Fallout: retrofuturismo bizarro en el fin del mundo

Fallout es una serie de ciencia ficción que mezcla una distopía post apocalíptica donde el mundo se ha vuelto un yermo radioactivo y los recursos escasean— al mejor estilo Mad Max— con una sátira de los ideales estadounidenses de la patria, la libertad, el capitalismo, y el consumo. El show adapta el mundo de la icónica saga homónima de videojuegos, que cruza todos estos elementos con el western para entregar un universo bizarro que nos muestra, a través de la comedia, cómo podría haber sido la vida si efectivamente hubiera habido una guerra nuclear en los 60 que destruyera la vida como la conocemos.

¿De que se trata este universo?

Fallout transcurre mayormente entre los siglos XXII y XXIII. Sin embargo, se trata de una distopía retrofuturista impregnada con las ideas de posguerra de los 50 y 60 en Estados Unidos: esperanza y progreso tecnológico, exaltación del capitalismo, el miedo a un apocalipsis nuclear y una tercera guerra mundial. De esta manera, la tecnología del universo es “vintage”, mucho más analógica que una distopía cyberpunk, y las personas que lo habitan parecen muchas veces “congeladas” en los ideales de esos años. La saga siempre ha utilizado esto para satirizar ese optimismo ingenuo de la época, sus “valores tradicionales” y sus ideas sobre la tecnología, el progreso o el capitalismo. 

La trama general se puede resumir en que el pánico a una guerra nuclear que destruyera el mundo llevó a que la empresa Vault-Tec construyera una serie de bóvedas— nombre que se le da a los bunkers— a lo largo y ancho de Estados Unidos donde resguardar a los ciudadanos para reconstruir la civilización. Estas bóvedas son el núcleo central de la narrativa en los juegos— y tienen un papel relevante en la tira también— ya que cada entrega cuenta la historia de una distinta que se abre al yermo, en distintos momentos y con diferentes personajes. Además, cada bóveda se suponía que tenía una misión particular, un rol que cumplir en la reconstrucción del país, por lo que podíamos encontrar desde científicos a granjeros, cada una con sus especificidades, misterios y secretos.     

Para quienes estábamos familiarizados de antemano con la propuesta, la idea de una serie representaba tanto una gran oportunidad como riesgo. La saga tiene casi treinta años de historias y construcción de mundo a sus espaldas, lo que significa mucho material a disposición del cual sacar inspiración. Si bien el humor extraño y bizarro de Fallout podían hacerla un desafío— como probó la fallida película de Borderlands, de un tono similar— es cierto que su lógica narrativa, que cuenta en cada juego una bóveda distinta, le da bastante espacio y libertad a los guionistas para hacer su propio abordaje. Lo más difícil era lograr el tono y, mientras más avanzaba la producción y comenzaban a aparecer las primeras imágenes y trailers, parecía que la propuesta estaba bien encaminada.

Fallout: La serie

El producto final resultó tan divertido como interesante, para cualquier espectador, pero increíblemente respetuoso del alma de su material base para quienes se acerquen siendo fanáticos de los juegos. La trama sigue a Lucy (Ella Purnell) quién, 200 años después, abre la puerta de la bóveda 33 para adentrarse por primera vez en el mundo exterior, que en este caso es la ciudad de Los Ángeles. En paralelo, conoceremos a Maximus (Aaron Moten), un escudero de La Hermandad de Hierro— grupo dedicado a recolectar tecnología pérdida por el yermo— y The Ghoul (El necrófago, en español, interpretado por Walton Goggins), un mutante inmortal. Estas tres historias— que se irán entrelazando— son el eje central. A través de su viaje, recorreremos el universo de Fallout que nos abre Amazon Prime a lo largo de ocho capítulos, cada uno con sus propios problemas, objetivos y motivaciones.  

Estamos, efectiva y finalmente, en la línea temporal de las buenas adaptaciones de videojuegos, que permiten amplificar las grandes historias que llevan contándose por más de treinta años en el género hacia otros formatos y públicos. La trama increíble de The last of us ya no es reconocida sólo por quienes pasaron por el juego sino que, gracias a la gran adaptación de HBO y el éxito de la misma, podemos compartirla con muchos de nuestros amigos. Los ejemplos empiezan a apilarse con series como Arcane, Edgerunners, The Witcher, y Castlevania, o películas como Sonic, Mortal Kombat y Mario. A este panteón se suma Fallout y, con esto, las posibilidades de la serie hacia adelante son emocionantes. Lastima que haya que esperar, por lo menos, hasta 2026 para reencontrarnos con ella.