Pablo Challú: “Con el maridaje actual entre el sector financiero y el Banco Central no hay crecimiento posible en Argentina”
Pablo Challú, economista que forma parte del equipo económico de Guillermo Moreno, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre el diálogo establecido con Malena Galmarini, del sector del ministro Sergio Massa; y cuál es la visión (a corto y largo plazo) sobre lo que viene que tiene el exsecretario de Comercio Exterior.
Agencia Paco Urondo: Moreno aseveraba que, en algún momento, en el Partido Justicialista existió una mesa que reunió a economistas de los distintos sectores del peronismo ¿Eso fue así?
Pablo Challú: Estuvimos trabajando un año, año y medio. Muy interesante. Éramos, prácticamente, 20 o 25 economistas y fue muy fructífero. Si no me equivoco, fue en 2017, 2018.
APU: Comenzado el proceso que se transformó en el gobierno del Frente de Todos, esa mesa se disolvió.
P.CH.: Cuando entramos en las elecciones, cada uno se fue por su lado y se disolvió. Una lástima, se trabajaba muy bien y, sobre todo, indicaba que había un consenso de base muy importante entre economistas que tributaban la doctrina peronista, pero que militaban en diferentes espacios. La charla era muy fluida, se podía conversar.
APU: Recuerdo que Moreno dijo que estaba Nielsen, del massismo ¿Quién más participó de esas reuniones?
P.CH.: Había un representante de Kicillof, estaban Roberto Pons, Sergio Carbonetto, Beatriz Paglieri, cerca de 20 a 25 economistas.
APU: Guzmán, Kulfas, algunos de ese sector ¿participaron?
P.CH.: No, pero me imagino que tampoco eran demasiado afectos a la doctrina. No sé si Guzmán era un muchacho que entendía, conocía y estaba de acuerdo con la doctrina peronista. Yo tengo mis dudas. Kulfas, no sé, quizá un poco más, pero no me parece que hubieran sido determinantes, en ese momento. Los que estaban en esa mesa tenían una trayectoria muy importante dentro del peronismo; sin embargo, ninguno de ellos fue llamado a integrar el gobierno.
APU: En el diálogo con el representante de Kicillof y el de Massa, existían posibilidades de consensuar una política.
P.CH.: Excelente. Trabajamos mucho con Nielsen, por ejemplo. Obviamente, cada uno tiene enfoques diferentes, pero nos habíamos puesto de acuerdo, incluso con Nielsen, en medidas muy interesantes para ese momento.
APU: ¿En cuales estaban todos de acuerdo que había que tomar?
P.CH.: No se avanzó en un plan económico concreto. El acuerdo fundamental, ahí, era que cualquier política que estuviéramos por realizar tenía que tener un trasfondo de beneficio a la clase activa y pasiva. No podían existir políticas que perjudicaran a los que menos tenían. Era un acuerdo fundamental, aunque alguno puede decir que es muy poco. No lo es, más bien es muy importante, quiere decir que las políticas que se iban a dar lugar en base a ese acuerdo, iban a ser muy diferente a las que, obviamente, aplicó Macri, pero también a las que aplicó Guzmán.
APU: ¿Cuál es tu impresión de este año de Sergio Massa?
P.CH.: Creo que tiene un mérito, que es haber agarrado en esta situación; muchos se hubieran negado. Recuerdo en mi carrera profesional y política cómo algunos economistas de mucho renombre, cuando las papas queman dan un paso al costado, y cuando están dadas las condiciones, se muestran. Ahora, los que lo rodean no tienen la suficiente creatividad para aplicar ese principio liminar de que las medidas que se tomen no pueden estar en perjuicio de los que menos tienen. Las que tomaron, que son estándares y algunas muy improvisadas, han tenido un perjuicio muy importante para los pobres. Fíjese esta devaluación y este aumento extraordinario de la tasa de interés, miren los problemas que nos está creando. Esas medidas nunca podrían haber sido tomados por un equipo de economista que esté asentado en la doctrina peronista.
APU: Algunos dicen que Massa está administrando una coyuntura muy adversa, no tiene dólares y tampoco mucho margen para hacer política: entiendo que no coincidís con esta apreciación.
P.CH.: No coincido. Me parece que a este equipo le falta creatividad. Se puede revertir esto; de hecho, Massa da un paso y dice “aplicamos esta medida, ahora vamos a aplicar otras compensatorias”. Sí tendría que haberlas adoptado en el mismo instante que aplicaba las otras porque, ahora, no hay medidas compensatorias que equilibren a todo el mundo. Estamos una situación de emergencia, partamos de ahí. Creo que hay que pensar en un set de productos masivos (de la carne, yerba, harina) y fijarles precio como si no hubiera existido la devaluación. Es duro lo que estoy diciendo, pero lo amerita, se puede sacar a través de una negociación con los sectores. No asustarse, si hay que decir que esos productos tienen precios máximos y hay que asegurar el abastecimiento, hay que hacerlo, porque estamos en una situación límite. Lo estamos viendo en la calle, es insoportable que hayan aumentado los precios un 40,50, 60%. Lo mismo algunos medicamentos. Hay que ir para atrás, es razonable lo que uno está pidiendo.
Acá, la solución económica está muy unida la solución política. Es urgente que el peronismo llame una mesa peronista de conciliación y de acción política. Uno de los problemas que vive la economía, hoy, es que las expectativas se están nutriendo con lo que va a pasar después de las elecciones. La gente no tiene buenas expectativas respecto a lo que va a pasar, cualquiera sea el que gane. Hay que empezar a romper ese nudo. Que el gobierno diga “esta es la mesa de acción política del peronismo (con los sindicalistas, gobernadores, empresarios) y este es el plan de gobierno que vamos a aplicar”. Eso sería una ayuda extraordinaria al buen devenir de la economía.
“La gente no tiene buenas expectativas respecto a lo que va a pasar, cualquiera sea el que gane. Hay que empezar a romper ese nudo”.
APU: ¿Cómo se sale de algunos desajustes muy fuertes que tiene la economía argentina, de un déficit fiscal tremendamente grande, con los problemas de reservas y un cepo, al mismo tiempo?
P.CH.: Se requiere un plan integral que ataque los todos los problemas al mismo tiempo, no puede haber un plan de etapas. La crisis es tan grande que si atacamos los problemas de a uno, el resto termina deglutiéndose las políticas que uno hace. Hay medidas liminares, por ejemplo, en el déficit fiscal. Se habla de bajar el gasto público 5 puntos, si lo hacés se arma un desbarajuste extraordinario, entramos en un ajuste sin fin. Se habla de aumentar los ingresos. Sí, pero de quién aumentamos. A los sectores rentísticos de la economía, por eso se hace tanto hincapié en los propietarios de la tierra de la pampa húmeda. Decirles “usted están cobrando un monto extraordinario, simplemente por prestar la tierra: eso es renta”. Se sustrae de la producción y de la demanda, pero no se agrega. Esos sectores tienen una altísima capacidad para darle un golpe importantísimo al déficit fiscal, llevarlo a un nivel de absoluta financiación.
Al punto de decir “con esto tenemos para pagar la deuda externa, equilibramos el sector fiscal y nos sacamos de encima al Fondo Monetario Internacional”.
Y esta no es la única medida. Cuando tenés una idea de equilibrio del sector público, inmediatamente tenés que ver el Banco Central, que ha sido siempre el gran protector del sistema financiero argentino. Con el maridaje entre el sector financiero y el Banco Central no hay crecimiento posible en Argentina, hay que romperlo. Tenemos el problema de las Leliqs: hay que sentarse con los bancos, ver cómo están calzadas y habrá que pedirle un esfuerzo extraordinario. Decirles “esto hay que sacárselo de encima, ni el sistema ni el país puede estar funcionando con este nivel de las Leliqs, es tres veces la base monetaria y, mayormente, quien lo está pagando es el Estado, a través del Banco Central.
Eliminado ese problema, se libera toda la capacidad financiera del sector, la capacidad de préstamo para la producción y para el empleo, pero nada de esto va a funcionar si seguimos con el mismo directorio del Banco Central. Cuando analizás quiénes son los que determinan la política monetaria y cambiaria, vas a ver que son académicos muy respetables y financistas. Hay que borrar eso, el directorio tiene que estar formado por representantes de la producción, de los trabajadores y de las provincias. Así cortamos digamos de raíz ese maridaje e instituimos otro, que es el maridaje entre el sistema financiero, la producción y el empleo.
Pero hay más medidas. Por ejemplo, con la energía. Su precio tiene que estar de acuerdo al costo en la Argentina. Es cierto, se requieren inversiones a largo plazo, pero si Argentina tiene tanto poder en Vaca Muerta, en litio, no necesita tantos precios. Tienen que estar acomodados para que la economía nacional funcione. No a precios internacionales, si no para qué tenemos los yacimientos que tenemos. Si conseguimos precio de energía y alimentos bajos, tenemos una gran capacidad competitiva. Sumada a la administración del comercio exterior, podemos anular o golpear fuerte la restricción externa. Necesitamos tipo cambio competitivo.
Está la inflación, pero para eso tenemos un resorte, los economistas peronistas, extraordinario: el acuerdo social. Que viene de la comunidad organizada, pero que no sea como estos espertentos que se han intentado en los últimos años, que parecen una especie de asamblea estudiantil donde todo el mundo toma un café, se ríe y después se va a la casa, no pasa nada. El acuerdo social es para tomar compromisos. El primero que toma compromiso es el gobierno que dice las tarifas, el presupuesto, los impuestos van a hacer esto. Frente a eso, el sector privado también toma compromiso de precios, de salario, y ahí tenemos una manera de absorber lo que es una devaluación y va a servir no sólo para el sector externo, sino también para la reactivación de la economía.
“La crisis es tan grande que si atacamos los problemas de a uno, el resto termina deglutiéndose las políticas que uno hace”.
APU: Ustedes, el grupo de economistas que está cerca de Moreno, llevarían esto a la mesa de discusión, si se armara ¿Qué llevarían los economistas del massismo?
P.CH.: No sé cuáles son los economistas del massismo.
APU: Rubinstein.
P.CH.: No es peronista.
APU: Es viceministro.
P.CH.: Será viceministro, pero no es peronista. Estamos hablando economistas peronistas, porque si tenemos un macrista o un neoliberal metido en el equipo, tenemos un problema.
APU: No hay posibilidad de política económica con este equipo.
P.CH.: No. Estamos hablando de política económica basada en la doctrina peronista, para eso necesitás gente que esté imbuida en la doctrina y que pueda aplicarla, un neoliberal no cumple con esa condición.
APU: ¿Marco Lavagna es una persona con la cual se puede interactuar, en estos términos?
P.CH.: Se puede, yo no lo conozco, no he hablado con él, pero se puede. El padre es peronista, así que supongo que tendrá la misma afiliación con la doctrina.
APU: Hay cierta apelación, explícita en el caso de Sergio Massa, a pensar un gobierno de unidad nacional que convoque a sectores de Larreta, del radicalismo ¿Ves ahí un posible diálogo?
P.CH.: Él habló de los peronistas que están con Larreta. Podemos tranquilamente tener, ahí, un intercambio y trabajar con la formulación de un plan en estos términos fundamentales. También con el radicalismo, creo que no habría problemas. Una parte del radicalismo está en aquella gran avenida que se ha denominado nacional y popular. Quiere decir que esa parte, claramente, podría discutir esto y aceptar, o tener otras iniciativas en las cuales nosotros también podríamos estar de acuerdo, sin problemas. Con estas bases que estuve planteando hasta acá, creo que vamos a estar de acuerdo. APU: Cuando usted dice que el esfuerzo lo hagan los bancos privados para resolver el tema de las Leliqs ¿tiene calculado un monto de cuánto a plata sería?
P.CH.: Eso viene después de una conversación, acá no es no es una cuestión de imposición. Así como Guillermo ha hablado con gente representativa de los propietarios de la tierra y ha encontrado un buen eco, es lo que hay que hacer con el con el sistema financiero. Habrá que poner nuevas reglas de juego sobre una cuestión que sea razonable.
APU: ¿Hay buena recepción en sectores de los propietarios de la pampa húmeda en torno a la posibilidad de acordar algo en relación a una nueva ley de Arrendamiento y retenciones? Para no perjudicar a los productores, que el esfuerzo sea de los propietarios.
P.CH.: Incluso, Moreno, ha planteado darles un bono a muy largo plazo, a los propietarios, por la diferencia entre lo que estaban cobrando y lo que van a cobrar con una tasa interés muy baja. Un esquema de ese tipo puede darse con el sistema financiero, para sacarse de encima el tema de las Leliqs. No digo que lo aplaudieron, pero nadie le dijo “esto es una locura”, es cuestión de estudiarlo. Al fin y al cabo, nadie se realiza en una sociedad que no se realice. Los propietarios de la tierra no son como rentistas financieros, que hoy están en Argentina y mañana en cualquier lado. El propietario tiene que vivir acá, está encadenado a la Argentina, eso da la posibilidad a este tipo de conversaciones. Sobre todo para dejar en claro que no hay animadversión, sino una situación de emergencia en la cual, ellos, pueden aportar muchísimo más.