Economía: los datos que permiten mirar con (relativo) optimismo el 2021
Por Enrique de la Calle
Argentina está en una situación compleja en relación a la pandemia de coronavirus que azota a buena parte del mundo. Mientras los casos siguen en aumento, se liberaron prácticamente todas las actividades productivas. Eso hizo que, por ejemplo, la demanda de energía eléctrica de los grandes usuarios (empresas y comercios) pasara del 62% en marzo, al 90% en agosto, lo que da cuenta de que la economía local volvió a moverse.
Sin embargo, el incremento del número diario de contagios empieza a impactar sobre la capacidad de respuesta del sistema sanitario, lo que enciende todas las alarmas en las autoridades. ¿Habrá marcha atrás? ¿Será necesaria otra cuarentena estricta como ocurrió entre marzo y mayo? De las respuestas a esas preguntas dependerán los movimientos de las variables que se analizarán en este artículo.
Según el Indec, varios indicadores permiten un relativo optimismo. Tanto la actividad general, como la industria manufacturera o la construcción, mostraron mejoras sustantivas en junio o julio, en relación a meses anteriores. Según el "estimador mensual de actividad económica", la actividad en Argentina acumula una caída del 12% en 2020 en relación al 2019 (que a su vez había sido peor que 2018...). Sin embargo, en julio mejoró en comparación a junio un 7%.
En el caso de la industria, por ejemplo, acumula el tercer mes consecutivo de crecimiento en la relación con los meses anteriores (mayo, junio y julio). En todos los casos, hay menor producción en relación a 2019, que fue un año muy malo para la industria (cayó mucho en comparación con 2018). Macrismo y pandemia, dos malas combinaciones...
Con la construcción se repite lo mismo: la actividad viene de un 2019 muy malo y unos primeros meses de 2020 horribles. Sin embargo, el vaso medio lleno son las subas de mayo, junio y julio, siempre en relación a los meses precedentes. Si las restricciones ceden y no hay colapso sanitario que obligue a volver a una cuarentena estricta, esas mejoras en los indicadores podrían seguir creciendo hacia fin de año. Y serían una buena plataforma para el 2021.
Además, ese gradual dinamismo en sectores clave en materia de empleo (industria y construcción) impactaron poniéndole techo al aumento del desempleo, que en el primer trimeste de 2020 llegó al 10,4%, unas décimas por encima del mismo período de 2019. En este rubro falta el dato de los meses de abril - mayo - junio, donde golpearon las restricciones a la actividad. Se verá, además, cuánto influyeron las políticas estatales de respaldo a las empresas para evitar despidos. Como sea, según datos del Ministerio de Trabajo, se habrían perdido en esos meses 224 mil puestos, lo que es un número relativamente bajo (2% del total de los trabajadores registrados), comparado con otros países. Además, en junio habrían bajado las suspensiones (herramienta que muchas empresas utilizaron como paso alternativo al despido), que representan el 8% de la masa laboral.
Dólares, el cuello de botella
Además de la economía doméstica, todas las miradas apuntan a la cuestión de las divisas. En criollo: ¿cómo estamos de dólares? Según información oficial del Banco Central, las reservas totales, al 1 de septiembre, son 42,7 mil millones de dólares. Dentro de ese total, están los dólares que los argentinos tienen en los bancos y que no son de libre disponibilidad. Es decir, las resevas netas son mucho menores.
Mirando lo que fue 2020, se puede observar que la dinámica de las reservas fue relativamente estable, ya que en enero el país tenía U$S 44.800 millones. Igualmente, se mira con atención lo que pasa con la compra de dólares para ahorro, que en julio, por ejemplo, costó 730 millones de dólares. Las tensiones sobre la compra de dólares impacta sobre la tasa de interés en pesos, que el Banco Central (33%) mantuvo alta para evitar una dolarización mayor de los ahorros. Esas tasas altas golpean negativamente sobre la actividad, ya que no permiten crédito barato para los sectores productivos.
En ese contexto complejo, fue una gran noticia el acuerdo con los acreedores externos que permitirá patear para 2023 el pago de los vencimientos de la deuda, lo que reduce la salida de dólares para ese ítem. Se espera repetir la estrategia con el FMI, que de ser exitosa permitirá alivar mucho el frente financiero.
Además, hay que ver qué ocurre con el comercio exterior, que es el que permite la generación de dólares genuinos, cuando las exportaciones superan a las importaciones. En este rubro también hay una gran noticia en 2020: hasta julio, el país tiene un superávit comercial de casi 10 mil millones de dólares, que se explica por ventas por 32 mil millones y compras al mundo por 22,7 mil millones. Con la tendencia actual, se terminará el año con un superavit superior a los 15 mil millones de dólares, una bocana de oxígeno para el débil equilibro financiero del país.