Obi Wan: el militante derrotado
Por Agustín Mina
A fines de mayo llegó a Disney+ la serie de uno de los personajes más queridos de toda la mitología de Star Wars: Obi Wan Kenobi. Se trata de la historia jamás contada de sus primeros años luego de la “muerte” de su padawan Anakin Skywalker. Hasta su estreno, existía un hueco en la historia de este legendario caballero jedi, entre la caída de la república y su aparición muchos años después como el viejo Ben, que guiaría a un joven Luke Skywalker hacia su destino.
Hasta ahora sólo se emitieron los primeros tres episodios, pero ya han dado mucho de que hablar. Nos reencontramos con Ewan McGregor, 17 años después de haber interpretado por última vez a Obi Wan, en la trilogía que recorre la historia de la caída de la república y da paso a la era del Imperio Galactico.
El primer capítulo refresca los hechos del Episodio III: la venganza de los Sith, donde vimos por última vez a Obi Wan, para aquellos que quieran sumarse a la serie sin haber visto las películas o que no las recuerden. Sumado a esto, los primeros capítulos sirven como puesta en contexto, él ya se encuentra de incógnito en Tatooine, vigilando a Luke, donde lo conocimos en 1977. En el resto de la galaxia, mientras tanto, los últimos jedi son cazados por los inquisidores, una fuerza de élite del imperio formada por Siths, algunos que incluso solían pertenecer a la orden jedi.
Desde el principio, la serie le da un baldazo de agua fría a los espectadores que esperaban ver a un Obi Wan liderando la resistencia, reconstruyendo la orden y enfrentando al imperio. Pasaron diez años de la caída de la república, diez años de haber perdido a la gran mayoría de sus compañeros a manos del imperio, diez años de creer haber matado a su discípulo, de sentir que falló en su misión y que todo lo que pasó fue su culpa. Obi Wan está derrotado, perdió la fe, el camino, ya no quiere combatir, no quiere formar parte de ninguna resistencia, mucho menos liderarla.
Los inquisidores tienen un lema: los jedi se cazan solos. Lo dicen porque los que formaron parte de la orden no pueden quedarse callados ante una injusticia, no pueden no actuar, no involucrarse, y es ahí donde los descubren y los matan. En tan sólo tres capítulos llegamos a ver esto en acción en un par de ocasiones, donde un jedi se ve obligado a mostrarse para defender a alguien y termina siendo asesinado por los inquisidores. La gente de a pie comienza a perder la fe y la esperanza, a creer que los jedi son malos, que los abandonaron, que son la razón de todo lo que están sufriendo, incluso aparecen los discursos sobre como el imperio acabó con la guerra y trajo “orden”. ¿Les suena?
A Obi Wan, por otro lado, lo vemos en más de una ocasión mirando para otro lado, evitando el conflicto y llamar la atención, incluso le niega ayuda a un jedi que está escapando del imperio, para después verlo colgado en el pueblo. Sólo le importa su misión, vigilar y proteger a Luke, esperando que muestre señales de ser sensible a la fuerza para entrenarlo. Ahí es donde se hace visible la chispa casi marchita de lo que fue alguna vez. La confianza y el carisma que lo caracterizaban, muy presentes tanto en las primeras tres películas de la saga como en la serie The clone wars, ya no existen. Sabe que le falló a su padawan, a la orden y a la república. Llega incluso a negarse a ayudar a Leia, la hija de Anakin que quedó a cargo de la familia del Senador Organa, hasta que ya no le queda opción, argumentando que ya no es la persona que solía ser, que es un fracaso y que no puede ayudar a nadie.
La serie explora la psique de un hombre que supo ser poderoso, importante, que creía en algo y luchó por ello hasta las últimas consecuencias, que por esa lucha dejó todo y que en esa lucha lo perdió todo. Explora qué pasa cuando ese hombre pierde una batalla tan grande que parece que perdió la guerra, cuando la adversidad lo supera, cuando se queda sólo y siente que le falló a todos los que creían en él. Obi Wan vio caer la orden que lo crió y lo entrenó, que era toda su vida, vio caer la república que defendió por tantos años, vio como su padawan, aquel que traería equilibrio a la fuerza, cayó en el lado oscuro y los traicionó a todos. Tuvo que enfrentarse con su fracaso más grande y, al menos hasta donde él puede saber, matarlo. Obi Wan es el militante que lo dio todo, perdió la batalla y, en el camino, la fe en el proyecto que defendía. Es el hombre al que no se le puede pedir más, pero que sin embargo se le pide.
Obi Wan Kenobi es Star Wars en estado puro, desde sus locaciones hasta su música y sus personajes. Continúa lo que viene haciendo Disney con The Mandalorian y The Book of Boba Fett, pero volviendo a sus “raíces”. Nos ilusiona con historias conocidas y reencuentros, nos devuelve a Obi Wan, a Anakin y la lucha contra el imperio. Es la historia que nos debían a los fans hace tanto tiempo. Uno de los reencuentros más esperados de la ficción llegó a la pantalla chica y la generación que vió a Obi Wan criar, entrenar y “asesinar” a Anakin tiene una nueva oportunidad para seguir explorando su historia.