César Milani: “Quiero y espero que este gobierno dure menos de cuatro años”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con César Milani, ex jefe del Ejército, quien analizó la actualidad del gobierno de Javier Milei y Victoria Villaruel.
Agencia Paco Urondo: ¿Usted es cordobés?
César Milani: Sí, de Cosquín, a pesar de que políticamente no tengo ninguna coincidencia en grande con el peronismo cordobés. No con todos, pero con los que manejan el peronismo en Córdoba, que no es peronismo. José Manuel de la Sota era otra cosa, tenía un nivel bastante más importante que los dirigentes actuales. Mi sobrino es presidente del Consejo Deliberante en Cosquín por el peronismo, toda mi familia es peronista. Mi hermano falleció a los 63 años por un parkinson que lo venía matando hace tiempo.
Mi padre fue candidato intendente en Cosquín, presidente del Consejo Deliberante y del Partido Peronista en el Valle de Punilla, también estuvo preso un año en la revolución de 1955. Mi suegro fue diputado nacional constituyente, preso dos años. Por eso cuando Villaruel habla de terroristas tiene que hablar de todos, no sólo de las organizaciones de los 70, que nacieron en el 55. Tiene que hablar de los terroristas aviadores que bombardearon Plaza de Mayo, que fusilaron en 55, y todavía tienen familiares. A ellos también tendría que rendirle homenaje si quiere decir “toda la verdad”, pero no. A ella le interesa partir de los 70 por el comunismo y que ahí nacieron Montoneros y el ERP. No tiene nada que ver lo otro, ni los gobiernos militares de facto, ni la proscripción, ni las cárceles, ni los fusilamientos ni los bombardeos a Plaza de Mayo.
APU: ¿Villaruel le parece nacionalista?
CM: No, de nacionalista no tiene nada. Ninguna característica distintiva. Ha apoyado en forma sistemática y permanente, no nos confundamos, todas las políticas que ha impulsado el gobierno desde el punto de vista político, económico y social, especialmente lo que hace a Ley Bases, el RIGI, la ley fiscal y todas las demás cuestiones que tuvieron que pasar por el Parlamento. Tuvieron el apoyo total de ella. Una persona que apoya todas estas leyes, la destrucción del Estado tal cual la planteó Milei, porque nunca dijo nada en contra, la privatización de YPF, Aerolíneas, de los recursos naturales estratégicos de nuestro país, de las grandes empresas e instituciones como el INTA y Fabricaciones Militares, no se puede llamar nacionalista.
Villaruel es una nacionalista de cartón, miente absolutamente cuando se quiere poner el tinte de nacionalista, simplemente, porque abraza algunos militares. Les dice que son buenos y los comunistas eran los otros. Se queda con ese discurso pequeño y egoísta y quiere ganarse el título de nacionalista y sumar algunos peronistas, desinformados o con mala intención, que pretenden o visualizan que ella podría formar parte de algún espacio nacional en nuestro país. Ningún espacio nacional y popular puede incluir a Villarruel.
APU: ¿Lo dice por Claudia Rucci y la foto con Isabel Perón?
CM: Por supuesto, y por algunos dirigentes peronistas que sabemos que la están promocionando y hablan bien de ella. Hay que hablar igual que se hace de Milei. Lo acompañó en su campaña electoral y lo viene haciendo hace mucho tiempo, así que exactamente igual.
APU: ¿Considera que si le pregunto a familias vinculadas el Ejército se van a sentir más cerca del gobierno que del peronismo?
CM: En las familias de militares de los grados superiores, generales, coroneles, tenientes coroneles, corre absolutamente y es verdad. Creo que no se da lo mismo en los grados intermedios y bajos, oficiales, suboficiales y soldados, y es muy mucho menor el porcentaje de personal que está apoyando estas políticas. Mucha gente está desinformada, no ve realmente lo que viene con esta avanzada sobre el Estado. Viene la destrucción del mismo, entre ellos la destrucción de la Fuerza Armada como está pasando con Fabricaciones Militares.
APU: ¿Qué está pasando en Fabricaciones Militares?
CM: En el gobierno de Carlos Menem había treinta, quedaron siete u ocho, y ahora este gobierno la está terminando de liquidar. Ya empezó con Río Tercero, está amenazando Tandanor y FAdeA, y varias otras están en la mira para ser privatizadas, disueltas o directamente desarticuladas, de tal manera que no tengan ninguna función.
Es lamentable porque los grandes países, ya sean desarrollados o en vía de desarrollo, han mantenido siempre una infraestructura militar y fábricas militares que son lo que proporciona el apoyo necesario para que, en caso de que las Fuerzas Armadas tengan que entrar en conflicto con algún Estado eventualmente por alguna agresión, tengamos posibilidad de ir y conseguir cuestiones que afuera no porque hay privaciones que bloquean armamentos y municiones que pueden venir de Europa por el problema que tenemos con nuestras islas. Todo lo que venden Europa y Estados Unidos a Argentina en materia de defensa pasa por el filtro de Gran Bretaña.
APU: ¿Los F16?
CM: Los F16 no representan en absoluto un peligro para ellos, no seamos tan ingenuos. Esto es únicamente marketing y alineamiento incondicional de Milei y del gobierno con EEUU, Gran Bretaña e Israel. Ese es el trípode que hay y en base a eso actúa el gobierno. Quiero decirle al pueblo argentino que no se equivoque, ninguna de las cuestiones que está haciendo el área de Defensa es para causarles algún problema o dolor de cabeza.
APU: ¿Cómo se reconstruye el vínculo con los militares? ¿Sirven los ejércitos?
CM: Por supuesto, hay algún intelectual progresista que ha intentado en algún momento decir que para qué existe la Fuerza Armada si no tenemos hipótesis de conflicto. En principio, tenemos un enemigo real en frente a 600 km de nuestra región, ocupando nuestro territorio. Hace poco estuve en una disertación donde conmemoramos los ochenta años del momento en que Perón fue a disertar a la Universidad Nacional de La Plata inaugurando la cátedra de Defensa Nacional. Perón decía que todas las naciones son satisfechas o insatisfechas. Las segundas siempre van a querer satisfacerse de lo que le falta y las primeras resguardar lo que tienen. Cuando la diplomacia avanza y ha hecho todo lo que tiene que hacer, y las cosas no salen políticamente, hace falta atrás un poder de disuasión importante, que lo da la fuerza militar.
APU: Ni siquiera implica enfrentarte.
CM: Claro, por ejemplo, a los ingleses. Tenemos esto y esto así que empiecen a preocuparse. No se van a preocupar porque en este momento hay un alineamiento incondicional del gobierno a EEUU, Gran Bretaña e Israel. Cuando cambie, imaginemos que nosotros compremos 48 aviones a India o Pakistán de la misma categoría del F16, tenemos veinte años seguros. También están los mecanizados, que son muy buenos y comprobados en el terreno, y brasileros, aunque no me inclinaría por ellos sino más por los chinos.
Son vehículos que a nosotros nos vendrían muy bien. China y Pakistán nos daban armamento y provisión de material militar con tres años de gracia, pero con diez de financiamiento. Cuando le compras a Canadá, que es material fabricado en EEUU pero lo puede tener otro país, lo pagas y lo financian ellos como ellos quieren y ya sabemos cómo es eso.
APU: ¿Qué opinión le merece Luis Petri como ministro de Defensa?
CM: Para lo único que está es para hacer política porque quiere ser gobernador de Mendoza. Es un ignorante total respecto a las Fuerzas Armadas. Es un improvisado porque las decisiones que toma no las puede tomar alguien como él, que tiene un poquito de conocimiento. Lo peor de todo, es un irresponsable porque querer meter a las fuerzas armadas, por ejemplo, en el marco interno contra el narcotráfico y terrorismo es de una irresponsabilidad catastrófica. Los países que han hecho, Perú, México, Colombia y otros, han sufrido las consecuencias. No sólo las fuerzas armadas sino especialmente la población civil.
Hay centenares de muertes, masacres, porque más allá de la corrupción que ha habido, no tienen límites cuando actúan. Están preparadas, equipadas, instruidas y desplegadas para actuar en forma violenta con armas letales, no preventivas, para matar. A todo el pueblo argentino hay que decírselo. Estamos preparando a nuestros soldados para matar a un enemigo que quiera invadirnos. ¿Pensamos que podemos usar los tanques para correr a los mapuches? Dice organizaciones terroristas pero, ¿cuáles son? Nadie las conoce, no están identificadas.
APU: No está probado.
CM: Poner tanques a correr mapuches o soldados y helicópteros a intervenir en Rosario contra el narcotráfico son delitos federales. Para ello hay fuerzas de seguridad federales, como la Policía, Gendarmería, Prefectura, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y cientos de miles de efectivos a nivel provincial que tienen que dedicarse al tema. Argentina, por cantidad de habitantes, es uno de los países que tiene más alta cantidad de personal de seguridad para delitos comunes. Sin embargo, quieren utilizar las fuerzas armadas.
APU: ¿Por qué?
CM: Porque les está sacando las misiones principales, que son defender la soberanía, sus recursos naturales estratégicos, sus fábricas, sus empresas del Estado, y al pueblo argentino. Si le sacamos eso, ¿qué le damos? Desjerarquicémosla y que vayan a correr a los delincuentes, al narcotraficante y a los que ellos llaman terroristas. Es una cuestión bastante peligrosa definir terrorista a cualquiera. Puede ser el que da vuelta un auto frente del Congreso y lo incendia, que no sabemos si fueron realmente manifestantes o la policía.
APU: Pasaron casi cincuenta años de la última dictadura y no podemos salir de la discusión en torno a las fuerzas armadas, que en algún punto son funcionales a un modelo colonial.
CM: Por supuesto. Tengo toda la esperanza de que este gobierno tenga un plazo muy acotado, cuatro o menos años, siempre dentro de las vías constitucionales. Quiero y creo eso. Lo que ha pasado con las Fuerzas Armadas es un tema político y sociológico. Han nacido con la patria, porque el ejército nació el 29 de mayo, cuatro días después. Le debe todo, sus principales héroes son los principales de la patria. Nuestros caudillos federales, aunque este gobierno los niegue, defendieron nuestro territorio, desde Manuel Dorrego en adelante. Juan Manuel de Rosas fue el artífice de lo que podría haber sido, pero no fue, un desastre para nuestro país. La flota franco-inglesa entrando impunemente en la principal vía de navegación.
APU: ¿Qué pasó con la familia militar?
CM: Iría a 1955, había una brecha muy importante. Quizás el 60% estaba con Perón y el 40% no, pero quizás tenía tanques, aviones y otros elementos. Si Perón hubiera querido dar la batalla, como la dio Hugo Chávez en Venezuela, no sé si se hubiera ido del país pero hubiera habido muchos muertos. Si ustedes me preguntan, sabrán cuál es la respuesta, pero también acepto que no quería muertos en nuestra patria. Podía sufrir el pueblo argentino, entonces prefirió irse. Ahora, prefirió irse y nosotros sufrimos veinte años de persecución y fusilamientos. Los muertos estuvieron igual.
Los medios de comunicación han influido en forma determinante desde aquella época en adelante, desde que se le cargó a Perón que andaba con una chica de 14 años e incendiando iglesias. También se le había dicho a Eva Perón que era una mujer de cabaret. Todo lo que olía a nacional y popular las grandes clases dirigentes, los grandes terratenientes, y las grandes corporaciones lo atacaban y utilizaban los medios de comunicación. Eso empezó a pegar en la familia militar, que era básicamente muy católica, conservadora y, por ser militar, muy obediente de sus mandos militares.
APU: ¿Pero dónde pegó más?
CM: Cuando se produce la finalización de la Segunda Guerra Mundial EEUU inició un proceso, que hoy lo podríamos llamar batalla cultural, sobre los ejércitos de Latinoamérica de una forma desmedida. Yo en parte lo he vivido en los años 70. La intromisión de las Fuerzas Armadas, y de EEUU en las mismas, fue terrible. He visto que hayan recibido a instructores de distinto tipo y muchísimos oficiales han ido a hacer curso en distintas oportunidades.
En todo, está lo otro: venimos a defender la parte buena de Occidente, la familia, la Iglesia y los valores tradicionales. No venimos a defender a las dictaduras, entonces ustedes tienen que apoyarnos ya que en frente a nosotros está el comunismo, los ateos y los que vienen a corromper. La familia militar ahí se involucró más. Fue in creyendo y terminó en 1976. Cuando llegamos a 1983 y los políticos argentinos, incluso el peronismo, ¿qué hicieron con las Fuerza Armadas?
APU: ¿Qué ocurrió?
CM: Ese era el momento que había que incorporarlas a los grandes movimientos nacionales, ni hablemos de la de derecha que miraba y señalaba, pero las ningunearon, sacaron presupuesto y bajaron sueldos. Ni las reequiparon. Las hacían responsables de lo que había pasado en el 70 cuando ya quizás habían pasado veinte años, quedaba poca gente. Hoy todavía siguen. Fue una dictadura cívico militar, no sólo militar, pero arrinconaron a la familia militar más todavía, que entonces le dio razón a los otros. Vienen y nos pegan, incluso el peronismo.
He tenido grandes problemas en las Fuerzas Armadas defendiendo mis ideas, que son básicamente nacionalistas. Soy un nacionalista que milita en uno de los movimientos dentro del campo nacional, que es el peronismo. Hay otros más, pero el mío es el peronismo. Tengo que reconocer que pasó eso y que las fuerzas además se sintieron ninguneadas. A mí me tocó, cuando fui jefe del Ejército, soportar un poco el peso de ese ninguneo que venía de muchos sectores de izquierda, del centro y especialmente progresistas.
APU: Se refiere a Horacio Verbitsky.
CM: El progresismo en general no le ha hecho bien en los últimos años ni al campo nacional ni al peronismo ni a las Fuerzas Armadas. Al contrario, diría que han provocado una reacción y es la que estamos viendo ahora: la reacción desmedida de un loco que le quita a las personas discapacitadas sus posibilidades, a quienes tienen cáncer no les dan lo que necesitan o desprestigian y acusan a las minorías.
Todas estas reacciones que se dan ahora fueron producto de toda esta gran sobreactuación que no conducía a nada. Tenes que dar las batallas, pero las importantes. Sabíamos lo que podía pasar. ¿Cuál es la batalla importante? El pueblo argentino, la pobreza, la indigencia, la fábrica, nuestras grandes empresas. Firmar el documento de género en los niños no era importante. Está bien, más adelante, cuando terminemos con los problemas grandes de la Patria.
APU: Entiendo que es muy crítico del gobierno de Alberto Fernández.
CM: Por supuesto.
APU: ¿Y del último desfile militar organizado por este gobierno?
CM: Fue organizado únicamente para una campaña política de gobierno, tendiendo a que la gente crea que iba a hacer cosas por las Fuerzas Armadas. Este año se ha visto que no ha hecho absolutamente nada, sino todo lo contrario. Todo lo que se vio en ese desfile militar se compró en mi gestión, desde el armamento y la munición hasta el equipo individual de los soldados y el tanque en el cual se subieron el presidente y la vicepresidenta. Todos fueron iniciados en nuestra gestión, los proyectos fueron discontinuados por el gobierno de Mauricio Macri, que tenía el mismo parámetro de acción que el gobierno de Milei, aunque este es peor.
Todas estas cuestiones que vieron en el desfile fueron producto de los años de trabajo que hubo en el gobierno peronista de Cristina Kirchner. A partir del momento en que asumí como jefe del Ejército tuve un apoyo total e incondicional de la presidenta y por eso pudimos hacer lo que hicimos. Después no se hizo nada, vinieron ellos y quisieron aprovecharon lo que el peronismo no hizo ni aprovechó. Nosotros compramos un montón de cosas.
APU: ¿Hay algo culpógeno en el peronismo?
CM: Sí, por supuesto. Recuerdo en algún momento que planteé hacer un gran desfile con todo lo que habíamos comprado. Me dijeron que era mejor pasar con Fuerza Bruta y alguna cosa militar. Convoquemos al pueblo argentino, hagamos un gran desfile. El peronismo se nutrió de eso. ¿Por qué estamos negándolo? ¿Por qué estamos quitando al pueblo y a las Fuerza Armadas el poder de unirse un 25 de Mayo o 9 de Julio?
No pasó, lo hicieron ellos. Ahora, después del 25 de Mayo no pasó nada. No hubo reequipamiento, el racionamiento del personal de cuadros, oficial suboficial y soldado, ha bajado en calidad y en cantidad de forma catastrófica. Licencian en parte al personal para que pueda comer afuera. No hubo compra de uniforme, lo que vieron lo compramos nosotros de 2013 a 2015. Los salarios del personal militar tuvieron una merma de entre un 15% y 20% desde principio de año. Además, querés meter las Fuerzas Armadas en el marco interno y en guerras que no nos competen, a 15 mil km de distancia y que no tenemos ningún interés ni nada que ver. Por ejemplo, apoyando a Ucrania contra Rusia o en Medio Oriente, queriendo sobreactuar y regalarse en la forma que quiere hacerlo este gobierno a EEUU. Todo esto ha pasado en el área de Defensa, no ha habido ninguna cuestión que se pueda decir que fue favorable a las Fuerzas Armadas.
APU: El problema con la obra social.
CM: La quebraron, debe 120 mil millones de pesos. Renunció el director puesto por Milei y Petri y asumió otro. Hay un desmanejo infernal. Petri trajo a un médico, Oscas Sagás, como director, quien trajo su tropa de Mendoza. Todos los lunes venían en avión con pasajes y estadía paga, y se volvían el viernes a sus casas. Llegamos a tener este déficit. No vamos a recuperar absolutamente nada porque no les interesa. Los gobiernos liberales se han caracterizado por apañar a los militares, como Menem, pero en la práctica y en lo real no. Yo lo viví a Menem durante toda la presidencia. No hubo reequipamiento, no hubo nada. Lo único que hizo fue palmearles la espalda, ponerles la boina azul y sacar las organizaciones militares de paz, que era lo que quería EEUU.
APU: Por último, ¿en qué estado se encuentran todas las denuncias que le fueron haciendo a lo largo de estos años?
CM: A partir del momento en que me hice cargo, y cuando dije que pensaba y añoraba a unas Fuerzas Armadas, a un Ejército en particular, impregnadas y consustanciadas con un proyecto nacional, para qué nombre “proyecto nacional”, fue una persecución permanente, especialmente de los grandes medios de comunicación y de la oposición. Siempre lo cuento, tuve una entrevista con un alto directivo de Clarín y me ofreció que si terminaba con esta arenga de proyecto nacional e involucrar a las Fuerzas Armadas, y colaboraba con ellos, como la hacía Jaime Stiuso, se me iban a acabar los problemas políticos, mediáticos y judiciales.
Terminó la conversación, no había más nada para hablar. Le informé a quién correspondía, le llegó la presidenta, y a partir de ahí comenzó una guerra mediática, política y judicial. Cuarenta tapas de Clarín, cuarenta de La Nación, miles y miles de horas de televisión y radio hablando barbaridades que se decían sobre mí, tanto de inteligencia, como corrupción y delitos de lesa humanidad. Se armaron ocho o diez causas, aparecieron los denunciadores seriales, como Elisa Carrió, Gerado Morales y José Cano, que siempre estaban denunciando a quien sea del gobierno.
APU: ¿Qué pasó con las causas?
CM: Todas fueron desestimadas, en algunas fui sobreseído y en otras directamente ni me llamaron. De esas quedaron tres, dos por delitos de lesa humanidad graves y una por corrupción, que eran tan armadas al punto que Clarín se fue a La Rioja el equipo de Jorge Lanata y estuvo quince días preparando a los testigos. Se armó la causa, se presentaron los querellantes y estuve tres años detenido. Fui a juicio y fui absuelto por unanimidad en las dos causas por delitos de lesa humanidad y en la de corrupción también. Después en Casación, en segunda instancia, absuelto. La Corte Suprema no va a decir más nada.
Después de tres meses de juicio, cerca de cien testigos, eran barbaridades. Tuve como defensor en una de las causas en La Rioja al doctor José Manuel Ubeira, quien me dijo que no podía creer el nivel de testigo que traían. Increíbles las barbaridades que decían. Yo era subteniente, tenía 21 años cuando pasó todo. Me acusaban de haber detenido a una persona. Nunca jamás me involucraron en torturas ni en desapariciones. La otra fue haber firmado un acta de deserción. No podía creer cuando salían todas estas cosas, pero en todas fui absuelto. No hubo una sola tapa de Clarín ni de La Nación diciendo esto y lo más trágico de este país es que no me llamaron nunca por una entrevista. Ni esos ni algunos de los medios que pertenecen a ellos.