Unidas por una justicia antipatriarcal
Por Florencia Losio*
Este 8M nos encuentra a las trabajadoras judiciales de SITRAJU más diversas, plurales y con mayor unidad en cuanto a nuestros desafíos y objetivos como mujeres, lesbianas, travestis y trans en el sistema de administración de justicia.
Avanzar en acuerdos y consensos no es tarea fácil en un sector de trabajo con una muy baja tasa de sindicalización, sumamente patriarcal y misógino. Prueba de ello es que a pesar de ser las mujeres la mitad de las trabajadoras, solo el 30% de nosotras accedemos a los cargos de mayor jerarquía (fiscalas, defensoras o juezas) y mayormente en los fueros civil, de familia y de seguridad social. Mientras el mundo y nuestro país avanzan hacia la paridad en todas las reparticiones estatales, “la justicia” sigue haciendo ojos ciegos a nuestras demandas. En la Corte Suprema de Justicia solo una integrante es mujer, y en los proyectos de reforma que esta semana presento la misma Corte tampoco es la paridad un tema en agenda. Las judicialas por orden o por costumbre tenemos el techo de cristal bien presente y porque no también a veces el piso pegajoso, nos sobran los ejemplos de magistradas y funcionarias que pagan caro el precio de ir en contra del statu quo.
Desde las trabajadoras que integramos SITRAJU Género hemos podido detectar tres grandes ejes que están íntimamente relacionados pero que es necesario separar, unir y visibilizar.
El primero está referido a nuestras condiciones de trabajo, como mujeres, lesbianas, travestis y trans. Las demandas van desde más derechos para las personas gestantes, ampliación de licencias, espacios de lactancia, gozar la licencia de excedencia con derechos (a la obra social, a la feria judicial en ese periodo), espacios de cuidado para niñas y niños, entre otras cosas. En el Ministerio Publico Fiscal de la Nación hemos tenido una reforma al régimen de licencias, con grandes modificaciones reconociendo a todas las familias, no solo a la familia nuclear heterosexual, es un régimen innovador en relación con la situación de otros sectores judiciales, tiene en cuenta entre otras la licencia por violencia de género, licencia para tratamiento de fertilización, pero aún quedan demandas pendientes por ejemplo la licencia para persona gestante tiene menos derechos que cualquier otra licencia.
Otro de los ejes trabajados es nuestra responsabilidad como operadorxs de la justicia en avanzar hacia una justicia antipatriarcal, aquí como trabajadorxs tenemos una responsabilidad, no solo lxs magistradxs tienen que realizar capacitaciones en género y diversidad sexual, sino todxs lxs trabajadorxs. Brindamos un servicio, el servicio de administración de justicia, y este tiene necesariamente que estar en donde están las necesidades de la ciudadanía; de las mujeres víctimas de violencia de género; de travestis y personas trans víctimas de violencia policial y social por su identidad de género. Nuestra responsabilidad esta con ellas que recurren a la justicia buscando soluciones, es donde tenemos que estar, con una escucha atenta, sin revictimizar, sin demora. Necesitamos que el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo pongan los recursos económicos necesarios para fortalecer las áreas de género de las fiscalías, defensorías y juzgados de todo el país, que haya más lugares de acceso a la justicia en los barrios, que se cubran todos los puestos vacantes para descomprimir los juzgados que están sobrepasados de expediente. Es necesario que lxs judiciales tengamos convenio colectivo, no solo para discutir salario, sino también para discutir como actor clave qué tipo de administración de justicia queremos.
Y por último no podemos estar ajenas a las demandas del movimiento amplio de mujeres, feministas y a todo el movimiento obrero argentino. Por eso nos pronunciamos a favor del aborto legal, seguro y gratuito, a una efectiva implementación de la ESI, a la Libertad de Milagro Sala, a la absolución de Higui, y al cese de la persecución policial y judicial a las mujeres, lesbianas, travestis y trans, al cese de los despidos, rechazamos las políticas de ajuste y de achicamiento del estado y exigimos la derogación de la reforma previsional.
Construir sindicalismo feminista, con históricos dirigentes varones y con nuevos dirigentes también varones es un desafío duro pero imprescindible para construir una justicia antipatriarcal al servicio de nuestro pueblo.
*Referente de Sitraju Género