¿Qué dijo la UCR de los bombardeos en Plaza de Mayo?
Por Federico Tártara
El 17 de Junio de 2017, la UCR Capital sacó un comunicado titulado “La otra cara de los bombardeos”, para de alguna u otra forma responsabilizar al movimiento peronista por los más de 350 asesinatos perpetrados en Plaza de Mayo. Algo muy dificil de poder entender, y lo fue tanto para los propios radicales, ya que el comunicado no se encuentra más en su web. Alguien lo mandó a borrar. La investigadora María Eugenia Casullo fue una de las que lo tomó en Twitter. Más allá de este dato, tirar del hilo de la historia puede mostrarnos en qué momento se gestó este argumento, pongamos horrible, por no decir otra cosa.
Uno de los discursos más esperados sobre los bombardeos - más allá del de Perón, por supuesto- fue el de Arturo Frondizi. El luego Presidente de la Nación brindó un discurso de más de media hora, muy largo. Fue dividido en segmentos (aspectos iniciales, los bienes vulnerados, las transformaciones de fondo, aspectos económicos, aspectos sociales, aspectos internacionales, hacia la emancipación democrática, repudio a los acuerdos) para elaborar una suerte de balance del gobierno peronista. Para ese entonces la Unión Cívica Radical no estaba dividida en Intransigente y del Pueblo, sino que estaba junta y el posicionamiento fue determinante. La palabra del principal líder opositor fue una de las concesiones que brindó Perón para negociar tras el bombardeo, y también incluyó a otras figuras del antiperonismo.
Dijo Frondizi en Radio Belgrano: “La respuesta de la Unión Cívica Radical está dada, por otra parte, por más de sesenta años de actuación política en defensa de los ideales e intereses del pueblo argentino. Por lo tanto, para el Radicalismo las bases de la pacificación no pueden ser otras que las finalidades por las cuales viene combatiendo desde el instante de su avenimiento a la vida nacional” y agrega que: “Al Radicalismo no lo mueve el rencor, el odio ni el deseo de revancha. No viene a expresar agravios ni a exhibir culpabilidades sino a exponer las grandes ideas en torno de las cuales será posible el reencuentro de los argentinos”.
El discurso de Frondizi del 27 de julio de 1955 no menciona (acá está completo):
- Las víctimas del bombardeo.
- No condena a los autores materiales de los hechos.
- No condena, no se solidariza con el intento de magnicidio al Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón.
El 29 de junio, la UCR había sacado un comunicado que un mes después sería ratificado en todas sus líneas por Frondizi. Decía el partido centenario: “La Revolución del 16 de junio es producto del Régimen (...) la responsabilidad de los trágicos sucesos del 16 de junio de 1955 es enteramente del gobierno”.
Miguel Angel Zavala Ortiz, radical unionista, voló uno de los aviones. Así fue establecido por el informe final que entregó Eduardo Luis Duhalde, el 16 de Junio de 2009, en el marco de las investigaciones que realizó el “Equipo Especial de Investigación del Archivo Nacional de la Memoria”. La UCR aún le realiza homenajes. Basta poner su nombre en Google.
Matar a Perón
A lo largo de su vida, el General Juan Domingo Perón tuvo que sufrir muchísimos atentados contra su vida, pero ninguno como que le tiren 29 bombas y más, mientras estuviese (protegido?) en la Casa Rosada. Cuenta el historiador Felipe Pigna: “Sobre la Casa Rosada cayeron 29 bombas, otras cayeron sobre la Pirámide y una sobre un trolebús lleno de gente. Centenares de personas se congregaron de inmediato en la Plaza para defender a Perón. Pero las bombas no cesaron. En la Plaza de Mayo y sus alrededores quedaron los cuerpos de 355 civiles muertos”.
Perón, al enterarse de la posibilidad de los bombardeos cruzó al Ministerio de Guerra. “Perón fue convencido de trasladarse al Ministerio de Guerra, cruzando Paseo Colón, desde donde, a las 12.40 horas, escuchó el bombardeo. Era la primera capital de Sudamérica en ser bombardeada por sus propias fuerzas armadas”, dice Pigna.
El trolebús
Luis Elías Sánchez, era fotógrafo del diario Noticias Gráficas en junio de 1955, y fue uno de los primeros en llegar a la zona de Casa Rosada. “Estaba en la esquina justo de la Casa de Gobierno. En el Bajo e Hipólito Yrigoyen. Saco la foto de un muerto, pero cuando me doy vuelta veo lo del trolebús, que estaba, bajando, unos diez metros. Llego ahí y empiezo a sacar la primera foto cuando veo dos tipos tirados adelante y la cabeza colgando. Subí al trolebús, que era un charco de sangre, los zapatos se me habían llenado de sangre. No se incendió. Los mató la expansión de la onda explosiva, los reventó, murieron reventados. Creo que había, grosso modo, unos sesenta y cinco cadáveres. No se salvó nadie, nadie.", dijo años después para el libro del periodista Alberto Carbone, El día que bombardearon la Plaza de Mayo.
La escena que describió Sanchez es dantesca, y su sola lectura ofrece un infierno imposible de tolerar. Sin embargo, más allá de todos los esfuerzos realizados (Gonzalo Chaves, Eduardo Luis Duhalde), la cantidad de testimonios, y las exhaustivas investigaciones: no aparece la condena, cuando ya han pasado 66 años del bombardeo a Plaza de Mayo.