“Israel no puede extender el castigo al conjunto de la población de Gaza”
Julian Aguirre es politólogo egresado de la UBA y especialista en Medio Oriente e Islam, además de que puedo conocer el conflicto en el territorio al viajar a cisjordania en 2016, y visitar varias ciudades de Palestina.
En diálogo con Agencia Paco Urondo habla sobre los fundamentalismos religiosos, el mundo árabe, y las proyecciones de una guerra, en principio, sin salida.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué estaba pasando en GAZA?
Julian Aguirre: Hoy en día la Franja de Gaza es el escenario de una catástrofe humanitaria, crítica en materia de los elementos más fundamentales para garantizar el bienestar o, mejor dicho, una existencia mínimamente comprensible para las personas.
Ya antes de los episodios del ataque de Hamas, de hecho abundan los informes por las sanciones de las Naciones Unidas, las ONGs, agencias sanitarias locales; la situación sanitaria crítica, la situación de alimentación crítica, de extrema pobreza, de extremo desempleo, la falta o déficits críticos en materia de acceso a servicios básicos como gas, agua potable y electricidad.
La Franja antes del sábado pasado contaba con tan sólo cuatro o cinco horas de electricidad diaria, lo cual es una gran obstrucción y una gran disrupción para el funcionamiento pleno de hospitales, escuelas, servicios de comunicación y de elementos básicos. Desde entonces, es el blanco de la sexta operación israelí de gran envergadura en los últimos 16, 17 años, como represalia de las acciones que ha cometió el movimiento Hamás en coordinación con otros grupos que operan en esa zona.
No sólo fueron acciones militares sino que hubo decisiones del gobierno israelí de interrumpir por completo la provisión de electricidad, agua, gas, el ingreso de alimentos y otros insumos básicos, lo cual a una situación ya de por sí desesperante que solo promete extenuar aún más la situación durante estas operaciones.
APU: Netanyahu igualó este ataque de Hamás con los perpetrados por el Estado Islámico.
JA: No quiero incurrir a simplificaciones por una cuestión de respeto a los tiempos, ahí hay un montón de características que diferencian al Estado Islámico del movimiento Hamás u otros movimientos de ideología islámica.
Sí es cierto que la brutalidad de las acciones, especialmente el ensañamiento de los grupos que penetraron el perímetro defensivo israelí y cruzaron al territorio, el ensañamiento con población civil especialmente son de una naturaleza que uno no puede sentirse más que consternado, más allá de que hayan atacado a blancos militares o hayan emprendido acciones de enfrentamiento con unidades militares israelíes.
La decisión o el método de ejercer un gran daño que -sin dudas- será traumático y dejará profundas marcas en las poblaciones israelíes afectadas como en la sociedad en su conjunto por los años venideros.
Son sin duda un antes y un después de por sí un proceso, una situación, un escenario o un conflicto, como queramos llamarlo en el que lamentablemente abundan las tragedias, abundan los abusos hacia civiles, abundan los crímenes de guerra, de lesa humanidad, abundan todo tipo de vejaciones y es tristemente un capítulo más que se suma a esta larga cadena de acontecimientos.
APU: Según las primeras imágenes, Hamas atacó con combatientes a bordo de motos y parapentes: ¿Cuál es su poderío militar concreto?
Tiene un poderío militar y una fuerza militar adiestrada y equipada que ha demostrado una gran capacidad de inventiva como la puso en práctica al superar la que debe ser una de las barreras, una de las fronteras, más monitoreadas y protegidas en el mundo, o al menos así se jactaba el gobierno israelí y sus funcionarios de Defensa, Inteligencia y Seguridad. Hay un incremento del impacto político psicológico y de seguridad de la penetración de esta frontera, lo cual es uno de los momentos más sorpresivos para el Estado de Israel en décadas.
La comparación y el paralelo que se ha establecido ha sido con la guerra de octubre del 73, cuando también en aquel entonces los mandos políticos cívico militares en Israel se vieron sorprendidos por una ofensiva coordinada por Egipto y Siria en aquel entonces, que puso en tela de juicio un montón de preceptos y de garantías que parecían dadas por sentados por parte del liderazgo israelí y que fueron un poco quebradas y que, luego, asumirían el gobierno Israel una fuerte crisis de imagen y de legitimidad de su propia población.
Eso es un elemento a tener en cuenta en las semanas que vendrán independientemente de la faceta militar de estas acciones, el impacto como ya dije, psicológico social y político en la reputación y en la imagen y legitimidad del gobierno israelí ante su propia sociedad. Así como ante otros actores de la región donde el efecto, el poder disuasorio, la proyección de fuerza, esa imagen de la cual se jactaba el gobierno israelí de poseer uno de los sistemas de Defensa, Inteligencia, monitoreo y una de las Fuerzas Armadas más eficientes y mejor preparadas de la región al menos y entre las mejores del mundo, ha sido puesto en tela de juicio independiente aunque haya sido tan solo por un par de días pero sin dudas con consecuencias funestas y trágicas para las poblaciones situadas.
Y por otra parte de Hamás es sin duda un movimiento donde no hay una simetría de fuerzas, eso tiene que quedar en claro, no hay manera de que la capacidad de combate del movimiento Hamás se equipare siquiera al ejército israelí, al menos en una confrontación directa en campo abierto y eso se vio tan pronto como las fuerzas israelíes se repusieron del shock, procedieron a ganar lentamente o recuperar el control uno a uno de las localidades a pesar de que le ha llevado una sorprendente cantidad de horas, así haya sido por tres días la continuación de los combates.
Entonces eso es un poco el escenario, es sin duda un capítulo que será estudiado por muchos, desde el lado militar, desde el lado político, desde el lado social, y desde el lado histórico, en lo que son los conflictos asimétricos, lo que son los conflictos en nueva generación, en el siglo XXI que a menudo enfrentan actores estatales y no estatales y actores que cuentan con distintos métodos, tácticas y distintas capacidades.
APU: ¿Cuál es la salida?
JA:Hay que entender que hay que contextualizar la situación y tristemente el episodio del sábado no ocurrió de la nada, y no es por justificarlo. Hay que saber manejar esta discusión con la suficiente empatía y sensibilidad como, bien decías, no solamente impacta acá en Argentina por las cuestión de las comunidades e incluso hay Argentinos entre los muertos y los desaparecidos, hay más argentinos y de otras nacionalidades.
Sin embargo uno tampoco puede ignorar el triste presente de una existencia que es miserable, a la que han sido empujados las más de 2 millones de personas que habitan uno de los espacios más densamente poblados del mundo, que ha sido descrita como una cárcel a cielo abierto, en un proceso de constante monitoreo y acoso. Más allá de que podamos identificar operaciones militares de gran envergadura, la población palestina de la Franja de Gaza lidia con la presencia militar israelí continuamente, ya sea en la obstrucción al acceso al mar que ha impactado en una región que era tradicionalmente pesquera, como todo pueblo de costa.
Hoy es imposibilitado siquiera de tener una economía marítima por su cuenta, que ha sido mantenida en una condición de hambreamiento, por así decirlo. La palabra asedio -muchas veces- se ha usado para describir la situación en la franja y es muy sintética de la situación y que deviene de un muy complejo proceso donde interactúan intransigencias de determinismos políticos, hasta ideológicos en los liderazgos del movimiento Hamás pero también en el liderazgo político israelí, en el gobierno israelí que ha pretendido durante estos últimos 15, 16, 17, 18 años continuar con este status quo, satisfacerse con este estatus quo pretendiendo que podría contener o mantener a raya la situación, que no habría un desborde.
Como bien decía una columna de una revista de israelí, una revista independiente que la recomiendo “972 magazine”, esa percepción de calma que se rompió brutal y traumática mente para la sociedad israelí, era un lujo que la población de Gaza desde hace ya casi dos décadas no ha podido acceder, porque es una de las poblaciones que ha estado sometida en sucesivas operaciones militares de grande envergadura, sin haber tenido un proceso adecuado de reconstrucción. No sólo de su infraestructura sino de su propio tejido social.
Es una población donde las múltiples organizaciones civiles, públicas e internacionales que trabajan en materias de salud registran por ejemplo un alto caso de afecciones psicológicas, incluso entre menores por el hecho de crecer sometido a tanta violencia, tan cotidiana y a un escenario de tanta privación.
Y tristemente este escenario de privaciones es parte de un estatus quo de un falso equilibrio, un equilibrio muy endeble y que el sábado se quebró pero que para muchos era un equilibrio al fin y principalmente para el gobierno israelí, que pretendía continuar con sus políticas, con su concepción de la seguridad de los intereses nacionales israelíes, sin hacer parte de la responsabilidad que le cabe de acuerdo al derecho internacional como poder ocupante y recordemos que es así como es clasificado el Estado israelí, es una potencia ocupante de un territorio ocupado que es el de los territorios palestinos. Por lo tanto, le corresponden ciertas responsabilidades, compromisos y obligaciones, tanto en los momentos de entre muchísimas comillas, calma, como lo que había más o menos hasta el sábado de forma muy frágil, como incluso también durante las acciones militares.
Por ejemplo lo que estamos viendo ahora, el pedido de justicia ante una acción terrorista tampoco puede ser entendido como una carta blanca para lo que lamentablemente ya hemos visto, lo hemos visto en años anteriores y lo estamos viendo ahora en vivo y en directo como es el bombardeo premeditado de lugares de culto, hospitales, escuelas e incluso instalaciones construidas por las Naciones Unidas.
Estas acciones y estas decisiones dirigidas a restringir el acceso de la población a servicios fundamentales lo cual recae bajo la figura del castigo colectivo, donde vos por más reprochables que sean las acciones de un grupo específico que hoy en día se ha hecho con el poder en la Franja de Gaza, ya desde hace casi dos décadas, por más reprochables que hayan sido sus acciones y condenables por el propio derecho internacional, no podes extender ese castigo al conjunto de la población gazatí.
"El pedido de justicia ante una acción terrorista tampoco puede ser entendido como una carta blanca para lo que lamentablemente ya hemos visto: bombardeo premeditado de lugares de culto, hospitales, escuelas e incluso instalaciones construidas por las Naciones Unidas".
APU: Crees que el hecho de los ataques que recibieron los palestinos en la Mezquita de Al Aqsa, incluso dentro de la mezquita, influyeron en este ataque, por la viralización de estos videos en el Mundo Ärabe.
JA: Me parece que hay que complejizar acerca de calificar esto como un conflicto meramente religioso, eso demandaría una discusión más profunda que a lo mejor los tiempos de los medios o el límite de las redes sociales no nos permiten tener, lamentablemente.
Lo religioso ocupa un lugar en la construcción de la identidad nacional de ambas poblaciones, en el programa político y en el horizonte político de actores de gran peso en ambas sociedades, entre ellos el movimiento Hamás, como también los partidos políticos que comprenden la coalición de gobierno que encabezan el propio Netanyahu, bajo el partido Likud, partido conservador y nacionalista donde ha adoptado elementos de un nacionalismo mezclado con aspectos religiosos de la identidad judía en su interpretación de la identidad nacional judía israelí, que incluso han chocado con interpretaciones de corrientes políticas anteriores dentro del movimiento sionista.
Esto es un debate historiográfico que merece mayor desarrollo, estoy tratando de condensar la explicación pero que en razón de las últimas crisis políticas que se han vuelto cada vez más frecuentes en el sistema político israelí, de la necesidad de conformar alianzas parlamentarias para sostener el gobierno en un parlamento sumamente fragmentado, donde abundan una cantidad de pequeños partidos y donde las dificultades para establecer una agenda conjunta ha llevado a menudo a crisis de Gobierno.
Este último gobierno ha tenido una gran capacidad de incidencia en la construcción de agenda en materias tan sensibles como la seguridad, el control de los territorios en Jordania, la política hacia los lugares sagrados en la explanada de las mezquitas, el control mismo de la ciudad de Jerusalén, con la decisión del gobierno estadounidense durante el período de Trump, de reconocerla como capital de Israel. Esa fue una gran victoria diplomática y política para estos grupos.
También, la aprobación de la llamada ley de Estado Nación, que cristaliza y establece el carácter judío del Estado Israelí, como algunos grupos que proporcionan esta ley lo levantaron, este carácter judío del estadio Israel y muchas veces se defiende desde un carácter excluyente por no decir en algunas ocasiones supremacista, teniendo en cuenta que estamos en un país donde el 20% -y estas son cifras oficiales del censo israelí- no es judía.
APU: ¿Esta nueva geopolítica permitió los ataques a Israel? ¿Es este crujir del mundo que ya pasa en Ucrania, en Äfrica y en otros puntos del globo?
JA: Es llamativo que este año estamos ante tres aniversarios significativos para el tema del que estamos hablando, 75 años de una parte de una población celebra y conmemora como la creación del Estado de Israel, el hogar nacional para el pueblo judío y lo que otra parte de la población experimentó como la Nakba, que en árabe significa: la catástrofe, que significó el desplazamiento forzado de cientos de miles de personas y lo que algunos -incluso israelíes- han señalado como la limpieza étnica de numerosas poblaciones previo a la creación del Estado de Israel.
Ya son 50 años de la guerra del ´73, este ejemplo, este paralelo que se ha marcado a la hora de analizar lo que ocurrió el sábado, donde se quebró una idea de realidad garantizada, un status quo pretendido por el liderazgo israelí y que sus consecuencias políticas y sociales habrá que ver y podrían tener ramificación por varios años.
También, 30 años del inicio de los Acuerdos de Paz de Oslo, negocioaciones celebradas por mucho incluso por las propias sociedades israelí, también por Palestina por una mayoría con enorme esperanza y con enorme alegría y que venía a traer con el telón de fondo del fin de la guerra fría, del inicio de un nuevo orden internacional de gobernanza liberal y de nuevas instituciones.
Fue esa foto tan feliz, donde se lo veía a Bill Clinton amigando por un lado a los líderes palestinos e israelíes bajo el patrocinio de los Estados Unidos, parecía traer una nueva realidad, un vuelco de página a esta historia que tuvo entre sus distractores a varios protagonistas de este enfrentamiento, porque recordemos que el movimiento Hamás denunció como ilegítimos esos acuerdos de paz, pero también elementos de la derecha israelí, entre ellos el propio Netanyahu y entre ellos varios de los miembros y partidos del actual gabinete de su gobierno.
Entonces paradójicamente actores que buscaron dar por tierra con esos acuerdos, hoy en día tienen un gran peso a la hora de definir el curso de estos acontecimientos acá, en este momento, en 2023 y para unirlo a la pregunta que me hacías, es también parte de esto que se ha llamado de la crisis del multilateralismo, de las instituciones de gobierno internacionales, esta dificultad en la que se ha roto con ese optimismo, precisamente que para muchos marcó o anunció una parte de la década de los 90, que avizoraba nuevas normas y nuevas reglas para entendimiento para la resolución de disputas y conflictos entre las sociedades en la crisis de ese sistema de reglas, en la imposibilidad para encontrar horizontes comunes, consensos, en torno a cómo proceder es que lamentablemente vemos muchas veces que cuando los conflictos no se resuelven se desenvuelven el de la forma más tortuosa.
Y lo estamos viendo con la reedición de una serie de conflictos que parecían congelados o que parecían prolongados: el conflicto entre Rusia y Ucrania tiene sus raíces también en elementos anteriores que se remontan a esas décadas; el conflicto que hemos visto entre Arzerbajan y Armenia; aunque no estoy equiparandolos a todos, estoy diciendo que la prolongación y el estallido cada vez más violento y cada vez más recrudecido de estos conflictos también dan cuenta de una situación sumamente inestable y volátil del mundo ante la incapacidad de permitirnos entre las sociedades, entre nuestras instituciones, que hemos creado, entre un orden mundial totalmente asimétrico donde tiene actores sumamente poderosos y capaces de condicionar el juego y actores cada vez empujados a los márgenes de la desesperación, vemos muchas veces que la volatilidad se expresa de la forma más cruda.