Crisis en el sector porcino
Por Fernando Latrille
La situación para los criadores porcinos no es buena, sobre todo para los pequeños productores que pasaron de una situación de bienestar alcanzada durante el anterior gobierno donde el consumo crecía hasta la llegada de Cambiemos donde el primer impacto fue la devaluación y el consecuente aumento del precio del maíz que es el principal insumo de la alimentación porcina aunque también la soja influye porque una gran parte de la proteína vegetal se le aporta con el expeller de soja con alto costo para el productor.
“En el primer año de Cambiemos hubo un período de quebranto y a fin del año pasado hubo una pequeña recuperación del precio, pero ahora se avecina una nueva situación desfavorable porque aumentó el precio internacional de la soja y el maíz al mismo tiempo”. Así lo explica el veterinario José Luis Livolti pequeño productor porcino de Arroyo Seco, coordinador nacional del Movimiento Campesino de Liberación. “Dada la liberación y eliminación de retenciones impacta mucho más al no haber desacople como había antes con las retenciones, lo que hace imposible trasladar ese aumento de precios del sector a la góndola”, expresa el pequeño productor que sostiene que la buena calidad del cerdo argentino impidió que afecte totalmente las importaciones. “Al haberse alcanzado durante el gobierno anterior el autoabastecimiento lo que se importa impacta solamente en algunos supermercados grandes de Buenos Aires”, manifiesta.
La política de incentivos que existían con el gobierno anterior hoy no están. Antes existían canales para que los productores pudieran plantear sus problemáticas, “desde el interior del ministerio de agricultura se presionaba en el Consejo Asesor de la Agricultura Familiar para los planes porcinos, para la ayuda a los pequeños productores, se conseguían subsidios, eso lo desarticuló Cambiemos, lo desarmó”, dice el veterinario y describe: “discutíamos la distribución de la riqueza entre los chancheros”, dejando en claro que con el actual gobierno “no hay políticas hacia el sector. Solamente política de concentración”.
En el espectro de productores los más grandes son cada vez más grandes y los más chicos van desapareciendo. Y en el espectro de los grandes productores se concentra hacia los frigoríficos la producción. “Paladini es el principal productor de cerdos, entre otros del país, con doce mil madres”, sostiene Livolti brindando datos sobre la concentración al señalar “sobre un total de 4625 productores 96 concentran el 34% de la producción. Es el 2% de los productores que concentran el 34% de la producción”, su fuente es la Asociación Argentina de Productores Porcinos (ver recuadro).
José Luis Livolti que en la zona de Arroyo Seco tenía un plantel de 50 madres fue afectado por las intensas lluvias de diciembre de 2016 y año nuevo de 2017 de doscientos milímetros cada una terminó con su producción, sumado a que las obras de desagües no estaban realizadas y enumera “los desmontes, la falta de potrero, la siembra directa y el paquete tecnológico que hacen que el agua en lugar de ser absorbida por la tierra corra como por sobre un vidrio drenando a través de arroyos que no tenían la canalización suficiente”. Consiguió luego de inspecciones del ministerio de producción de la provincia de Santa Fe el certificado de zona de desastre que lo eximió de impuestos pero no pudo conseguir un subsidio para volver a empezar. Mejor suerte corrió quien supo ser su compañero de ruta, Eduardo Buzzi, de quien Livolti se alejó cuando vio que transitaba por el camino de la abdicación llevando a la Federación Agraria a ser la ladera de la Sociedad Rural en el conflicto por las retenciones móviles. Buzzi fue transmutando, pasó por las PASO sin pasar en Santa Fe presentándose como candidato a gobernador por el massismo hasta culminar como asesor del presidente de la cámara de diputados Emilio Monzó. Cambiar hasta olvidarse sus orígenes tiene sus beneficios y Buzzi disfruta de ellos, mientras los peces grandes en la producción porcina se comen al (chanchero) chico.