antilíderes para dispersar grupos, o los disparos a los ojos. Aprendidas del combate cotidiano que Israel desarrolla en Palestina ocupada, son tácticas de combate urbano contra poblaciones desarmadas que las policías de la “República Pluriestatal de Litio” viene aplicando de manera sistemática en Chile, Bolivia, Perú y han estrenado ahora en Argentina.
Los acontecimientos han demostrado lo que el pueblo jujeño viene padeciendo hace ocho años, pero estos días dijo basta. Con organización y en la calle puso al descubierto la verdadera cara del régimen de Morales. Nos hemos cansado de denunciar y de demostrar que Jujuy era el laboratorio de lo que la derecha puede desarrollar en todo el país. Hoy ya no es un laboratorio, Jujuy es parte de un plan macabro que va en contra de los avances que hicimos como sociedad en estos últimos 40 años de normalización institucional.
Como dijimos en 2017: “La Patria está en peligro” y necesitamos mirar con empatía esta situación, denunciemos cada hecho que viole las libertades de cada compañero y compañera. Denunciemos también los silencios cómplices de un contubernio perverso de la clase política. En 2016, Jujuy fue la primera provincia que tuvo 11 presos políticos, donde la referente y lidereza Milagro Sala fue detenida ilegal y arbitrariamente. Esas detenciones fueron planificadas por el gobierno nacional de turno. Gobierno que ejerció el lawfare como brazo de persecución y privación de la libertad, como lo sigue sufriendo nuestra compañera Milagro.
Desde las organizaciones del campo popular denunciamos una y otra vez al gobierno de Jujuy y a su servil Poder Judicial, por todas las irregularidades que cometieron, porque no se han garantizado en los sitios de detención la seguridad, ni la atención de la salud de las y los dirigentes hostigados. Además, se incumplieron en forma reiterada las disposiciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la pertinencia y condiciones de las detenciones. Por esto, seguimos pidiendo la aplicación de la figura del indulto para Milagro, ex parlamentaria de la Legislatura jujeña y del Parlasur, institución a la que no pudo ingresar debido a su arbitraria e ilegal detención.
Esta situación se expande a toda la sociedad jujeña, donde se reprime y detiene a docentes, pueblos originarios, sindicalistas, periodistas, dirigentes políticos, hombre y mujeres de un pueblo que dicen Basta. Es necesario que nos unamos en un grito: no a la reforma de la Constitución provincial. La Reforma constituye un estatuto legal de coloniaje, es la consagración de una economía de enclave avasallando derechos comunitarios, destruyendo fuerza de trabajo, raquitizando a expensas de la depredación.
Dicha reforma viola todos los avances democráticos que nuestra Patria fue consolidando en estos años. Elimina el derecho a votar cada dos años, el ganador de la elección tendrá la mitad más uno de los legisladores sin importar qué porcentaje saque. Y prohíbe el derecho a la protesta social, algo de lo que Morales no se cansa de decir en sus spots presidenciales y lo demostró reprimiendo.
Quienes ayer comandaron la Alianza del estallido de 2001, son los mismos que hoy prometen “acabar” con la Patria Piquetera. Los que hoy levantan autorías intelectuales, afines a las teorías de que los pueblos solo luchan como repertorios de algunos personajes destituyentes per sé son los mismos que construyeron el lawfare del macrismo. No tenemos derecho a subestimar su capacidad de daño.
Una mención final. Jujuy recibió varias veces más Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que Santa Cruz. Sumas que le permitieron construir una gobernabilidad con salarios de docentes, estatales y policías de 30 mil a 50 mil pesos. Los complementos salariales se alimentaron de esos ATN que maneja discrecionalmente el Ejecutivo nacional.
Hay un conjunto de dirigencia política comprometida con el nuevo ALCA, de ahí se comprenden los silencios incomprensibles. El Pueblo en tanto no se resigna ni se rinde.
El autor es docente, doctor, dirigente del Encuentro Patriótico y Frente Milagro Sala, y director del portal de noticias internacionales PIA.