The Rain: lo poco que la lluvia nos dejó

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The Rain: lo poco que la lluvia nos dejó

15 Agosto 2020

Por Marina Jiménez Conde

The Rain, la primera producción danesa original de Netflix, estrenó su tercera y última temporada el pasado 6 de agosto. Las similitudes de la historia —donde un virus transmitido por la lluvia provoca la muerte de gran parte de la población— con el contexto actual, no son condimentos suficientes como para darle mayores créditos a una serie que fue de mayor a menor, sin nunca llegar a descollar. 

Todo comienza con una lluvia que misteriosamente empieza a matar a cualquiera que entre en contacto con ella. Durante la primera temporada, se va descubriendo que detrás de todo hay una corporación llamada Apollon, encargada de distribuir el virus por medio de la lluvia. Apollon —como Umbrella en Resident Evil— es la responsable de que la humanidad esté al borde de la extinción. Las teorías conspirativas tienen su lugar en la ficción, y también sus efectos sobre la realidad, como cuando se utilizan para explicar las causas de situaciones actuales, como el coronavirus.

La serie está protagonizada por dos hermanes, Simone y Rasmus Andersen, que tras seis años encerrades en un búnker deciden salir para buscar comida. Allí confirman sus sospechas de que la humanidad está devastada, y empiezan a averiguar qué fue lo que sucedió. Conocen a un grupo de sobrevivientes que se les une en la búsqueda de su padre, quien aparentemente está vivo y trabajando para Apollon.

Además de lo novedoso de un virus en formato de lluvia, y ya no de zombie, la serie no ofrece mayores atracciones. Es más, las dificultades que supone esta situación están poco explotadas y desaparecen pronto. The Rain tampoco se destaca por encima de otras tiras en la línea postapocalíptica o distópica, como The 100, Snowpiercer, The Walking Dead, la brasileña 3%, Falling Skies, o la mismísima y aclamada Dark, por nombrar sólo algunas.

Durante la primera parte, hay algo de intriga por descubrir el origen del virus y ver qué papel juegan en todo esto les hermanes protagonistas. También hay cierta cuota de atención en la introducción de personajes que se relacionan con elles. Ya en la segunda entrega, el dilema principal pasa a estar en Simone: si debe o no debe proteger a su hermano menor, a quien prácticamente crió. 

Poco se agrega en la temporada final, donde otra vez el foco está puesto en la relación de Simone y Rasmus, aunque ahora en el conflicto existente entre elles. Es difícil sostener toda una serie sobre ese vínculo, sin que se agreguen otros condimentos. Las decisiones prematuras y contradictorias de cada personaje tampoco ayudan, y las tramas secundarias solamente sirven para rellenar capítulos. 

El resultado es una producción con una interesante propuesta inicial, que de comienzo no cubre las expectativas, pero que con dos temporadas más solamente agrava ese déficit, y deja la certeza de que se usó demasiado —y demasiado mal— la relación de Simone y Rasmus.

*La nota contiene lenguaje inclusivo por decisión de la autora
 

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