Fernanda Vallejos: "El presupuesto apunta a que el trabajo vuelva a ser el gran ordenador social"
Por Martin Massad
AGENCIA PACO URONDO RADIO (Fm La Patriada, domingos de 10 a 12 hs) conversó con la diputada y economista Fernanda Vallejos sobre el presupuesto 2021.
Agencia Paco Urondo: Se aprobó el presupuesto 2021 en Diputado ¿A qué apunta?
Fernanda Vallejos: Apunta a marcar un cambio de rumbo en la política económica en la relación con el modelo que impuso Mauricio Macri durante los cuatro años en los que le tocó gobernar, y terminó multiplicando la pobreza, la desigualdad, la desocupación, y por supuesto con un sobreendeudamiento externo que terminó eclosionando en una nueva crisis de la deuda que es lo que aún está en proceso de negociación porque se alcanzó una estructuración muy exitosa con los acreedores privados pero la Argentina aún está embarcada en resolver la otra gran parte del problema de la deuda que dejó Macri, que fue el habernos metido por la ventana al Fondo Monetario Internacional y esa parte de la negociación todavía está en proceso de buscar una solución, y este presupuesto tiene un elemento que tiene que ver con la drástica reducción de la partida que va destinada al pago de intereses de la deuda que cae a la mitad y es un contraste muy fuerte justamente con los presupuestos de Macri donde la regla era, durante esos cuatro años, de manera persistente el ajuste de todas las partidas: educación, salud, ciencia y tecnología, ni hablar de la obra pública, los gastos de Capital fueron todos los años una de las partidas que sufrió los mayores hachazos durante el gobierno de Macri, y como contrapartida de esos se abultaba año a año los recursos que estaban destinados a pagar los intereses de la deuda y a engordar los bolsillos de los acreedores externos mientras enflaquecían los de los argentinos y las argentinas. En este presupuesto ocurre al revés, la única partida que sufre un recorte, muy importante como decía, es la de los intereses de la deuda y hay un fortalecimiento del resto de las partidas y una duplicación de la inversión destinada a obra pública que tiene como objetivo la búsqueda de que la Argentina retome un sendero de generación de empleo genuino, que no sea solamente la asistencia del estado que por supuesto tiene límites y no es la aspiración que tenemos, lo que contenga a las familias argentinas, sino que el presupuesto apunta a que el trabajo vuelva a ser el gran ordenador social, y dotador también de la dignidad que todas las familias se merecen.
APU: La pandemia ha frenado la producción, el trabajo y ha bajado mucho el PBI, y el gobierno ha tenido que emitir, como han emitido otras economías del mundo ¿Cómo se preveé la emisión para el año que viene, y cómo afecta en el déficit fiscal esta emisión?
F.V: Bueno, este es un presupuesto de transición, es bueno aclararlo, y contempla un rasgo de flexibilidad. Entendemos que hay un escenario de incertidumbre, hay expectativas de que la pandemia llegue a su fin lo más pronto posible pero no tenemos ninguna certeza. Todas las previsiones están sujetas a esta situación, y de prolongarse la pandemia estas previsiones pueden modificarse.
En este presupuesto lo que se plantea es una reducción de la emisión y una reducción del déficit fiscal, siempre sobre la base del supuesto de que hay una pandemia que cede. Una parte de ese déficit se financia con emisión monetaria y otro con emisión de deuda, en moneda nacional obviamente. Este es un mecanismo que ya venía probando el ministro Martín Guzmán con un éxito importante, y es importante resaltarlo, porque la posibilidad de ofrecer instrumentos en pesos, que puedan absorber los pesos excedentes. Estamos hablando de aquellos sectores que operan financieramente sobre la economía, no a los sectores populares ni a la clase media, ni a los trabajadores, a quienes como dice la derecha “les sobran los pesos” esto no es así, al contrario, los pesos le faltan a cualquier argentino. Generalmente esos excedentes terminan tensionando sobre la plaza cambiaria, sobre el tipo de cambio, el dólar. La posibilidad de contar con instrumentos en pesos que de alguna manera debiliten ese apetito por el dólar.
APU: ¿Cuando dice instrumentos se refiere a la emisión de bonos en pesos?
F.V: Sí, de títulos que salen a capturar esos pesos.
APU: ¿Cómo observa la situación de la volatilidad del dólar? Que, por otra parte, esta semana se pudo contener y bajar…
F.V: Lo que estamos viendo es una tendencia que efectivamente tiene condiciones para sostenerse para generar condiciones de estabilidad. No hay condiciones objetivas hoy por hoy, para justificar esa tremenda volatilidad en materia de tipo de cambio y particularmente esa brecha entre tipo de cambio oficial y los paralelos. La Argentina conserva una situación de superávit comercial a lo largo de todo el año porque hay un nivel de reservas razonable en el Banco Central y obviamente por la propia situación de pandemia y el desplome del comercio internacional, y lógicamente la ralentización de la actividad económica, también significa tranquilidad por el lado comercial. También tenemos controles cambiarios, un mercado de cambios administrado que también le pone tope a la demanda en este caso financiera de dólares.
No hay elementos objetivos que justifiquen lo que estuvo pasando, más que por supuesto una enorme especulación en torno del dólar que en parte tuvo que ver con el comportamiento de agentes domésticos que se aprovecharon de ciertas condiciones que existían, salieron a buscar créditos baratos en el mercado local que el gobierno había ofrecido para alivianar la situación de pandemia y fueron al mercado de cambios a buscar dólares para saldar deudas en dólares que se habían contraído durante el gobierno de Macri, un período donde no solo se endeudó a la Argentina, al Estado Nacional y al resto de los estados subnacionales, sino que también se promovió el endeudamiento en dólares de las empresas del sector privado.
Otro aspecto importante es el comportamiento de algunos fondos especulativos, pocos pero con peso, que ingresaron a la economía argentina durante el gobierno de Macri cuando obviamente con el Carry Trade con las tasas siderales que había en aquel momento eran un negoción, hacían ganancias con la situación financiera y de tasas. Después pegaban la media vuelta, agarraban los dólares y se iban de la Argentina. Aquellos pocos que quedaron atrapados en el mercado local (cuando el gobierno de Macri cambió las reglas de juego antes irse) han venido generando este año una presión muy importante.
El ministro Guzman con las últimas medidas que tomó ha logrado descomprimir esta situación. Lo ideal sería que estos tipos se vayan y nos dejen a los argentinos tranquilos con nuestra política.
APU: ¿Qué se vayan sin ningún costo?
F.V: A todos nos gustaría que estos operadores financieros tengan otro tipo de tratamiento. No digo en Argentina, sino un tipo de reglas mucho más claro que proteja también a los estados soberanos. Esta es una oportunidad para repensar con el conjunto de la humanidad el funcionamiento global de la economía, en un marco regulatorio. Hasta ahora no ha ocurrido, el establishment internacional se ha reacomodado frente a la situación de crisis. Cristina lo definió muy bien cuando habló de “anarco capitalismo financiero”. Estamos inmersos en una situación de profunda desigualdad. Recordemos que muchos de estos fondos en el resto del mundo manejan carteras con volúmenes de capital muy superiores al PBI de varios países juntos. No solamente tienen poder para operar y desestabilizar las economías nacionales, sino también su capacidad de lobby, de comprar voluntades.
APU: Infobae publicó una nota donde decía que Alberto Fernández busca consolidar la paz cambiaria y analiza ponerle un freno al impuesto a la riqueza ¿Qué opina de esto?
F.V: No tengo ninguna novedad, nosotros hemos trabajado, el impuesto tiene dictamen de comisión y realmente tenemos la expectativa de que en las próximas semanas pueda ser tratado en las sesiones a las que se convoque.
Sigue estando vigente el interés de sectores que obviamente no quieren que el aporte extraordinario sobre las grandes fortunas termine haciéndose efectivo. Hay una expectativa no solamente nuestra sino de la sociedad argentina, que es lo que hemos intentado reflejar en el tratamiento de este aporte. Estoy segura de que el aporte va a ser ley, y debe serlo. Argentina sigue necesitando de la contribución de los que más tienen, de los que acumulan los mayores patrimonios. La situación de desigualdad es absolutamente escandalosa, no solamente en la distribución secundaria entre los más ricos y los más pobres, sino también en la distribución primaria, y en cómo los salarios vienen perdiendo frente a las ganancias del capital. En ese contexto cabe este aporte extraordinario como así también la reforma tributaria integral.