Agustina Bazterrica: “Vivimos una época de muchísimo talento, por eso hay que leer escritores y escritoras contemporáneos”
Por Hernán Casabella
Por decisión del autor, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Nació en Buenos Aires en 1974. Es licenciada en Artes (UBA). Publicó las novelas Matar a la niña (textosintrusos 2013) y Cadáver exquisito (Alfaguara, 2017; Premio Clarín Novela), que dio lugar a numerosas traducciones, presentaciones en festivales y ferias del libro, lecturas en escuelas y en distintos eventos del país y del extranjero; fue publicado en Francia, Finlandia, Alemania e Inglaterra y próximamente lo será en Estados Unidos, Taiwán, Arabia Saudita y Holanda, entre otros países.
Diecinueve garras y un pájaro oscuro es la edición revisada y ampliada del volumen de cuentos publicado en 2016 con el título Antes del encuentro feroz. Varios de los textos aquí incluidos fueron premiados (Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires «Cuento Inédito 2004/2005» y Primer Premio del Concurso Latinoamericano de Cuento «Edmundo Valadés», Puebla, México, 2009, entre otros). Coordina talleres de lectura y escritura junto a Agustina Caride
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuál fue el primer libro que leíste completo y sin obligación de hacerlo?
Agustina Bazterrica: Alicia en el país de las maravillas. Recuerdo perfectamente que ahorré para comprármelo, y que me propuse leerlo todas las noches y así lo hice. Al día de hoy es una de mis obras favoritas. Incluso la analizamos en el taller de lectura en el 2020.
APU: ¿Los libros se leen hasta el final o se abandonan? (Si abandonaste alguno, ¿cuál fue y cuál es la anécdota que valga la pena?)
A.B.: Mi parte obsesiva me insta a seguir, incluso cuando los dejo porque me resultan intolerables, tengo la esperanza de retomarlos y terminarlos más adelante porque vivo con el pensamiento mágico de que voy a leer todo lo que quiera antes de morirme, cosa que sabemos que no va a suceder, pero vivo con esa esperanza inútil. Los termino o los voy a terminar porque me ha pasado de encontrar al final algo valioso, o incluso me pasó con El innombrable de Beckett que es un libro denso, difícil, extremadamente hermético que a cada página pensaba, lo dejo, lo dejo y no lo dejé y gracias a eso encontré una cita que usé mucho tiempo después para Cadáver Exquisito. Siempre está la posibilidad del tesoro.
APU: Los libros, ¿se compran, se regalan, se prestan, se pierden, se devuelven, se venden, se roban?
A.B.: Todo eso y, además, se acumulan, y se aman.
APU: ¿Cuáles son tus libros preferidos de la literatura argentina?
A.B.: Muchos, porque además leo todo el tiempo a escritoras y escritores contemporáneos y descubro talentos nuevos. Algunos de mis favoritos: Glosa de Saer, los cuentos de Ocampo, toda la obra de Cortázar, toda la poesía de Claudia Masin, todo Borges, todo Rivera, El artista más grande del mundo de Becerra, El papel preponderante del oxígeno de Salvador, Las esferas invisibles de Mussio, La comemadre de Larraquy, Frío de Pinedo.
APU: ¿Cuáles son tus libros preferidos de la literatura universal?
A.B.: Voy con autores de los que me interesan muchos de sus libros. Nombro a algunos: Clarice Lispector, Toni Morrison, Albert Camus, James Joyce, Juan Rulfo, William Faulkner, Flannery O’Connor, Carlos Fuentes, John Kennedy Toole, Franz Kafka, Gustave Flaubert, Virginia Woolf, Jamaica Kincad, Loorie Moore.
APU: ¿Hay algún personaje de la literatura con el que te sentís identificada?
A.B.: Depende de los días. A veces soy Gregorio Samsa, simplemente porque me siento un insecto, otros soy Ignatius Reilly ironizando sobre todo y detestando a todos, otros soy Rodion Romanovich Raskolnikov con ganas de pegarle un hachazo a alguien, otros soy Madame Bovary un poco ilusa y vulnerable, y otros soy Xuela Richardson, capaz de comerme el mundo.
APU: Así de arrebato, ¿qué final te viene a la memoria?
A.B.: "Lejana" de Cortázar. Me quedé sin respiración.
APU: ¿Cuándo comenzó tu gusto por la escritura?
A.B.: Desde que me enseñaron a escribir, ya escribía. En la escuela ponían en la cartelera mis pequeños párrafos, llenos de faltas de ortografía, pero donde ya estaba contando historias.
APU: ¿Tenés alguna rutina al escribir?
A.B.: En general escribo de noche, con música en otro idioma para que no me distraiga o con mantras. Creo, de todas maneras, que en el acto de escribir la lectura es la inspiración y la escritura la expiración, con lo cual, estoy en ese proceso todo el día. Leo mucho y trato de escribir un poco todos los días.
APU: ¿Tenés objetos fetiches que te sean vitales al momento de escribir?
A.B.: No.
APU: ¿Lenguaje inclusivo en la escritura sí o no?
A.B.: Lo que pida el texto.
APU: ¿Cuál es tu opinión sobre las presentaciones de libros y los ciclos de lecturas?
A.B.: Me parecen esenciales. Voy a todas las presentaciones que puedo y no solo fui a muchos ciclos de lectura sino que junto a Pamela Terlizzi Prina coordinamos uno por cinco años. A mi no solo me enriquece muchísimo ir a ciclos (así conocí escritores que ahora admiro como Claudia Masin o Roque Larraquy) sino que además me hace feliz brindar con colegas amigos y amigas, intercambiar libros, charlar de la literatura.
APU: ¿Cómo se lleva tu literatura con el insomnio, con las noches, con los vicios?
A.B.: Con la noche se lleva muy bien porque soy nocturna. Con el insomnio no tanto porque necesito dormir para estar mínimamente lúcida. ¿El café es un vicio?
APU: ¿A quién releés periódicamente?
A.B.: a Saer, Kafka, O’Connor, Cortázar, Borges, Heker, Morrison, Cheever.
APU: ¿Qué tres autores argentinxs reeditarías?
A.B.: Juan José Saer, Andrés Rivera, Liliana Diaz Mindurry.
APU: ¿Qué opinás de la literatura argentina de la última década?
A.B.: Vivimos una época con muchísimo talento, por eso hay que leer más a escritores y escritoras contemporáneos.
APU: A calzón quitado, ¿leés a tus contemporánexs o solo leés las contratapas?
A.B.: Claro que sí. Nombré a varios entre mis autoras y autores favoritos. No sólo los leo sino que recomiendo sus libros cuando me parecen realmente buenos, también los invito al ciclo "Lectores en busca de un autor" que coordino con Agustina Caride donde analizamos durante un mes una obra de un contemporáneo y después tenemos un zoom de dos horas con el autor o autora. También hemos invitado a varios a nuestros talleres de lectura porque no solo leemos clásicos.
APU: ¿Qué estás leyendo actualmente?
A.B.: Leo muchos libros al mismo tiempo. Odorama de Federico Kukso, Los viernes (tomo III) de Juan Forn, Terrible accidente del alma de Guillermo Saccomanno y Mujeres de Dios de Sonia Budassi.
APU: La decadencia celestial en "Matar a la niña" es un juego inconsciente, malintencionado que la niña le plantea a Dios, ¿o el diablo metió la cola?
A.B.: El diablo siempre mete la cola, porque es parte de Dios. Sin el diablo, ¿cómo puede existir Dios?
APU: El canibalismo en Cadáver exquisito permite comprar seres para comerlos e incluso, criarlos para su ingesta. ¿Ahora por qué está absolutamente prohibido relacionarse con ellos?
A.B.: Porque son una nueva especie, ni animales ni humanos, son carne y con la carne no se juega.
APU: ¿Por qué los personajes de Diecinueve garras y un pájaro oscuro tienen esa imaginación desbocada, esa cosa de sabelotodo, hace tendencia a la adivinación?, ¿Por qué esa intención de interpretarlo todo?
A.B.: Porque tienen algo de psicópatas, de creer que la realidad tiene que adaptarse a su idea de la realidad y van a llegar hasta las ultimas consecuencias para que eso suceda.
APU: ¿Se cansaron de seguir al Conejo blanco, o se les escapó en medio del bosque pandémico?
A.B.: Está durmiendo en el bosque por ahora. No nos cansamos, simplemente, el Covid hizo imposible que volviéramos y no queremos reactivarlo otra vez (con todo el trabajo que implica) hasta que la pandemia termine ¿terminará?
APU: ¿Qué es lo próximo de Agustina Bazterrica que se viene para disfrute de los lectores?
A.B.: Ojalá la disfruten, creo que van a sufrir. Es una novela truculenta, que transcurre en un monasterio que no es un monasterio con monjas que no son monjas. Tiene un registro bastante más poético que Cadáver exquisito y pasan cosas terribles.
APU: ¿La escritura puede aprenderse en un taller?
A.B.: Absolutamente. Lo digo por propia experiencia. Porque fui muchos años al taller de Liliana Diaz Mindurry y leo mis primeros cuentos (impublicables) y los últimos y la diferencia es notable. Además, lo noto en los talleres que dicto, el avance, la mejora de muchos de los asistentes. Lo que no se puede enseñar es el talento, pero con el talento no es suficiente. Hay gente con talento que no logra buenos textos porque se requiere disciplina, corrección, constancia, autocrítica y aprendizaje.