Dora Barrancos: “Vamos a resistir estratégicamente”

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Dora Barrancos: “Vamos a resistir estratégicamente”

10 Diciembre 2023

La historiadora, investigadora, socióloga, educadora y feminista argentina conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre estos 40 años de Democracia, sobre el rol de los feminismos en dicha etapa y qué nos depara la situación de quiebre actual.

Agencia Paco Urondo: Me gustaría empezar historizando el movimiento feminista en estos 40 años de la democracia, a través de sus luchas y sus conquistas trascendentales.

Dora Barrancos: En un balance que no necesariamente es ultraoptimista, un análisis apenas denso de lo que ha significado las conquistas obtenidas por las mujeres y las disidencias exógenéticas, no tengo la menor duda de que hemos hecho un número enorme de escalones ascensionales. Obviamente, siempre será limitada esa ascensión, porque no hemos podido erradicar las células patriarcales que son constitutivas de todas nuestras sociedades. El balance es satisfactorio si se analizan las aproximadamente 30 leyes principales, tenemos una aglutinación de derechos que, comparativamente con América Latina, nos coloca en un sitio muy particular.

Sobre todo con el último salto cuántico que es la obtención de la ley de aborto en la Argentina, el día 30 de diciembre del 2020, a las 4:14 de la madrugada. Es imprescindible dar los detalles porque es una de las luchas más difíciles. Tuvimos a lo largo de los 40 años, compañeras entrañables que pusieron en primer lugar la cuestión del aborto. Los feminismos, en general, han tenido ciertas especializaciones en el pasado. Por ejemplo, el sufragio, que constituyó una especialización dentro del régimen de posibilidad de luchas dados por las feministas.

Viniéndonos mucho más acá, tampoco quedan dudas acerca de la experiencia extraordinaria que significó el retorno de la democracia para el resurgimiento de los feminismos en toda América Latina, pero sobre todo en los países que padecimos regímenes brutales, terrorismo de Estado, como ha sido el nuestro. Hay que analizar los esfuerzos de esos feminismos en orden a las circunstancias de alteración completa del Estado de Derecho.

Cuando éramos jóvenes militantes sociales no era por feministas, aprendimos para nosotras en la dura experiencia de los exilios, de los exilios internos, no solamente de aquellos lugares a donde fuimos a parar tantísimas mujeres que habíamos tenido militancia política social. La experiencia de los 40 años de Democracia, si se analiza con relación a otras perspectivas latinoamericanas, en la Argentina se verá que da un conjunto en leyes muy importantes: patria potestad compartida, el divorcio vinculante, la primera experiencia de cupo de representaciones en el Poder Legislativo, fuimos pioneros con el famoso cupo del 30%. Además, Argentina firmó las convenciones, adhirió con leyes específicas tanto a la CEDAW (Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer) como a Belém do Pará, conseguimos que la Constitución de 1994 hicieran mención especial a la CEDAW, circunstancias que no está presente en ninguna otra Constitución renovada de América Latina. Era redundante, porque las convenciones están por encima de la propia Constitución, pero aún así, las feministas representantes en la Constituyente de Santa Fe hicieron que hubiera un pie de página que acertara de manera estricta nuestra adhesión a las convenciones.

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La vorágine de derechos sobreviene en el interregno que va del 2013 en adelante, con un conjunto de leyes que no son solo significativamente órdenes de derechos para las mujeres, sino una ampliación extraordinaria de los Derechos Humanos en orden a la diferenciación sexogenérica y a las diversidades. La 26485, su ampliación posterior con la dimensión política dentro del orden de las violencias, el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, y el climax de ese ascenso de derechos ha sido la Ley del Aborto.

Tiene una técnica notable desde el punto de vista jurídico, es una norma muy bien hecha. Es casi un espejo en lo que hace a las reformas fundamentales que están viviendo países como México y Colombia, impactó fuertemente en toda la región latinoamericana y más allá. Completo: la incorporación del femicidio como figura trágica, que hace hiperpunible al homicida (femicida o transfemicida). Ese artículo 80 del Código Penal aumenta notablemente la pena por ocasión de dar muerte no sólo por razones de género, de orientación sexual, también por odio étnico. Hemos conseguido por decreto, además, el orden registral no binario, un punto notable de avance sobre las políticas en torno de género regionales.

APU: Nuestras conquistas las tenemos que recordar permanentemente por esta situación que estamos atravesando y como feminismo pararnos frente a este escenario ¿Cuál es tu reflexión sobre nuestra actualidad?

D.B.: Desde el punto de vista de mi sensibilidad, estoy completamente azorada. He salido del estupor, porque desde el punto de vista médico es un estado de semiconsciencia. Estamos todavía noqueadas, pero no desarticuladas. Hemos vuelto a zonas irremediablemente conectivas de nuestras neuronas. Designo como catastrófica la situación actual y no es ni una exacerbación, exageración, ni nada por el estilo. Es absolutamente catastrófica la circunstancia que vamos a vivir de inmediato, ya asoman los prolegómenos, anticipándola. Creo que hay que evitar que sea una verdadera tragedia; implica un gran compromiso por parte de las Ciencias Sociales analizar bien la situación.

APU: ¿Cómo se llega a eso?

D.B.: Hay que analizar bien, salir del “me parece, yo creo, tengo la hipótesis”. Las Ciencias Sociales tienen que hacer un trabajo arduo porque los públicos electores son muy diferentes, altamente heterogéneos. Esos millones de votos están correspondiendo a sensibilidades diferentes. Analizar lugar por lugar, segmento por segmento, no alcanzan los recursos habituales que tenemos para el análisis que hacemos, a veces, con cuestiones muy obvias. “La gente está con malestar, tenía una inflación alta”. En otros momentos había inflación altísima, pero la gente no eligió a Frankenstein, es la primera vez que ocurre. Se nos han quemado los papeles. En el pasado, el nido de la serpiente del nazifascismo tenía mucho que ver con una categoría que ya no la usamos más, una categoría tensionante social de la cual se ocupó Hanna Arendt : la Ralea.

Era gente que estaba desconcertada, desorientada, que tenía por momentos situaciones desquiciadas en su subjetividad y que, en gran medida, tenían una suerte de diferenciales de posiciones económicas culturales que eran de desclasamientos, pero no de arriba hacia abajo. Los hay de abajo para arriba, pero estos desclasamientos suelen estar investidos (es la novedad) de una suerte de resentimiento preventivo. “Llegué acá por mis méritos, porque yo pude”.

“Designo como catastrófica la situación actual y no es ni una exacerbación, exageración, ni nada por el estilo”.

Esa construcción superindividual es lo que se llama la atención en este procedimiento político más actual, en los dispositivos internos de las culturas políticas que tenemos. Lo que debemos indagar fuertemente es el corrimiento de eso que antes era muy magmático, muy colectivo en la Argentina. Había una generación de oxigenación cultural política que tenía mucho que ver con lo colectivo, ahora resulta que no es tan así. Los encantamientos respecto de sortilegios que aparecen y que son conmovedoramente reduccionistas, la casta, etc., hacen que las individualidades se animen bastante en el sentido de esa orientación. Los días que van a correr, van a ser de muchísimo dolor.

APU: ¿Cómo se genera resistencia? ¿Se va aggiornando a los tiempos, es siempre similar, se da de distintas maneras? ¿La batalla es más cultural, es más en las calles? ¿Tuvieron mucho que ver las redes?

D.B.: El momento va a exigir de todes, sobre todo de esos nucleamientos que van a existir. Algunos ya forjados políticamente, pero acá hay una tarea panpolítica, panideológica, por así decirlo, que va más allá de los constructos que tienen ciertas fuerzas progresistas en la Argentina. Hay que ser muy estratégicos. La resistencia que yo avizoro no es a tientas y locas, debe ser muy sopesada la oportunidad, el momento, porque los motivos de movilización van a ser de todos los días. Hay que analizarlas de antemano. En lo posible, no improvisaría mucho. Lo que tiene que aparecer primero en la escena de lo que sería la protesta, deberían ser los afectados directos que votaron a esta fórmula. Las clases medias van a sufrir muchísimo, como en el 2001. Hay algunos grupos con los que vamos a necesitar una gran cuota de paciencia. Lo más trágico que nos ha ocurrido es ver cómo millones de gentes votaron la servidumbre voluntaria. Cómo votaron profundamente contra, no periféricamente. La otra paradoja: todo fue avisado. Vamos a tener que tener paciencia, esto no es el 2015 donde había un decorado mórbido de fraude donde se decía todo lo contrario de lo que se hizo. En este caso, todo el mundo fue avisado, y la pregnancia autorizante es, justamente, toda esa masa de votantes. Hay una idea de que eso fue un cheque en blanco. Otra cosa que me preocupa mucho es cómo estos gobiernos de extremísima derecha son autorizantes de todas las violencias que andan por ahí.

“Todo el mundo fue avisado, y la pregnancia autorizante es, justamente, toda esa masa de votantes”.

APU: Legitiman, de alguna manera.

D.B.: Las autorizan, las legitiman. La gente que trabaja en la 144, en estos días ha recibido amenazas, tropelías, insultos. De modo que esos factores, andan sueltos y despojados de cualquier tipo de inhibición, y esto es muy peligroso.

APU: Pensaba en la campaña, la imposición del discurso del odio, azuzado por los medios ¿Cómo nos plantamos ante estas situaciones?

D.B.: Ahí es donde más controles tenemos que tener, sobre todo para contribuir a la reflexión. Cuando digo “hay que ser estratégicas” me hablo a mí misma, no es un consejo que derramo proféticamente y con la suma del arbitraje posible de la razón que me asiste. Vamos a tener que confrontar de otro modo, seguramente. Ha aparecido el fuelle antifeminista en los sectores menos pensados. Me refiero a que muchas personas que tienen averías brutales, personales, que han sido y están siendo retadas por el influjo feminista, a pensar en sí; tal vez ahora hayan vuelto a la retranca, como se dice popularmente, estén convencidas de que el mal está por acá.

Insisto con tener una dosis de paciencia telúrica y una capacidad para los diálogos que podamos tener en copresencia sean sensatos. Vuelvo a marcar que la primera reacción que aparezca sea la de aquellas, aquellos, aquelles, que están afectados directamente por las consecuencias del propio acto, un voto positivo a don Frankenstein no por lo que dice sino porque está seguro de que no lo va a hacer, todo un oxímoron. Es muy patético desde el punto de vista del análisis que tenemos que hacer. Desde el punto de vista de comunicacional conviene, en todo caso, que antes tengamos una comprensión mucho más fina de lo que ha pasado con tantísima gente en nuestro país. Vamos a resistir estratégicamente, esta es la cuestión. Esto es lo esencial de la condición humana, nuestro destino es seguir resistiendo.