El batllismo dentro del Frente Amplio: entrevista a Glenda Rondán
Glenda Rondán es probablemente la última dirigente histórica del batllismo (Partido Colorado) que se pasó al Frente Amplio (en el año 2010). Culmina así una larguísima tradición que se inicia con Zelmar Michelini que, en el año 1971, confluye con sectores blancos progresistas y con la izquierda uruguaya para fundar el Frente Amplio. Glenda Rondán fue, por muchos años, secretaria y colaboradora de Julio María Sanguinetti, dos veces presidente del Uruguay. En su larga trayectoria política fue diputada nacional por varios períodos, edita departamental y ocupó distintos cargos en los gobiernos colorados. Siempre dentro de la lista 15, tradicional del batllismo. Finalmente, bajo el gobierno de Tabaré Vázquez, y ya dentro del Frente Amplio, fue directora de los Centros MEC, del Ministerio de Educación y Cultura. En este momento anima Sumemos, un sector interno del Frente Amplio.
Agencia Paco Urondo: En los últimos años, has promovido un nuevo sector dentro del Frente Amplio denominado Sumemos. ¿Cómo surge y qué representa?
Glenda Rondán: El Movimiento Sumemos surge luego de la derrota electoral del Frente Amplio (FA) en 2019. De cara a las Elecciones Departamentales de 2020, varias Agrupaciones Nacionales y Departamentales acordaron tener una expresión electoral propia. Se trataba, en general, de grupos pequeños, con dificultades para hacerse escuchar dentro del FA, pero con una gran tradición de militancia, con la convicción que en la unidad estaba nuestra fortaleza.
Las Agrupaciones que integran el sub-lema, tienen una concepción municipalista, impulsores del desarrollo local y el proceso de descentralización y participación ciudadana. Ahí nos encontramos con los dirigentes locales, concejales, dirigentes barriales, ediles departamentales, que hoy queremos destacar, porque mucho se habla de la renovación de los liderazgos del FA, pero poco se dice sobre la participación de los dirigentes locales, aquellos que conviven cotidianamente con la gente, con sus necesidades y anhelos, que tienen esa sensibilidad propia de los gobiernos de cercanías, y que nosotros hoy queremos reivindicar, porque son los dirigentes locales imprescindibles para la transformación del Frente Amplio y por supuesto, para mejorar la calidad de vida de la gente.
Este movimiento municipalista y de progreso, con profunda raíz e identidad frenteamplista, reafirma los principios fundacionales del Frente Amplio. Somos parte del campo popular, procurando ampliar la representación de los ciudadanos y las ciudadanas de todo el arco progresista del Uruguay. Todo esto en el entendido de que la clave para la profundización de los cambios, iniciados en el 2005, en beneficio del pueblo uruguayo, necesariamente implican la canalización y articulación de los anhelos y esperanzas de las grandes mayorías.
Nos proponemos un cambio sin vanguardias iluminadas y con bases que no nieguen los procesos históricos de acumulación y aprendizaje social. En esto último, los sectores que aquí participan tienen un compromiso probado en la historia política y en la vida social del país. Esta forma “SUMEMOS”, llega como herramienta para ampliar la participación de todas y todos en el proyecto progresista.
En ese entendido, el Movimiento Sumemos se presentó a la Elección Departamental de 2020, en plena pandemia, logrando un resultado de 130.000 votos en todo el país, lo que llevó a obtener la banca de 24 ediles, 3 de ellos en Montevideo, superando en la capital la votación de la lista 609 del MPP.
Algunas de las agrupaciones que conforman el Movimiento Sumemos son Baluarte Progresista, Corriente de Izquierda, Izquierda Frenteamplista Independiente, Movimiento Social de Izquierda, Independientes FA, Izquierda Abierta, Rochenses Unidos, Raíces Canarias, entre otras.
APU: Quiere decir que Sumemos no es sólo la expresión del batllismo dentro del FA, sino que abarca también a otras corrientes históricas de la izquierda.
G.R: Claro. Yo por ejemplo no me identifico con ninguna corriente en particular. Ayudo al desarrollo de todas. Seguramente estaría dentro de los Independientes FA. El batllismo es una corriente política fundacional del estado uruguayo. Batlle y Ordóñez fue el creador del Uruguay moderno con las grandes empresas del estado como ANCAP (petróleo, gas y alcoholes), UTE (Usinas y Teléfonos del Estado, luego Usinas y Trasmisiones Eléctricas) ANTEL (teléfonos). El batllismo fue el promotor del desarrollo y del ascenso social a partir de la expansión de la educación pública en todos los rincones del país y de un capitalismo regulado a través de un Estado presente, fuerte y participativo.
APU: Para la tradición política argentina podríamos decir que el batllismo en Uruguay representó lo que el radicalismo yrigoyenista y el peronismo representaron para la Argentina.
G.R: Si, con el agregado de que las banderas de la institucionalización del voto ciudadano, como fundamento de la democracia, en Uruguay se implementó antes que en la Argentina, que debió esperar hasta 1916, con la gesta yrigoyenista, para terminar con el fraude patriótico. También nos adelantamos con el voto universal para la mujer, que en Argentina recién se conquista con el peronismo en 1949.
APU: Este año se cumplen 50 años del golpe cívico militar de 1973. Tengo entendido que en esa época vos eras secretaria de bancada del batllismo y fuiste secuestrada. Contanos esa experiencia.
G.R: A mí me llevaron presa en realidad dos veces. En el 73 a pocos días de la huelga general, antes del 15 de julio, me llevaron a un cuartel de caballería que está pegado al cementerio del Norte. Yo estaba parada en Luis Alberto de Herrera y Burgues para irme para mi casa, caminando, porque aún no había ómnibus. Allí paró un camión del ejército y comenzaron a interrogarnos. Me preguntan dónde trabajaba y yo les dije que era profesora de literatura en la secundaria, mi profesión de toda la vida. Me dijeron: “¡Mentira! Vos trabajas en el Palacio (por el Palacio Legislativo, el edificio del Parlamento uruguayo)”. Yo les contesté: “No porque ustedes lo cerraron. ¡Qué voy a trabajar en el Palacio!”. Bueno, ahí, poco menos que a las patadas me subieron al camión. Y marché para el cuartel. Salí tres días después, porque Lanza, Sanguinetti y Adela Reta se empezaron a mover para rescatarme. Vos sabes que mi mayor temor era que mi viejo pensara que yo era tupa. Él era batllista de toda la vida y me preocupaba que pensara que yo había hecho cosas al margen de él.
En el ejército me reventaron a palos. Me dejaron un riñón lesionado que lo padecí durante cuarenta años. Este lado de la cara mía era todo cáscara. Es que con la capucha perdés estabilidad y, ante el maltrato, te caes. De los golpes perdí un embarazo. En una oportunidad me sacan al patio en plena lluvia. Me acompañaba un alférez. Lo vi tan joven que me apenó y le dije: “Qué pena que vos siendo tan joven estés metido en esta porquería”. Porque los militares antes, en el Uruguay, no eran mal vistos. No les decíamos despectivamente “milicos” como después. El muchacho entonces me miró, se sacó el capote y me lo puso por arriba. Después yo me enteré de que estuvo mucho tiempo arrestado, a rigor, por ese gesto. Nunca pude averiguar su nombre para agradecerle. Cuando me liberan me soltaron en un baldío en Propios e Instrucciones y me dijeron que iban a matarme si los denunciaba.
Para salir me obligaron a firmar un papel donde aceptaba que no me habían hecho ningún daño. En esa época yo pensaba que las denuncias contra el trato de los milicos eran exageradas. Yo recuerdo discusiones con Zelmar al respecto. Yo había participado en muchas movilizaciones, antes del golpe, y me tocó ir presa. Pero nunca nos pegaban. Sólo nos tiraban agua. Incluso teníamos un cantito: “Queremos ver a Mucio (jefe de policía) colgado de un buzón, y a mil quinientos canas con las tripas al sol”. Pero no pasaba nada grave. La brutalidad de la dictadura era impensable en esa época, anterior al golpe de estado.
APU: ¿Cómo fue tu proceso de ruptura con el Partido Colorado?
G.R: En la Junta Departamental yo venía votando con el Frente Amplio. Acordate que el Partido Colorado había pasado a ser controlado por Pedro Bordaberry, el hijo del dictador. Una diferencia fundamental fue que Bordaberry había suprimido el capítulo de género del programa de principios del Partido Colorado. Ese capítulo lo habíamos escrito con otras compañeras del Partido. Yo ya le había anticipado a José Amorín Batlle, con quien yo colaboraba en la interna del Partido, dentro de la Lista 15, que en el balotaje yo no iba a votar por Luis Alberto Lacalle Herrera, el padre del presidente actual. El herrerismo siempre fue la derecha del Partido Nacional (blanco) y enemigo acérrimo del batllismo. De manera que en el balotaje yo voto al Frente Amplio, a Mujica, y en junio de 2010 me afilio al Frente Amplio. En realidad, yo había pensado en dar ese paso y abandonar la militancia política. Pero varios amigos me convencieron de que continúe la militancia política en el Frente. No sólo porque en el Frente me necesitaban, sino porque la militancia era mi vida. Desde mi niñez yo acompañaba a mi padre dentro de la Lista 15. Realmente en el Frente Amplio se sintetizan los ideales del batllismo. Yo siempre digo que el batllismo está íntegramente dentro del Frente Amplio.
Por otra parte, en la militancia contra la dictadura se anudaron sentimientos y lazos entrañables con muchos amigos y compañeros de la izquierda. Vos sabes que yo siempre participé en los actos de la seccional 20 del Partido Comunista, en homenaje a los ocho mártires fusilados por la dictadura. Lo hice desde que se recuperó la democracia, cuando aún no podía suponer que iba a abandonar el Partido Colorado.
APU: Quería tocar ahora una cuestión que representa una vieja herida para el peronismo. El 16 de junio de 1955 se produce el primer intento de golpe militar contra Perón. Fue una jornada trágica. Varios aviones de la Marina bombardearon la Plaza de Mayo asesinando a más de trescientas personas, entre ellos casi 70 niños que realizaban un paseo educativo a la Plaza y al Cabildo. La masacre quedó impune. Se trata de un récord mundial. Nunca, en ningún lugar, sucedió algo parecido. Ni Hitler se animó a tanto. No obstante, los pilotos asesinos huyeron con sus aviones hacia Montevideo y acá fueron recibidos como héroes…
G.R: Mira, yo no te puedo dar una respuesta cabal, por desconocimiento del tema, pero si te puedo decir que la mayoría de los uruguayos interpretaba, en ese momento, que el peronismo era una dictadura. Se hablaba de represión, pero nunca se probó nada. Sabemos sí que la mal llamada “revolución libertadora” fusiló mucha gente y proscribió por años al peronismo.
Los que hasta hoy mantienen un sesgo antiperonista, gorila, como le dicen ustedes, son nuestros enemigos, como el actual presidente Lacalle Pou y el conjunto de la rosca herrerista, pachequista, que lo sostiene.
Creo que es muy importante repensar el pasado. Lo que te puedo decir es que los batllistas y los peronistas defendemos a las empresas públicas, combatimos las privatizaciones, defendemos el respeto a las leyes laborales y, en definitiva, luchamos contra la oligarquía y contra la sumisión al imperialismo. Esto marca que hay un ancho cauce para la colaboración entre nuestros movimientos.
APU: ¿Cuáles serían los ejes políticos de la próxima campaña para recuperar el gobierno?
G.R: Primero la derogación de los artículos de la LUC (Ley de Urgente Consideración) que limitan los derechos laborales. Contra la reforma jubilatoria en marcha, elitista y reaccionaria. En materia de educación, garantizar la participación de los docentes en la administración educativa. El desempleo ha crecido, hay que fomentar el desarrollo de un país productivo. Tenemos que ir a la unidad de América Latina para que nuestra zona se proyecte como una potencia regional en la arena mundial. La declinación del mundo unipolar dirigido por la alianza anglo yanki, y el surgimiento de un mundo multipolar, ofrecen nuevas perspectivas y posibilidades para un desarrollo independiente.
APU: Este año 2023 es crucial para la Argentina. Con las elecciones, el intento de asesinato a Cristina y el Poder Judicial que intenta proscribirla ¿Cómo ves este panorama?
G.R: Creo que Cristina tiene que asegurarse un vasto movimiento de apoyo que garantice la unidad y fortalecimiento del Frente de Todos. Hay que evitar cualquier planteo que pueda ser visto como una radicalización. Se trata de contraponer lo hecho durante los doce años del kirchnerismo contra el desastre provocado por el macrismo. Esa es una gran ventaja. Se trata de contraponer realizaciones concretas, contra mentiras y promesas en el aire.