Los casos de Bridgitte Nieto y Joe Lemonge: contrapuntos de la Justicia machista y patriarcal
Por Lara María Bertolini
Si realmente queremos ver fallos que provoquen en nuestras enseñanzas anquilosadas la realidad del cambio del constructo social y éstas revolucionar los marcos teóricos actuales, debemos ver nuevos casos, nuevas construcciones sociales. El género como identidad está regido por mandatos sociales dentro de un binario estipulado dentro del poderío patriarcal instaurado.
¿Y las identidades transicionadas dónde entramos? ¿Y qué pasa con los casos de legítima defensa sobre nuestros intentos correctivos patriarcales (mayoritariamente erigidas como razón por los hombres machos)?
Ya en el caso de identidades trans, femineidades y masculinidades dos nuevos casos hicieron tambalear los fallos emitidos por jueces no educados ni actualizados. No podemos sostener normas legales como sagradas, sino repetiríamos el mismo proceso que llevo al quiebre en el medioevo. ¿Hasta qué punto estos jueces probos sostienen algo que no conforma con la aplicación de la ciencia jurídica a los nuevos registros de componentes sociales?
¿Hasta qué punto estas sentencias inexactas y plausibles de ser revocadas harán que la violencia institucional siga su avance invisiblizando por las normas sectarias y sobre todo hoy por hoy inexactas?
Tenemos dos casos relevantes de actualidad: Joe Lemonge, hombre trans o masculinidad trans y Bridgitte Nieto mujer o femineidad trans. Dos contrapuntos de inexactitud, en el de Bridgitte hubo una absolución por parte del Superior Tribunal de Justicia que apoyó su dictamen en los nuevos constructos y entendimientos sociales de nuestras nuevas identidades.
En el caso de Lemonge: invisibilizando el modo corrector del macho puro y binario que a quien se autopercibe hombre trans debe ser castigado socialmente, incusive de violación para recordarle el imperio de la genitalidad como rigor de identidad y no el derecho a autopercibirse. Acusandoló de intento de asesinato, según relato de medios de comunicacion fehacientes.
Defenderse por ser hombre trans de los designios de poder en los que se excede el machismo, hoy en estas leyes inexactas es un crimen.
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná con asiento en La Paz (Entre Ríos) decidió condenar a Joe Lemonge, un varón trans, por considerarlo “autor material de homicidio en grado tentativa” a una pena de cinco años y seis meses de prisión. Durante toda la audiencia, Joe fue tratado en femenino a pesar de que su identidad autopercibida es masculina.
Si solo sostenemos la comparación de fuerza física basada en la genitalidad y el binarismo, poco podremos hacer para el entendimiento que las violencias exceden el marco biológico equiparando la defensa como disparador de culpabilidad invalidando la defensa.
Las personas trans, femineidades trans y masculinidades trans, en el caso puntual a que mi vida e identidad refiere (femineidad travesti) pensamos que a aquellas que dejamos todos los privilegios patriarcales de la identidad sexual abrazando nuestra identidad de género, nos corremos de los parámetros establecidos de posición de poder y sobretodo de privilegios de la corporalidad e identidad masculina a tal punto que muchas generan el proceso de modificación transicional corporal siendo este no taxativo ni constitutivo obligado para determinar el género autopercibido.
Ante esta situación no solo caemos en un marco inexistente de defensa sino que además no tendremos el derecho de igualdad para realizar un juicio justo.
Sólo lo comparable con el concepto de femineidad y feminismo que hoy por hoy es el único constructo legal que quizás pueda interpretar a medias nuestra identidad en la construcción social, politica, legal y cultural en proceso pleno transicional, el que va demostrando así que la revolución de géneros que interpela a la sociedad.
* Femineidad travesti, activista, trabajadora Judicial, estudiante de Derecho, docente ad hoc del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis.