Banco Ciudad: consumo sí, inversión poca
El Banco Ciudad de Buenos Aires es, por mandato constitucional, el banco oficial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su agente financiero e instrumento de política crediticia. Su función prioritaria es la de promover el crecimiento del empleo, la equidad distributiva y la calidad de vida, privilegiando la asistencia a la pequeña y mediana empresa y el crédito social (Ley 1.779; Carta Orgánica del Banco Ciudad de Buenos Aires).
En este sentido, según la normativa vigente, el Banco debiera otorgar preferencia a:
• La asistencia financiera destinada a las micro, pequeñas y medianas empresas y ciudadanos radicados en el Área Metropolitana Buenos Aires apuntando al crecimiento del empleo.
• Facilitar el ingreso al crédito personal y familiar, y fomentar la adquisición, construcción y refacción de viviendas por intermedio del crédito hipotecario.
• Promover la exportación de bienes y servicios producidos en el Área Metropolitana Buenos Aires.
En sus 136 años de historia el organismo fue ampliando su margen de acción, siempre manteniendo como foco el promover la igualdad de oportunidades, el empleo y la calidad de vida de los habitantes del Área Metropolitana de Buenos Aires, a través de los productos y servicios que brinda el Banco, privilegiando el crédito social y la asistencia a la pequeña y mediana empresa.
El rol de las instituciones financieras de desarrollo (IFD) es preeminente en un marco de ausencia o escaso desarrollo de los mercados de capitales, como el que se evidencia en la Argentina. Su objetivo primario es el de satisfacer los requerimientos de inversión, esto es la financiación a mediano y largo plazo, y facilitar los servicios extrabancarios no cubiertos por la banca comercial tradicional (como asistencia técnica, desarrollo empresarial y tecnológico, capacitación, etc.).
El rol central que debiera cumplir toda IFD es atender las necesidades de aquellos prestatarios que son numerosos y que aportan una contribución significativa a la producción y al empleo, esto es, los pequeños productores.
Por otro lado, cabe resaltar que los bancos de desarrollo precisan conjugar sus objetivos de fomento con la preservación de su solidez económica y financiera, como garantía de su viabilidad, y en el marco de políticas de complementación financiera.
Entre las líneas de acción en las que una IFD podría hacer hincapié se destacan acciones de apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa; desarrollo de la vivienda y la infraestructura; impulso a la internacionalización de las empresas y apoyo al comercio exterior; desarrollo tecnológico-educativo y medioambiental; promoción del mercado de capitales; apoyo al sector agrícola y rural, y fomento de la integración económica.
En el análisis reaizado por La Fábrica Porteña, se analiza el rol del Banco Ciudad a partir del análisis de su desempeño en materia de política crediticia, de su presencia territorial, de su rol como catalizador de la inserción internacional de la Ciudad de Buenos Aires y como facilitador de asistencia técnica extrabancaria.
Banco Ciudad 2007-2014: Política crediticia
Si se analizan los datos disponibles (BCRA) para el Banco Ciudad correspondientes a la administración del PRO en la Ciudad, se observa que el activo se incrementó un 210%, el pasivo un 211% y el patrimonio neto un 203%. En este mismo período, los depósitos se multiplicaron 3,3 veces mientras que los préstamos lo hicieron 4,1 veces.
El problema que se evidencia en el caso del Banco Ciudad es que la dinámica crediticia consolida y profundiza la concentración, cuando debería contribuir a revertirla.
Así, si bien también es cierto que desde diciembre 2007 los préstamos al sector privado no financiero ha crecido considerablemente, este crecimiento se ha basado fundamentalmente en el crecimiento de partidas que no contribuyen al desarrollo económico.
Si analizamos la representación de cada tipo de préstamo sobre el total de préstamos al sector privado no financiero, observaremos que si bien en montos todos crecen en términos absolutos, los préstamos hipotecarios y los dirigidos a las PYMES caen 4,75% y 9,11% respectivamente en su representación.
Estos datos evidencian una fuerte orientación en los préstamos a financiar al consumo más que a la inversión. Así, sólo el 10% de los préstamos al sector privado no financiero está dirigido a financiar a las micro, pequeñas y medianas empresas. Cabe remarcar que esta orientación hacia los préstamos al consumo es consecuencia de una política deliberada, dado que se trata del segmento de mayor rentabilidad y menor riesgo.