Betty García: “Voy a seguir luchando para que las pibas no pasen por lo que pasamos nosotras”

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Día de la futbolista argentina

Betty García: “Voy a seguir luchando para que las pibas no pasen por lo que pasamos nosotras”

24 Agosto 2022

Antes del Campeonato Mundial de Fútbol Femenil de 1971 que tuvo sede en México, Betty jugó en All Boys, el Club Atlético Piraña y en Nacional de Montevideo hasta que llegó la prohibición y volvió a la Argentina donde siguió jugando e hizo historia. No puede evitar hablar de “La Academia”, el club con el que salió campeona. “Soy de Racing, ¿te diste cuenta?” dice Betty mientras nos muestra todas las fotos que tiene guardadas en su celular con las jugadoras del equipo de fútbol femenino. AGENCIA PACO URONDO habló con Betty García, la gran 9 de nuestro fútbol.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo nació tu pasión por el fútbol? 

Betty García: Desde chica siempre me gustaron los deportes. En el colegio practiqué de todo: vóley, básquet, pelota al cesto. Me anotaba en todas porque me encantaba, tenía pasión por el deporte. Mira lo que era mi pasión que una de las monjas del colegio me decía: “García, García que la pelota no es todo en la vida”. A los 18 años me enteré de que había fútbol femenino y una amiga me llevó a hacer una prueba en All Boys y quedé. Desde ese momento, nunca deje de jugar. Jugué durante 26 años, del 58 al 85, con mis compañeras salíamos todos los fines de semana a recorrer las provincias. Todos los sábados y domingos jugábamos en una provincia distinta. Eso hizo que, en las provincias, se empezaran a armar equipos de fútbol femenino, entonces, nosotras viajáramos y jugáramos con ellas.

APU: ¿En qué momento decidiste que querías dedicarte al fútbol?

BG: Desde que empecé. Yo trabajaba y, aparte, jugaba al fútbol. Me acuerdo que cuando arranqué dije: “Esto no lo dejo más”. Me gustaba tanto, era un amor el que tenía por el fútbol que, cuando empecé, no lo pude dejar. Para mí, el fútbol fue lo máximo de los deportes, el que más me gustaba. En el 70 se hizo un campeonato cuadrangular en la cancha de Independiente que fue televisado por Canal 13 y se empezaron a formar equipos en Capital y en Provincia. Las chicas veían por televisión que había fútbol y se mandaban. En el año 71, como había equipos, empezaron a buscar jugadoras para ir a México que invitaba a una delegación argentina a participar. Ahí se armó la selección. Fuimos 16 jugadoras al Mundial sin director técnico ni entrenador porque no pudieron viajar. Cuando llegamos nos enteramos que teníamos que jugar con botines así que la Organización nos tuvo que comprar. Después, nos tuvimos que poner a practicar porque nunca habíamos jugado con botines antes. Allá, veíamos que las otras delegaciones tenían todo, director técnico, masajista y nosotras estábamos solas. Es más, el primer partido lo formamos nosotras y definimos los puestos de cada una de las jugadoras. Antes del partido contra Inglaterra, un jugador argentino que estaba radicado en México nos ofreció ser nuestro director técnico y le dijimos que sí, aunque la formación la hicimos nosotras porque él no nos conocía. Pero él nos llevaba la parte física y eso nos sirvió mucho, nos llevaba a practicar arriba para acostumbrarnos a la altura. En el primer partido la sentimos, aunque con la pasión que teníamos ni sabíamos que en México había altura. Cuando jugamos contra Inglaterra, ellas eran candidatas. Imagínate, un equipo europeo contra una selección que, por primera vez, entraba a un Mundial. 

En el partido, hicimos la jugada entre Eva Lembesis, Elba Selva y yo. Me acuerdo que le di el pase a Elba y ella anotó el primer gol. Después, nos empataron y nosotras volvimos a atacar. Elba hizo el segundo gol y para que hiciera el tercero, le di de media chilena el pase. Antes de que terminara el primer tiempo, se lesionó Angélica Cardozo, nuestra número 2 y una gran jugadora. En ese momento, les dije a las chicas que iba a bajar de 2 para cuidar los goles así que cuando empezó el segundo tiempo, me llevé la pelota hasta la mitad de cancha y le di un pase a la puntera. Entró e hicieron penal, ahí fue nuestro cuarto gol. Inglaterra no nos pudo hacer más goles y ganamos. Los diarios mexicanos decían que la delantera argentina había destrozado a la defensa inglesa.

APU: ¿Qué sentiste con ese triunfo? ¿Cómo fue el regreso a Argentina?

BG: Yo estaba emocionada. Todas estábamos emocionadas porque habíamos jugado bien. Después del triunfo contra Inglaterra, viajamos a Perú y también le ganamos a la selección peruana. Cuando vinimos para Argentina no había nadie esperándonos, sólo nuestras familias. Ni siquiera salimos en los diarios, nada. Nosotras seguimos jugando. En realidad, ni nos dimos cuenta. Estábamos tan acostumbradas a que el fútbol femenino sólo les interesaba a los que nos venían a ver. Si bien, cuando jugábamos se llenaba la cancha, generalmente, nadie sabía que jugábamos, solamente nuestra familia. La gente siempre nos decía que no era un deporte para mujeres, las que seguimos jugando lo hicimos porque amábamos demasiado el fútbol.

Cuando volví del Mundial, empecé a jugar en Racing y ahí se formó “La Academia” el primer equipo de fútbol femenino del club. En el 78 se hizo un campeonato en Excursionistas y salimos campeonas. Entraron como 20 equipos ahí, pero nosotras teníamos buenas jugadoras.

APU: ¿Con qué obstáculos te encontraste en el ámbito deportivo y del fútbol?

BG: Al principio cuando la gente entraba a ver un partido nuestro, nos gritaba cosas, pero cuando empezábamos a jugar se callaban porque veían que jugábamos bien. Les tapábamos la boca con eso. Pero, al principio, tuvimos muchos problemas con la gente porque que nos decían de todo porque jugábamos al fútbol. Nosotras no le hacíamos mal a nadie y la gente siempre opina. Ahora veo el fútbol femenino y la verdad que me da una alegría bárbara porque veo a los padres llevar y acompañar a las nenas a las escuelitas o a los clubes y eso es un avance muy grande. Las pibas ahora tienen la posibilidad de que los padres las lleven y las apoyen, nosotras no tuvimos eso.

El 21 de agosto es el Día de la Futbolista y vos imagínate qué orgullo que sentimos nosotras por haberles dejado a las chicas este día, que es el día en el que le ganamos a Inglaterra. Eso es una alegría enorme para nosotras.

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"El 21 de agosto es el Día de la Futbolista y vos imagínate qué orgullo que sentimos nosotras por haberles dejado a las chicas este día"

APU: ¿Qué significa para vos que haya un Día de la Futbolista?

BG: Para mí lo máximo fue llegar al Mundial, ser una mundialista y haber participado de un partido que marcó historia. Por ese triunfo, tenemos un Día de la Futbolista, que lo festejan las que fueron, las que son y las que van a venir. 

En el Estadio Único de La Plata nos hicieron un mural hace unos años, ¿vos sabés lo que fue eso para nosotras? De esas 16 jugadoras quedan 10. Me da pena que algunas de mis compañeras no hayan vivido lo que vivimos nosotras. 

APU: ¿Cómo viviste este proceso de visibilización del fútbol femenino?

Betty García: Me gusta mucho. Es un adelanto, pero todavía falta mucho. Falta que les abran los estadios a las chicas y que cobren más, que lo tomen como un trabajo. Una jugadora no puede hacer todo, tienen que poder dedicarse a esto como pasa en otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos ya están cobrando igual que los varones y en Europa les están abriendo los estadios. Cuando vas a un mundial entras a un estadio y no encontrás diferencia porque ya están acostumbradas. Acá si vas a un auxiliar y después tenés que ir a jugar un mundial, vas a encontrar la diferencia. Eso es lo que tienen que evitar, porque después queremos que la Selección Argentina salga campeona y hagan buen papel, pero, si no las apoyamos, las chicas no son magas.

APU: Actualmente, dirigís un club de fútbol feminista “Norita FC” ¿Qué es ese espacio para vos? ¿Cómo fue que las chicas te hayan elegido para que las entrenes?

BG: Nos habíamos reunido en el año 2017 por el Día de la Futbolista en la Legislatura, ahí conocí a dos chicas Juli y Tami que trabajaban con Andrea Conde, ex legisladora porteña que impulsó el proyecto de ley en la Ciudad. Ellas me contaron que tenían un equipo de fútbol femenino y me preguntaron si no las quería dirigir. Les dije que sí. Después me enteré que el equipo se llamaba “Norita Fútbol Club” en honor a Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo. A partir de ese momento, comencé a entrenarlas y, ahora, ya nos convertimos en un club con papeles y todo. En este espacio me encontré con un montón de pibas y no me separé nunca más de ellas.

APU: ¿Por qué es importante que existan espacios como “Norita Fútbol Club”?

Betty García: Porque cada una de esas pibas pone todo lo que siente por el fútbol cuando juega. La gente que juega al fútbol lo hace porque lo siente de corazón, no juega por jugar. Yo veo que, a veces, alguna de las chicas se lastima y quiere jugar igual. Ni siquiera una lesión las frena. Acá en el barrio hay muchísimos equipos, no sabes la cantidad de pibas que juegan ¿Cómo no me va a justar eso?

APU: ¿Qué le dirías a una piba que quiere jugar al fútbol y no se anima a entrar a una cancha?

BG: Que se animé, que, si le gusta, se animé y que entré. Yo creo que a lo mejor no es que no se anima, sino que no la dejan o le ponen trabas. Les diría que no dejen de hacer lo que les gusta porque se van a arrepentir. Si saben jugar bien que se presenten en los equipos de primera porque pueden llegar a la selección. Uno nunca sabe dónde puede terminar. 

APU: El triunfo de ustedes, “Las Pioneras”, abrió la posibilidad de que hoy las pibas se animen a soñar con ir a un Mundial ¿vos también lo sentís así?
BG: Supongo que sí. Yo siento que les abrimos las puertas y ellas siguen. Las chicas me agradecen que siga luchando por ellas y yo voy a seguir luchando hasta el final para que las pibas no pasen por lo que tuvimos que pasar nosotras. Nos tocó una muy difícil. No sólo por el deporte, no te olvides de que estábamos en dictadura. Imagínate lo que era, terrible. Fue muy feo.

APU: Tu pasión por el fútbol sigue intacta, nunca la perdiste, dejaste de jugar, pero el deporte sigue muy presente en tu vida.

BG: A veces, les digo a las chicas: “Ustedes son un equipo feminista y luchan por lo que quieren. Nosotras, sin saber que éramos feministas, luchamos por lo que quisimos”. Y es que, todas las jugadoras luchamos por lo mismo y, en ese momento, no nos importaba el qué dirán ni nada por el estilo.

Mi mamá murió cuando yo tenía 17 años. A ella no le gustaba el deporte, pero tuve la suerte de que mi papá me acompañara y me fuera a ver a los partidos para alentarme. Otras pibas no tuvieron eso y mentían en sus casas para ir a jugar. Era muy difícil. 
Mi papá fue el único con quién pude compartir esta pasión, al resto de mi familia no le gustaba, pero mi papá me dejaba ir a jugar. Yo siempre pensé que si mi papá me dejaba ya estaba, el resto eran de palo. 

APU: Vos mencionaste que se avanzó en la profesionalización del fútbol pero que todavía falta mucho, ¿Cómo ves el panorama actual? ¿Qué cambios deben incorporar los espacios de fútbol para hacer la diferencia?

Betty García: No todas las pibas cobran por jugar, las que no están en primera directamente no cobran. Imagínate que una piba del interior que se viene a jugar a capital, necesita un alquiler, a veces, consiguen que el club se los pagué, otras veces se lo tienen que pagar ellas, pero con lo que ganan no les alcanza. La AFA tiene que ayudar a los clubes porque ellos reciben plata del fútbol femenino. Bueno, tienen que distribuirlo.

Siempre digo que en los cuerpos técnicos tiene que haber más mujeres y no solamente hombres. Hay muchas jugadoras técnicas en nuestro país. Es muy importante que las pibas se sientan avaladas y protegidas. No hay que darle lugar a los varones que se hacen los vivos, esto ya ha pasado. A veces, las chicas por miedo no hablan. Hay que evitar eso. Es fundamental que haya más mujeres porque el fútbol femenino es un juego de mujeres, entonces, ¿por qué los hombres tienen que seguir ocupando más lugares? No, le tienen que abrir más lugares a las mujeres.

APU: ¿Qué sentís cuando las pibas te reconocen?

BG: Me pone contenta que me reconozcan y nos reconozcan. Que sepan que yo, junto al resto de “Las Pioneras” abrimos caminos. Ahora, nos sentimos reconocidas, el cariño que nos dan las jugadoras es impagable. Yo misma me siento muy querida con las chicas de “Norita” y eso me hace muy bien.

APU: ¿Cómo fue dejar el fútbol y cómo te reencontraste con esta pasión?

BG: Dejé de jugar en el 85 por miedo a lesionarme porque tenía que seguir trabajando. Si me lesionaba, no me pagaban en el trabajo y no tenía con qué vivir. Muchos años trabajé en un taller de guantes industriales por mi cuenta. Eso me permitía manejar mejor mis horarios. Cuando me puse más grande, me fui a trabajar a una agencia de juegos en una agencia y ahí sí dependía mucho de los horarios del trabajo. Siempre trabaje, como mis compañeras. 

Cuando dejé de jugar, me abrí y me alejé del fútbol. Volví en el 2017 cuando una ex jugadora decidió buscarnos por un cuadro que había visto de nosotras en el Mundial y nos encontró. Por ella, AFA nos dio un reconocimiento y nos pidió disculpas por no haber hecho nada por nosotras. A partir de ahí, empezaron los reconocimientos. Me dieron la Medalla Elfo Cabrera en el Senado de la Nación. Jamás habían premiado a una jugadora de fútbol, premiaron cualquier deporte menos al fútbol femenino. Yo siento que también les abrí camino a las pibas en ese sentido, para que a ellas también les entreguen un premio por sus trayectorias.

A el fútbol lo sigo disfrutando. Ganamos y perdemos, pero yo disfruto igual. Veo el entusiasmo y las ganas de las chicas cuando juegan y eso me encanta. No te imaginas las ganas que tengo de meterme en la cancha, todavía a esta edad. Mira lo que es el deporte para mí que, a veces, yo también pateo en la cancha. 

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