Beatriz Paglieri: “El Banco Central es un organismo formateado para resolver los problemas de los bancos privados”
La economista y exfuncionaria pública del Ministerio de Economía durante 37 años, Beatriz Paglieri conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre la el momento que está atravesando nuestra economía y la comparó con su experiencia en la función.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo fue esa experiencia como funcionaria pública?
Beatriz Paglieri: Fui funcionaria pública del Ministerio de Economía durante 37 años, así que excede largamente la década ganada. Tuve mucho protagonismo, casi te diría que los últimos 20 años, en Comercio Exterior, pero fue el INDEC quien me dio una imagen que realmente no es, no era real. Vinieron por nosotros, hay que hacer historia. Estaba, en ese momento, asesorando a la ministra de Economía en la jefatura de ese gabinete por mi trayectoria, ya que venía de ejercer un rol en la provincia de Buenos Aires como subsecretaria de Comercio Exterior. Como había un desajuste grande detectado por Néstor Kirchner, me llama para trabajar en el INDEC. Para mí, fue una sorpresa este pedido, pero evidentemente necesitaban alguien con mucha experiencia en la función pública. Ahí armaron una película de que no estaba capacitada y parecía que el INDEC era todo excelencia.
APU: ¿Qué balance hacés de eso?
B.P.: Si bien no fue lo que a mí me entusiasmaba para ejercer la pulsión pública, lo hice durante nueve meses y hace 16 años que tengo un juicio por ejercer esa función. Estuve desde el 7 de febrero de 2007 hasta el 10 de diciembre del mismo año, que retomé funciones ejecutivas dentro de los que son los organismos del Comercio Exterior Argentino. El único lapso que no fue en dicho organismo fue esa gestión que hice en el INDEC y, la verdad, que la cumplí muy bien. Imagínate que nos inicia un juicio el todavía gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, poniéndolo a Guillermo Moreno como cabeza cuando no tenía ninguna responsabilidad institucional porque era secretario de de Comercio Interior.
En realidad, era parte del Sistema Estadístico, pero no tenía roles y yo dependía directamente de las estructuras del Ministerio de Economía, de la cual era funcionaria. No cambié de ministerio, siquiera, para ejercer esa función. Morales y Sanz lo inician en el medio de una campaña electoral en contra de la primera elección de Cristina para asumir la primera presidencia, sucediéndolo a Néstor Kirchner. Gerardo Morales se presentaba como vice de Lavagna.
APU: ¿A Lavagna lo conocías, trataste con él?
B.P.: No lo traté, nunca. En realidad, cuando sos funcionario público de carrera, tenés un conocimiento de quién es quién. De hecho, yo era muy conocida en el marco del sector privado por todas las negociaciones que conduje en el Mercosur, previo a llegar al INDEC. Lo que sí, Roberto Lavagna había generado dentro del organismo una recolección de datos que no eran para el INDEC. El 12 de junio di instrucciones precisas (Felisa Miceli era la ministra) de eliminarlos, ya que ocupaban una gran cantidad de personas trabajando y no eran para el cálculo del IPC ni para ningún otro del INDEC. Se enojaron mucho y las consecuencias las tuvimos que ir asumiendo, pero siempre tuve el aval de de Néstor para esa función y a las pruebas me remito.
APU: Una de las problemáticas que tiene la economía argentina actual es la restricción externa y el faltante de de dólares ¿Cuál es tu mirada sobre este momento?
B.P.: Es de un desajuste tremendo que uno le pone el anclaje en el segundo gobierno de Cristina. Para mí, Néstor fue un maravilloso presidente, Cristina tuvo un excelente primer mandato. Estuve trabajando bajo las órdenes de Cristina hasta el último día del 2015. Voy a la Aduana cuando Axel asume el Ministerio de Economía y yo no era parte de ese equipo. Separando ese respeto histórico que tengo por las autoridades, el ministerio de Axel empieza con una devaluación. Como economistas, hay un antes y un después. La década ganada termina, prácticamente, en diciembre del 2013. Digo década porque todo el trabajo que logró Duhalde tenemos que considerarlo dentro de ese proceso porque le facilitó muchísimo gobernar a Néstor.
APU: ¿Hoy formás parte de los equipos de Guillermo Moreno?
B.P.: Tengo una relación con Guillermo que no tiene que ver con eso. Fui la primera profesora de Economía de él, así nos conocimos. Era docente cuando vuelve del exilio y inicia en la carrera de economista en la UADE, Martínez de Hoz era el ministro de Economía, tengo la foto de ese día porque terminé la clase diciendo que se estaba desindustrializando el país. Cuando termino la clase, se acerca alguien que me dice “¿y vos quién sos?”. Era Moreno. Yo tampoco era tan fácil y le contesté “¿y vos quién sos?”
Entonces me dijo que no se imaginaba que en la universidad privada se iba a encontrar con ese discurso.
APU: Pregunté lo de Moreno porque compartís el análisis este diagnóstico de que en 2012-2013 termina la década ganada.
B.P.: Esta es mi percepción. Cuando asumo como secretaria de Comercio Exterior, Cristina en su decreto es muy precisa en el pedido de que trabajen en sintonía la Secretaría de Comercio Interior y la de Comercio Exterior porque la restricción externa tiene los dos componentes. Tenés que trabajar en equipo. Mi rol era el de generar dólares genuinos y poder facilitar al empresariado la salida al exterior de sus productos. Y Guillermo, sin ninguna duda, desde su secretaría fue el que condujo la administración del comercio, que fue realmente extraordinaria. Todos los países serios tienen un control de lo que se va a importar y de quiénes son los importadores, si son solventes o no.
Siempre se le echa la culpa a la Aduana y el problema está en el Banco Central. En ese momento, sin ningún control determinaba a quién se les daba los fondos y de qué manera se importaba. Guillermo Moreno hizo una administración del comercio que nos permitió determinar no sólo las necesidades, también si los importadores eran solventes. El Banco Central nunca va a denunciar a su cliente y sus funcionarios estuvieron siempre formateados por los organismos multilaterales de crédito. Es muy fácil decir que la Aduana no controla o controla mal cuando, en realidad, la mercadería ni siquiera entró y la Aduana no tuvo ninguna intervención. Y ahí sí, la fuga de divisas era promovida desde el Banco Central sin hacer los sumarios que correspondían y sin hacer la recaudación de esas exportaciones con dólares genuinos.
“Siempre se le echa la culpa a la Aduana y el problema está en el Banco Central”.
APU: Challú dice que hay un maridaje entre el Banco Central y el sector financiero argentino que hay que romper ¿Cómo lo ves?
B.P.: Una de las primeras cuestiones que nosotros detectamos con la Comisión de Economía y marcamos con muy grave de Macri, además de devaluar y sacar las retenciones, era que los exportadores podían o no liquidar las divisas. Porque los exportadores, de acuerdo a sus características, tenían fecha para liquidar y vos podías graduar según la caracterización y les ibas dando más plazo. Una participación muy activa del sector privado para determinar esos plazos, pero tenían que liquidar divisas, porque eso te permite hacer sumarios. El desastre que hizo, en ese sentido, fue tremendo
APU: En ese sentido, como analizás la gestión de Pesce en el Banco Central? ¿Es continuidad de lo que hizo Macri?
B.P.: Seamos justos, es continuidad, pero el Banco Central siempre actuó así con cualquier gobierno. No me voy a olvidar cuando Néstor dijo “Qué querían, que ponga Kunkel en el Banco Central”, y lo puso a Redrado. Tengo que decir que hubo una continuidad absoluta por eso digo que es un organismo formateado para resolver los problemas de los bancos privados y darles competitividad. Si nosotros no resolvemos el rol debe cumplir el Banco Central, con cualquier gobierno, es exactamente igual.
APU: Ahí aparece la famosa Ley de Entidades Financieras, a la cual Moreno no le da tanta entidad ¿Cuál es tu visión al respecto?
B.P.: Yo sí le doy un poco más de entidad. Fue un antes y un después. El gobierno peronista del 73 al 75 vino con leyes muy importantes y una de ellas era la Ley de Entidades Financieras. Lo primero que hacen es derogarla, no fue casual. El gobierno de Martínez de Hoz y Videla, que tenía absoluta claridad de los negocios que se hacían, buscó sin ninguna duda, eliminar un país productor (con sus dificultades y con restricciones externas históricas) para transformarlo en lo que fue la timba financiera. El Banco Central fue creado por los organismos internacionales de crédito y, sin ninguna duda, siempre actuó en consecuencia
APU: ¿Qué balance se puede hacer del Mercosur y qué hacemos con él?
B.P.: Es muy interesante tu pregunta y pareciera que está fuera del contexto de la coyuntura, pero es muy trascendente. En plena pandemia, me ocupé a hacer memoria. El Mercosur es hijo de la globalización. Es el Consenso de Washington y, en Argentina estaba a cargo Cavallo y junto a Brasil estaban dentro de un marco de la globalización. La verdad que el Mercosur fue una construcción. Cavallo entregó absolutamente todo cuando la negociación de la Organización Mundial de Comercio que iba en paralelo te permitía las políticas de defensa de la producción nacional. Ni Brasil ni Argentina las mantuvieron. Brasil mantuvo algo más, había un sector privado con más claridad en San Pablo. Fui la representante argentina en el Mercosur de la negociación azucarera, que es la única que se mantuvo vigente. La hicimos con los gobernadores de las provincias, con el sector privado de las provincias productoras de azúcar y con el movimiento obrero organizado. Fuimos todos a la negociación con un mismo discurso: la coherencia de mantener una economía regional. Muchos me dicen que defendía a Blaquier, yo defendía el trabajo argentino y esa era la posición. Aún hoy se mantiene vigente esa negociación porque tiene fuerza de ley.
“Al Mercosur hay que rediseñarlo, nadie quiere ceder sus competitividades”.
APU: ¿Para adelante, qué habría que hacer con el Mercosur?
B.P.: Al Mercosur hay que rediseñarlo. Nadie quiere ceder sus competitividades, en el en este marco que se lo define, está muy vacío de contenido. Toda la negociación automotriz fue una mentira, todas las metodologías que se estaban utilizando de compensación entre la importación y la exportación de piezas eran falsas, a veces, el autopartista brasileño era la misma empresa automotriz. También nos pasó con Venezuela y Bolivia que compraban a los chinos porque era más barato. Le dije a Cristina “mucho hermano latinoamericano, pero compran en China”. Te encontrabas en el día a día con la hora de la verdad.
APU: ¿Cómo ves el ingreso argentino a los Brics?
B.P.: Cuando nosotros estábamos en el Secretaría de Comercio y Cristina participó de muchas reuniones del Brics, lo valorábamos. Estar en cualquier organismo internacional donde tengas la palabra y tener el voto, cualquier apertura es favorable. No me creo que es la panacea, no nos da soluciones mágicas. Son anuncios que tiene más de protocolar que de cosas concretas, no le pondría más valor que el que puede tener que estemos integrando un bloque que está integrado por una parte del mundo.
APU: ¿Cómo pensás que tendría que ser la relación con China?
B.P.: Los que tenemos cierta edad, nos acordamos de la silla rota que se mostraba en el cine, que dejaba ver que si era argentino era de mala calidad. Pudimos generar una visión distinta del comercio exterior argentino y hemos acompañado a empresarios, por ejemplo, a vender en Dubai anteojos argentinos cuando estábamos al lado de China y la venta representaba para la empresa la producción anual, era cambiarle la vida y la historia. En todos los casos, lo que tiene que primar es ser respetuosos del que te compra, pero también del que te vende. Cuando dejás entrar a China… A veces se habla de la mística cuando aparece Mujica, ni hablar de Dilma Roussef, que ahora preside los Brics, “dejemos entrar a los chinos”, era el discurso. No puedo tener tantas fantasías cuando hay discurso americanista, la verdad que a la hora de los bifes, es bueno el que te compra, es bueno el que te vende y las relaciones tienen que ser competitivas y el Estado acompañar el negocio del sector privado.