“Es muy difícil asumir una posición populista en Europa porque el aparato mediático te mata”
Por Juan Ciucci
APU: En su participación en el encuentro “El pueblo y la política. Homenaje a Ernesto Laclau”, mencionaba las dificultades para definirse populista en Francia.
Christophe Ventura: Es muy difícil porque en Francia pero en toda Europa, populismo es una palabra capturada por el establishment para descalificar a todas las propuestas políticas que ponen en el corazón del debate la democracia, la radicalización de la democracia como herramienta para la emancipación de la sociedad. Son acusados de populismo, que no es dictadura ni fascismo, aunque puede serlo. Es populismo como mentira, una propuesta mentirosa de un líder a un pueblo, demagogia, manipulación de las masas, autoritarismo, promesas imposibles para los pobres. Así denominan a las fuerzas que están en contra del sistema, y entonces por eso tenemos una batalla muy dura y que por el momento hemos perdido entre las fuerzas de izquierda en ruptura con el neoliberalismo, y las fuerzas de derecha que están en contra del sistema y la oligarquía, no del neoliberalismo. Entonces dicen que el populismo es la derecha, y es muy difícil tácticamente asumir una posición populista porque el aparato mediático te mata, literalmente. Te dice “populista, quieres manipular a la gente, tu programa es imposible, tus amigos son peligrosos en América Latina, mira Chávez cómo fracasó, mira argentina y los jueces asesinados, la confusión de los poderes”. Es una mezcla muy sofisticada, muy fuerte en la sociedad. Los que utilizan este tipo de discurso son los “populistas de mercado”, les digo yo, los que quieren defender la preponderancia de los mercados y de los sectores financieros, en contra de un pueblo que tiene que quedarse muy lejos de la decisión.
APU: ¿Cómo pensar esto desde la izquierda, al comparar con espacios latinoamericanos que no vienen de esa tradición?
CV: La izquierda en Francia está dividida, no se encuentra cómoda con el tema. Rechaza la acusación del sistema, entiende que con la campaña antipopulista se trata de descalificar a la izquierda. Y otro sector hace una defensa del populismo, porque dicen que el ataque del sistema es que quiere matar a la izquierda, los que dicen que para superar la crisis se necesita más democracia, más antagonismo en la sociedad, debate, fuerzas sociales, fortalecimiento de los sectores organizados. Eso es lo que la oligarquía llama populismo, “somos eso”, pero al mismo tiempo no asumen el populismo como una categoría semántica y política, porque en varias tradiciones de izquierda hay susceptibilidades ante la idea del líder, del liderazgo fuerte. Del Estado, también. Tenemos sectores de la izquierda que la alternativa se construye en la sociedad, de un modo autónomo del Estado. Es un debate que permanece, que avanza, no se asume pero no hay un rechazo. Lo que encarna el populismo con respecto al compromiso democrático, la percepción del estado de la sociedad en cierto momento, entender los las relaciones entre los sectores sociales y las instituciones, entender la disponibilidad por la política de un pueblo; si eso es populismo, yo soy populista.
APU: Ayer mencionaba tres caminos que debe seguir la izquierda en este camino por construir también una idea de Pueblo.
CV: Nuestra necesidad es reconstruir un proyecto país, dentro de un proyecto continental. Necesitamos construir un discurso que pueda movilizar a grupos, sectores, personas que están dispuestas al cambio, pero que no tienen un compromiso ideológico con la izquierda. Hay muchas luchas, la gente no esta dormida, pero no tiene confianza en la política tradicional. Ni en los partidos de izquierda, porque fueron gobiernos que hicieron políticas neoliberales, especialmente Hollande. Existe un compromiso con la abstención, con estar por fuera de la política. Cuando nosotros, el populismo, plantea la necesidad de repolitizar. Es por eso que yo creo que el populismo tiene un contenido movilizador, es al mismo tiempo un método, un aparato conceptual para diagnosticar la situación de una sociedad, y un método para construir mecanismos dinámicos con los sectores disponibles pero que no son parte de la izquierda. En este marco, cuando el Frente Nacional construye un discurso nacional sobre la idea de un pueblo étnico, que tendría derechos superiores a los de otros que viven en nuestro país pero que no son franceses, necesitamos credibilidad para construir un pueblo político. Los tres motores que necesitamos son, primero, la recuperación del Estado como herramienta para la política, para tener una influencia en la globalización, para impulsar brechas en el sistema y crear así un balance de fuerzas. Segundo, la soberanía popular, radicalizar la democracia significa recuperar y fortalecer la soberanía popular, en todos los asuntos que tienen que ver en la evolución de la vida del pueblo, crear las condiciones de autonomía muchos sectores en la sociedad pero con un Estado que puede asegurar la igualdad. Y tercero, la justicia social, que diga que la prosperidad es posible, si compartimos las riquezas; y que el problema no el es africano o el árabe, el problema es el banquero. Pero esto planteado no como moral, la izquierda en mi país aparece como una especie de sujeto moral, “somos de izquierda, tenemos un corazón más grande que los otros”, y la derecha juega mucho sobre eso. Tenemos que construir un discurso en que la justicia es eficaz como herramienta de construcción de la prosperidad de la sociedad. La política no sólo se hace en el trabajo, cuando se lo tiene, se hace por fuera del lugar de trabajo, se hace en el mundo de la precariedad, en la cultura, en los movimientos sociales. Eso tenemos que articularlo, no es fácil, no hay una receta, pero hay disposición política para hacerlo. Y allí es que entiendo la utilidad del populismo a la vez cómo aparato conceptual y como método.
APU: Antes mencionaba la cuestión del líder, en Suramérica comprendemos la necesidad de ese alguien que encarne la voluntad popular, y que motoriza los proyectos políticos que se dan en nuestra actualidad. ¿Cómo es que analizan esa figura?
CV: Hay un conflicto con esa figura dentro de la izquierda. Yo soy de los que están a favor, entiendo de la necesidad de esas personas, y ciertas condiciones en donde su papel juega un rol muy importante. Es un tema de debate, son concepciones de la política como sujeto colectivo, y no hay una adhesión natural al liderazgo de una persona.
APU: Escuchando su intervención en las jornadas me venía esta vieja idea de Fanon de no esperar nada de Europa, y hace rato que no esperamos mucho de allá. ¿Qué esperan ustedes de Europa, tiene algo renovador que ofrecerle al mundo?
CV: Pienso que Europa va a tener un papel muy importante en el futuro del sistema mundo, es un punto nodal del caos global Europa, y se va a jugar aquí. Entonces cero que hay un desafío enorme para construir fuerzas preparadas en la izquierda populista, que debe jugar su papel. Si las cosas andan mal en Europa es un drama para todos, es necesario apoyar en Europa a las fuerzas que luchan en contra de la matriz de la austeridad, y de la matriz autoritaria.
APU: ¿Le parece que puede aparecer algo renovador? Por ahora, parecen espacios resistentes.
CV: Es un momento complicado, por un lado vemos el ascenso de espacios reaccionarios en todos los países. Pero a la vez hay una visibilidad nueva de que el sistema se mueve de un lado al otro. Un día Tsipras cae, al otro día aparece Corbyn. Nadie podría saberlo, cuando una llama está débil aparece una nueva. Porque los pueblos necesitan encontrar opciones de salida positivas para ellos, concretas. Eso no se va a terminar, vamos a ver todo el tiempo este juego. Debido a que tenemos que enfrentaros a un aparato reaccionario superfuerte, que está radicalizando la situación.
El caso Tsipras, no ceo que él haya traicionado. Creo que fue un momento muy complicado, en el que también tomó algunas opciones falsas, como creer que se podía creer un frente con Francia e Italia por ser países socialdemócratas. Eso fracasó completamente, e incluso fueron los gobiernos más duros del continente. Esperaba también una gran solidaridad de los pueblos, que tampoco la hubo. Creo que no preparó la salida o la amenaza de salida de la Zona Euro, que sino las cosas hubieran sido completamente diferentes. Creo que pensaba que era posible quedarse dentro del Euro y negociar la salida de la austeridad dentro del Euro. Fue su compromiso, pero no sólo de él sino de toda la izquierda europea, pero esa estrategia fracasó. Y creo perdió por eso. Él dirá que ganó tiempo, “mejor conmigo que con ellos”, es cierto que para los griegos es mejor Tsipras que la derecha. Vamos a ver si pueden surgir otras respuestas progresistas, es el debate que tenemos. Lo que puede ofrecer Europa es la demostración de que todavía se necesita la tenacidad. Cuando pensábamos que ante toda esta muerte no hay nada que hacer; no, todavía la vida regresa. Estamos débiles, estamos luchando, pero tenemos algunas ideas, algunas experiencias, y poco a poco podremos avanzar. Estoy muy esperanzado.
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