“Una alternativa desde la política debe ser pensada con los actores en territorio”

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“Una alternativa desde la política debe ser pensada con los actores en territorio”

29 Noviembre 2013

Por Juan Ciucci

APU: En principio una pequeña introducción a su trabajo La acción del Estado en una economía regional desplazada. Acerca de procesos y conflictos en el complejo de la yerba mate.

Delia Ramírez: Para el libro El agro como negocio, donde aparece el artículo, específicamente me interesé en el funcionamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate. Que surge a partir del año 2002 a raíz de grandes presiones de tractorazos por parte de los productores yerbateros, conocidos en la zona como colonos. Eso generó el surgimiento de esta institución que al principio parecía aliviar la situación de crisis extrema que se estaba viviendo con los bajos precios de la materia prima, que se manifestaron durante la época menemista. Esta institución surge un poco como aliciente, pero lo que vemos exteriormente es que los problemas continúan respecto a los bajos precios y que el sector que había motorizado la gestación de este instituto comienza a ser marginado dentro de la mesa de las decisiones. Y que otros sectores -que al principio se habían opuesto a la creación del Instituto- comienzan a adoptar discursos afines, elogiando la institucionalidad y el buen funcionamiento.

Entonces comienza a presentarse la pregunta de qué función cumple esta institución que supuestamente es reguladora del mercado de la yerba mate. Y quéla diferencia con la antigua institución que cumplía este mismo papel: la Comisión Reguladora de la Yerba Mate que funcionó prácticamente durante todo el siglo XX y que fue disuelta por el decreto de desregulación. El artículo, de alguna manera, pretende reconstruir esa discusión a partir también de las opiniones de los diferentes actores involucrados en el conflicto, que están o no sentados en la mesa de ese directorio. Quiénes están presentes, como por ejemplo el mismo presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate, a quien entrevisté; pero también representantes de los obreros rurales que no están incluidos en la mesa. Me refiero a gremios que no están sentados en esa mesa, sí hay un representante de la UATRE.

APU: Lo que sí marca en el texto es una participación muy importante del Estado en distintos momentos de la producción...

DR: Sí, en la investigación tenemos bastante trabajado esta cuestión de la caracterización de la lógica del agronegocio, de los diferentes territorios y los actores que participan en esta cuestión y estamos muy interesados también por saber cuál es el papel que cumple el Estado. A mí en particular es una pregunta que me inquieta, por un lado, el Estado como promotor de políticas públicas. Y el Estado también como una mesa, como escenario donde se disputan decisiones importantes que tienen también sus consecuencias: las lógicas económicas, políticas y culturales.

APU: Quizás nos pueda explicar un poco el conflicto entre la concentración y expansión de los agronegocios y la agricultura familiar.

DR: Cuando empecé a investigar este tema hace muchos años, es como que no veía las relaciones, estaba mucho más preocupada por la caracterización de los conflictos y procesos yerbateros en el marco de ése mercado y de la concentración en la actividad yerbatera. Luego de muchos años de investigación -gracias a las orientaciones de Carla Gras que es mi directora y de todo el equipo que entró a discutir toda esta cuestión- comencé a ver que una cosa estaba sumamente relacionada con la otra. La concentración dentro de la actividad yerbatera o dentro del mercado está estrechamente relacionada con el desplazamiento de una economía regional, en este caso, la yerbatera por el avance de los agronegocios, que en la provincia de Misiones tienen la forma de monocultivo forestal.

Lo cual también nos interesa rescatar en el libro porque muchas veces los agronegocios se relacionan en el sentido común con soja y no es sólo soja. Creo que la potencialidad y la investigación del libro -en particular- es que no se reproducen unilateralmente ni discursos empresarios ni discursos vinculados al gobierno o al Estado, ni discursos militantes o del sentido común. Esas narrativas y esas miradas se tienen en cuenta, pero lo que se trata es de reconstituir el proceso desde una narrativa científica.

APU: En ese marco se ve que la agricultura familiar es la más perjudicada.

DR: Misiones es una de las provincias más importantes en relación con el peso que tiene la agricultura familiar. Durante los ´90 aparecieron un montón de prácticas de subsistencias y de actividades vinculadas a las ferias francas y pequeñas organizaciones cooperativas que cumplen un lugar muy importante en determinados sectores de la agricultura en Misiones. Pero también hay un sector que ve comprometida sus posibilidades de reproducción y de existencia, que tienen que ver con esas capas medias de la agricultura que sería lo que nosotros llamamos la agricultura familiar capitalizada, un actor que se capitalizó con estos cultivos agroindustriales, tradicionales como la yerba mate y el té durante el siglo XX. Esa capitalización está estrechamente relacionada con las políticas públicas que había tomado en ese momento el Estado Nacional y el Estado Provincial. La yerba mate fue uno de los pilares para la colonización del territorio. Vemos también cómo eso está relacionado con las propuestas estratégicas que en este momento se realizan desde una agenda estatal.

APU: En ese caso, antes mencionaba a los colonos y la posibilidad de que desaparezcan ¿Cuál es su situación?

DR: En general no hay nadie que tenga esperanzas a que la yerba vuelva a valer lo que en algún momento les permitió ascender económicamente, tener su casa, comprar una explotación para cultivarla. Los sectores que están mejor posicionados dentro de esa franja apuestan a otras alternativas, como por ejemplo, construir en la ciudad para alquilar, es una alternativa para los sectores que puedan llegar a tomar esa decisión. Y después hay un sector que simplemente se destina a la desaparición, cuando pregunté qué van a hacer, me dijeron “no sabemos qué vamos a hacer”. Eso es lo que yo te puedo contar a vos también, o sea, el que tiene la posibilidad de reconvertirse, así sea a otra actividad no vinculada al agro, lo va a hacer y el que no, tenderá a su desaparición.

APU: ¿En ese marco se le ocurre que hay una solución? ¿Cómo enmarcaría la posibilidad de que eso pase?

DR: No puedo pensar una alternativa, una salida a ese problema sin que desde la política pública se integre una acción con los mismos actores, que sea viable en esos términos. Es decir, debe ser pensada con los actores en territorio. Muchas veces las alternativas desde el Estado Provincial o desde el Estado Nacional han venido como recetas impuestas. Por ejemplo: "en este momento lo que te va a salvar es la frutilla" o "en este momento el plan ganadero es la solución", "lo que tenés que hacer es esto o  aquello”. En general todas las personas que he entrevistado me han comentado que ya en el pasado han tomado alternativas productivas desde el Estado que han fracasado. Hay también una historia de castigo hacia determinados sectores que en este momento levantan mucho escepticismo respecto a alternativas de reconversión fomentadas por el Estado.

Un discurso muy fuerte en estos sectores es “nosotros estamos preparados para ser productores de alimentos y queremos ser pensados e incluidos dentro del modelo de desarrollo de esta provincia”. Pienso que por ahí podría ir una alternativa.

Delia Ramírez: Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM); Magíster en Ciencias Sociales del Instituto de Desarrollo Económico y Social y la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Es estudiante del Doctorado en Antropología Social del Programa de Posgrado en Antropología Social (PPAS) de la UNaM, becada por el CONICET. Sus estudios están destinados a la comprensión de las dinámicas socioproductivas, culturales y políticas de la provincia de Misiones en vinculación con el complejo yerbatero y forestal.