No estás sola: la lucha contra La Manada
En Pamplona, España, en julio se celebra la fiesta de San Fermín. Durante una semana, las calles se tiñen de rojo y blanco, hay corridas de toros con el público y alegría multitudinaria en un ambiente bicolor. Sin embargo, hubo un año en el que no todo fue regocijo. Sin siquiera haber transcurrido un día desde el inicio de las festividades, el 7 de julio del 2016 una chica de dieciocho años fue violada por cinco jóvenes. No estás sola es un documental de Netflix que relata el suceso y la relevancia que tuvo, junto a la lucha feminista, para los casos de agresión sexual venideros en el país de las tapas y el flamenco.
La producción española reúne diversos testimonios que narran desde que la policía local recibe el llamado de la víctima hasta que se dicta la última sentencia en 2019. Con idas y vueltas entre distintos juzgados, en un principio los acusados fueron declarados culpables por abuso, aunque absueltos del delito de violación, lo que implicó una pena mucho menor en cuanto al tiempo que pasarían encarcelados. Lo que posiblemente no se imaginaron los magistrados fue la repercusión que tendrían tanto el caso en sí como su fallo judicial.
Al grito de “yo sí te creo” y “no es abuso, es violación”, miles de personas se manifestaron en una gran cantidad de ciudades españolas para expresar su rechazo a la decisión de los jueces de no considerar la violación. En el momento de los hechos, para su Código Penal había una diferenciación jurídica para el sexo sin consentimiento: la agresión sexual era únicamente tipificada como violación si se podía demostrar que hubo intimidación o violencia. Caso contrario, sólo constaba como abuso, lo que reducía radicalmente la pena.
Sin embargo, a partir del caso conocido a nivel internacional como el de “La Manada” -nombre con el que se hacían llamar los jóvenes en un grupo de WhatsApp-, se sentó un precedente para su modificación. Se eliminó la distinción entre “abuso” y “agresión” para considerar a ésta última como todo acto sexual sin consentimiento expreso, razón por la cual popularmente se conoce a la ley como “Ley de sólo sí es sí”, que entró en vigor en 2022. Ahora, se le otorga un nivel de gravedad mayor a los actos que atentan contra la libertad sexual de las personas, a la vez que se estipula la inclusión de la educación sexual integral en todos los niveles escolares del país, la tipificación del acoso callejero y la difusión de imágenes íntimas como delitos, entre otros cambios relevantes.
Uno de los aspectos a tener en cuenta, ya que no pasa desapercibido, es que para la realización del documental se mantiene en secreto la identidad real de la víctima, utilizando un seudónimo. En contraposición, es posible observar en todo momento las caras de los acusados, al igual que sus nombres y apellidos completos. Cabe su mención en particular ya que, más allá de disposiciones y precauciones judiciales, es moneda corriente en los noticieros no sólo ocultar el rostro de los perpetradores sino llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre la persona que sufrió el abuso, invadiendo su vida privada y puntualizando en aspectos que nada tienen que ver con lo sucedido.
Por otro lado, es posible observar que durante el proceso, a pesar del apoyo generalizado que recibió la joven, también hubo muchas personas que se inclinaron del lado de los agresores y pusieron en tela de juicio la veracidad de los hechos, cuestionando la actitud de la víctima y, por supuesto, desacreditando la denuncia. No es casual que, más allá de que haya pruebas contundentes, para algunos y algunas no parece haber evidencia suficiente para condenar públicamente un delito cada vez más común en la sociedad.
En 2022, en Argentina también se le llamó “violación en manada” al caso en el que un grupo de cuatro jóvenes cometieron este acto contra una chica en un auto en el barrio de Palermo. Hace poco se dio a conocer la floja sentencia en donde, de los seis acusados, dos fueron condenados a seis años de prisión y otros dos a uno, mientras que los dos restantes fueron absueltos. Otro caso similar sucedió en 2012 en Chubut, cuando cinco varones violaron a una adolescente de dieciséis años. El fiscal del caso dijo que el hecho había constituido un “desahogo sexual” y finalmente los únicos tres involucrados que habían llegado a juicio fueron absueltos y declarados inocentes.
El documental nos recuerda una vez más la importancia del apoyo que la sociedad le puede brindar a la víctima, aunque sea sin conocerla, sabiendo que lo que sucedió podría pasarle a cualquier persona, sobre todo mujer. Las redes de contención son vitales, pero también es necesaria una urgente modificación de los códigos jurídicos, junto con capacitaciones en perspectiva de género para todo aquel que integre el poder judicial y la administración pública, y que tenga en sus manos casos en los que se atenta contra la libertad.