“Una solución al problema del dólar sería una intervención directa del Estado en las cadenas de comercio exteriores”
Por Branco Troiano
Marcos Gallo, investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata con una maestría en Economía Política, dialogó con AGENCIA PACO URONDO y desarrolló sus perspectiva económica en el marco de la crisis.
APU: Argentina recibió a la pandemia con recesión. En ese marco, ¿cómo caracteriza el accionar del ministro Guzmán?
MG: Guzmán tuvo la finalidad principalmente de reestructurar la deuda, la cual, en su gran mayoría es heredada del gobierno anterior. En ese sentido, en esa primera etapa se logró un buen acuerdo, sin dudas. Si uno lo compara con la reestructuración de 2005, es un logro relativamente más modesto, pero el contexto internacional era otro, el tipo de acreedor era otro. Eran bonistas con poco poder de presión, bonistas atomizados. Y hay que tener en cuenta que el contexto político regional es también distinto, con gobiernos de derecha o centro derecha en la mayoría de países en Latinoamérica, y el contexto global de la pandemia. Entonces creo que fue un buen acuerdo, que implica una quita de 38 mil millones de dólares, una prolongación de los plazos de vencimiento y un período de gracia hasta 2023.
APU: ¿Y en lo que respecta a la macroeconomía?
MG: En lo que respecta a la macroeconomía, el gobierno fue sorprendido como todo el mundo por esta pandemia. Ninguno ha podido escapar a las consecuencias. Y en ese sentido, ha tratado de contrarrestar la situación -que inevitablemente va a ser recesiva- con políticas de compensación de ingresos en los sectores más perjudicados, que es lo que se va haciendo en todo el mundo, que van en dirección correcta. A su vez, se está tratando de reactivar algunos sectores productivos, con el Plan Procrear, con la industria automotriz, y otros sectores. Claramente todas estas medidas van a parecer insuficientes, y de hecho lo son, pero estamos en una situación completamente inédita, a nivel global, incluso en países desarrollados.
APU: ¿Cómo analiza el impuesto del 35% al dólar?
MG: Más allá de las medidas concretas, creo que la voluntad de poner regulaciones en el mercado cambiario y de restringir la circulación del dólar es correcta. Después se pueden discutir las herramientas finas. Acá hay tres opciones: o se devalúa, o se sube la tasa de interés, o se restringe el acceso al mercado cambiario. El tema es que no estamos solamente frente a una coyuntura en la que hay una demanda de dólares incentivado por un escenario de incertidumbre. No, tenemos un problema estructural. Argentina tiene una clase dominante, un sector social que controla los resortes fundamentales, que tiene en la dolarización de sus ingresos y en la develación, una forma de obtener rentabilidades extraordinarias, y eso surge de un proceso de redistribución del ingreso regresiva.
APU: Y esa transferencia es desde los asalariados hacia los sectores concentrados de la economía...
MG: Exacto. Cae el salario real y los perdedores son los asalariados. Si uno ve cómo está compuesta la estructura de este sector dominante, por un lado tiene el sector agroexportador, que en la cúspide de la cadena de comercialización está controlado por un puñado de grandes empresas exportadoras, y que es el sector que genera el ingreso mayor de dólares a la argentina. Después tenemos a otros sectores exportadores no vinculados directamente con el agro. Y por último sectores que operan en el mercado interno, que tienen sus ingresos en pesos, como por ejemplo el sector financiero, o las empresas proveedoras de servicios públicos; y estos últimos tienden a dolarizar sus ingresos para entrar en esta operatoria especulativa. Están a la espera de una devaluación. Lo hacen permanentemente, bajo cualquier coyuntura, cualquier gobierno. Tienen una estrategia rentística. Tienen ingresos, presionan una devaluación y de eso obtienen ganancias extraordinarias, mientras que los salarios pierden valor.
APU: En ese sentido, ¿piensa que restringir el mercado cambiario es una buena medida?
MG: Es un problema estructural no pasa por restringir el mercado cambiario, pero sí creo que es un paso necesario, porque si no vamos a entrar en un ciclo de devaluaciones recurrentes, porque eso va a una contracción del mercado interno y un crecimiento del desempleo.
APU: ¿Cuál es la solución de fondo?
MG: Un principio de solución a esta problemática pasa por una intervención directa del Estado en las cadenas de comercio exteriores. El Estado tiene que tener una intervención en donde perciba por lo menos parte de los dólares de manera directa, sin que esté mediado por ningún actor privado. El modelo más claro es nada menos que CODELCO (Corporación Nacional del Cobre), la empresa exportadora de cobre del Estado chileno. Un modelo económico que se presenta como paradigma de un modelo liberal que tiene como principal herramienta de estabilización cambiaria una empresa estatal, que a su vez es la mayor exportadora de la economía chilena y la mayor productora de cobre del mundo. Esto le permite al estado chileno acceder de manera directa a un flujo de dólares que le permite estabilizar. Acá hay que hacer algo parecido. Un principio de solución pasa por esto.
APU: ¿Este ejemplo tiene correlato con lo sucedido acá con Vicentín?
MG: Sí, justamente. Creo, igualmente, que se intenta llevar a cabo algo similar con la empresa estatal que va a gestionar la hidrovía del Paraná. Si no se puede hacer de la forma que se intentó con Vincentín, hay que crear una empresa nueva, de cero. O sobre la base de una empresa existente. No se necesitaría una infraestructura tan grande, tampoco. Son empresas intermediarias. Sí necesitás transporte, o eventualmente el control del algún puerto, pero es algo que se pueda hacer desde el Estado sin una inversión infernal.
La cita de CODELCO siempre viene al caso porque te presentan a Chile como un paradigma del modelo liberal que funciona, pero, claro, funciona porque en el rubro fundamental del comercio exterior gestiona una empresa estatal. Son neoliberales hasta donde les conviene. A la hora de la verdad, son pragmáticos. Si el Estado tiene que intervenir, interviene. Con la estatización de Vicentín el Estado no le debería estar rogándole a los exportadores que liquiden. Le restaría muchísimo poder al complejo agroexportador. Que la empresa esté a la par de las otras grandes, pero que esté.
APU: ¿Cómo se traduce la inclusión de los yuanes?
MG: No es algo nuevo aquí. Por un lado está muy bien porque Argentina diversifica socios económicos y políticos. Además de que china es uno de los principales destinos de nuestras exportaciones. Pero Argentina también hace de esta forma que China sea una de las economías que le ofrece asistencia financiera, para no depender exclusivamente de Estados Unidos, de los europeos o del FMI y los grandes acreedores privados. Es una política muy acertada diversificar socios. Y en ese contexto, Latinoamérica no deja de ser un territorio en disputa.
El mundo hoy está asistiendo de manera cada vez más evidente, directa y crudamente a una confrontación entre los grandes polos, que son Estados Unidos y China, con el agregado de países que operan como aliados; Rusia del lado afín a China, Gran Bretaña siempre aliado de Estados Unidos, y la UE en parte de cada uno. En ese contexto, claro, Latinoamérica es un territorio en disputa. Disputa que se proyecta sobre la política interna, por eso es acertado diversificar socios y tener en cuenta que cuando se producen estos escenarios globales de disputa se abren intersticios en los cuales países periféricos como el nuestro tienen mayor margen de maniobra. Se aprovecha de esta manera. Y esto, por supuesto, no hay que ser inocente, es un intento de avance de China sobre América Latina, sobre nuestro país. Pero a su vez es una forma también de ampliar los márgenes de negociación que tiene nuestro país frente a Estados Unidos y el FMI en el marco de la negociación que se viene en lo inmediato.
APU: ¿Qué horizontes hay para arreglar la crisis cambiaria?
MG: Mirá, muchas veces discutiendo estos temas la gente pregunta cuál sería el tipo de cambio de equilibrio que estabilice la economía argentina. Creo que la respuesta es que el tipo de cambio es virtualmente infinito, porque siempre, mediante una devaluación, estos sectores dominantes se van a beneficiar, nunca los perjudican. Es decir, no hay un techo en esta dinámica. Creo que ese es el gran drama que enfrenta Argentina, cuya solución no pasa por lo económico, porque lo técnico es bastante claro. La solución es política, es una solución que solamente la podrá hacer un gobierno con una amplia base de apoyo. Requiere un gran consenso social. Ese es el gran desafío que enfrenta nuestra sociedad. Y no es nada distinto al gran desafío histórico que venimos enfrentando desde nuestra constitución como Nación, y que hasta el día de hoy no hemos podido resolver.