Contala como quieras, les hicimos el encuentro
Fotografía de Poli Carrizo
Por Florencia Hartmann y Abril García Mur*
“Che, alguna quiere que lea los talleres”, en coro varias respondieron que sí. “Son 73, si alguno les interesa me paran y leo la descripción”. Con el monótono paisaje de ruta de fondo y con mate girando estuvimos prácticamente una hora para leer la diversidad de propuestas. Cada uno parecía encontrar a su sujeta interpelada en la ronda de escucha. Cada uno suscitaba un debate que empezaba más o menos así: “Ya es hora de que no se llamen más Mujeres y… no?”, “Vamos al de pueblos originarios? Quiero debatir lo de Encuentro Plurinacional”, “Es importante ir al de trans, las compañeras son las que más rompen esquemas dentro de los Feminismos”. Somos muchas, muy diversas, convertimos la experiencia en debate, la bronca en unidad, y la pluralidad en necesidad.
La marea feminista que el pasado fin de semana se encontró para mover las estructuras de la ciudad de Trelew, volvió nuevamente renovada. El Encuentro más austral. La ciudad más chica en donde se haya realizado un ENM. Las que emprendimos el viaje, que en algunos casos duró hasta 24hs, nos íbamos imaginando cómo iba a ser: si tendríamos frío, cómo nos íbamos a dividir en los talleres, cómo nos íbamos a organizar para dormir. Porque emprender viaje a cualquier ENM contiene en sí una mística propia. Es uno de los pocos fines de semana donde estamos todas en igualdad de condiciones. Todas tenemos el mismo nivel de hambre, cansancio, suciedad. Todas estamos con el mismo nivel de euforia y ansiedad. Esa sinergia propia que se genera cada vez que decidimos viajar, es la potencia que nos caracteriza como una ola que arrasa contra cualquier adversidad librada.
“¿Ustedes son las que vienen a matar bebés? ¿O son las que le vienen a pegar a todos los varones?”, preguntaron aquellos que habitaban todos los días la primaria que estábamos por ocupar. Entre risas y asombro contestamos que no, que nosotras no le haríamos a los varones lo que ellos nos hacen a nosotras, sino que veníamos a reclamar igualdad y derechos. Un poco aliviados por la respuesta preguntaron: “¿Y es verdad que son todas trans?”. “¿Importa en algo?”, replicamos sin tener respuesta. “Ustedes son transas!”, tanteó uno. “¡¡No!! Transa es la policía”, afirmamos haciéndonos reír a todes. Y ahí sí, nos dieron la bienvenida y nos ayudaron a entrar las cosas a su escuela que, bien dijeron, nos la prestaban.
Desinformación, miedo y bronca machista. La sociedad de Trelew nos recibió asustada por el nivel de mentiras que se difundieron antes de nuestra llegada. Con la imagen de una horda de locas rompetodo, varies vecines siguieron la consigna de comprar lo necesario y encerrarse en las casas, de cerrar los negocios por potencial amenaza, de preparar piedras para echarnos. El propio Intendente Maderna en un irresponsable mensaje comunicó no poder evitar que “las feministas rompan todo”. 50 mil mujeres, lesbianas, trans, bi, no binaries, situamos Trelew. Nos esperaban violentas y nos encontraron alegres, libres, deseosas, organizadas, convencidas, fuertes.
Las que venimos participando, interrumpida o ininterrumpidamente, o incluso quienes fueron por primera vez, volvemos a nuestras ciudades sin poder ser las mismas. Y ese sin poder ser las mismas, lo vemos como una de las características más transversales, importantes y necesarias que nos da la experiencia de pasar un fin de semana entre las nuestras. Entre quienes venimos enunciando y expresando nuestras demandas y nuestro derecho a querernos vivas, insolentes, soberanas, desendeudadas, dignas. Siempre repetimos que las mujeres, lesbianas, trans y travestis necesitamos aunque sea participar de un Encuentro, al menos una vez en nuestras vidas. Trelew no fue la excepción.
“¡Mujer escucha, únete a la lucha!”. A cada paso aparecían ellas, por los balcones, por las terrazas, en las puertas. Con lo primero que tenían verde o violeta, con un pañuelo, o con carteles llenos de consignas. Viejas, jóvenes, chiquitas. Por ellas agitamos las 4 horas de marcha, por ellas caminamos sin tener fin. Por esas pibas que nos abrazaron desde sus casas, que se fortalecieron con nuestros gritos, que dieron sentido a las veinte horas de viaje, que nos y se aseguraron que no estamos solas nunca más, que somos un montón y estamos juntas. Que ya no nos para nadie porque lo estamos tirando.
Pero a su vez, la ciudad post encuentro tampoco vuelve a ser la misma. Como un malón que pasa y no se olvida, que sitúa la ciudad, la hace propia y después la deja para encender ciudades venideras. Las trans, lesbianas, bi, no binaries, mujeres habitamos y copamos las calles, las plazas, las escuelas desafiando la hegemonía y costumbre patriarcal sobre el espacio público. La movilización del domingo, como síntesis política del Encuentro, recorrió gran parte de todos los barrios periféricos de Trelew haciéndose sentir por toda la ciudad.
“¿Qué pasa compañeras que cuando una trans es encontrada asesinada no nos movilizamos?”. El acto previo a la movilización contra los travesticidios nos volvió a interpelar y a cuestionar. No somos sólo mujeres, somos diversas identidades en unidad que día a día ponemos en jaque todas las estructuras, ampliando nuestras propias sujetas, nuestros propios programas y nuestro propio movimiento.
Cuando decimos que el movimiento feminista es sentido histórico, lo decimos de manera literal. El primer encuentro que se gestó ni bien recuperamos nuestra democracia exigiendo la ampliación de derechos para las mujeres, que en el 2001 condensó los debates y necesidades de las ollas populares, y que este año logró la media sanción sobre la ley de aborto, es el mismo que puso sobre la mesa el debate sobre el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras identidades. Cada Encuentro, como síntesis, refleja el aporte sustancial del movimiento feminista plurinacional hoy: correr los márgenes de lo posible.
Llegamos a Trelew con la fuerte consigna de los pueblos originarios, exigiendo que el Encuentro, a partir de ahora, sea Plurinacional. Y lo volvimos derechos consumados. A su vez, se incorporó dentro del organigrama la marcha en contra de los travesticidios, que hasta el encuentro pasado se realizaba de forma paralela y autogestiva. Logramos romper los márgenes y dejamos de enunciarnos como un Encuentro de mujeres, para enunciar que el Encuentro somos todes: lesbianas, trans, travestis. No lo hacemos de forma consignista sino que lo vemos como una enunciación que para nosotras es una victoria, porque ganamos en organización. Nos demostramos que los Encuentros siguen siendo necesarios y prioritarios para construir y tejer las redes que nos fueron coartadas históricamente. Todas estas victorias nos transforman y ya no volvemos a hacer las mismas. El año que viene en La Plata nos encontraremos hermanadas haciendo carne estos avances y volviéndonos a desafiar profundizando en ampliación y unidad.
¡Cómo te duele machista! Que crezca la lucha Feminista
Ni los piedrazos, ni las baldosas que rompieron varios vidrios de los micros en donde nos encontrábamos al salir de la escuela de Trelew, tampoco los balazos de goma ni la desidia y decisión política de reprimir del Estado para encubrir machitos golpeadores*, pueden cambiarnos. El movimiento feminista reafirmó y plantó nuevas banderas. Una vez más, demostró ser uno de los movimientos de mayor inflexión de la coyuntura macrista y de mayor capacidad de movilización y articulación. 50 mil identidades diversas en el sur que esperan multiplicarse en la plata.
A aquellos que nos siguen diciendo que no podemos conducir, que nuestro movimiento es poco político, que no es revolucionario, que es débil, que está lavado, que no tiene un programa claro, o que es “clasemediero”, les hicimos el encuentro. A aquellos que nos siguen pegando, que nos violan, que nos matan, que nos acosan, que nos violentan, les hicimos el encuentro. A aquellos que nos quieren callar, que nos quieren demonizar, que nos quieren presas, les hicimos el encuentro. Al intendente, la política machista y los medios misóginos, les hicimos el encuentro. A toda esa violencia que es social, política e institucional las mujeres damos resistencia. Nos tienen miedo, porque estamos organizadas.
En un momento en donde los neofascismos aparecen como respuesta y la derecha se consolida sin clara oposición aparecemos nosotres. Como movimiento histórico, político, disidente y en revolución. Nos encontraremos en La Plata el año que viene a dos semanas de las elecciones generales haciendo escuchar nuestras voces feministas.
Nos quisieron construir enemigas pero estamos más aliadas que nunca, de esa potencia ya no hay vuelta atrás. Que tiemblen los machistas porque América Latina y el mundo será Feminista.
*Florencia Hartmann y Abril García Mur son Militantes feministas de Futura.
* Cabe destacar la singularidad de la represión en Trelew. Ante un confuso golpe y ruptura de la ventana de un comercio, violentos varones de civil empezaron a perseguir a compañeras que pasaban por ahí al grito de “ladronas”. Mientras les pegaban, las tiraban al piso, la policía con una cantidad desmadrada de efectivos intervino con balas de goma y gases: para cuidar a las pibas? No, para defender a los agresores. Las compañeras recibieron varios balazos de goma y 10 fueron detenidas.