Philippe Leruth: "Es clave garantizar el rol social y democrático de los periodistas"
Por Sergio Ferrari (*), desde Berna, Suiza
Periodista y sindicalista belga, Philippe Leruth (en la foto principal, junto a la comitiva que visitó la ONU) asumió en 2016 la presidencia de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) por un mandato de tres años. Tras su decisión, asumió el compromiso personal de “abrir las puertas de la dirección de la FIP a los jóvenes y mujeres”.
Los tres años que separan su elección en Angers, Francia, y el Congreso que se realizará entre el 11 y el 14 de junio en Túnez -organizado con el sostén decidido del sindicato nacional tunecino (SNJT)-, significaron grandes desafíos para la más importante organización mundial de los periodistas.
Con la satisfacción del deber cumplido, Leruth deja la presidencia pero no renuncia a sus ideales de base: mejorar la seguridad y la protección de sus pares, así como las condiciones sociales en cualquiera de los 148 países donde la FIJ está presente. En estos últimos 36 meses ha realizado viajes de solidaridad por el mundo entero –adaptándolos a su siempre intenso trabajo cotidiano de periodista-; promovido una nueva Convención sobre la seguridad y la independencia de los periodistas; y propulsado una Carta Ética para la profesión. Todo esto, sin olvidar su siempre activo rol de sindicalista en la propia redacción del periódico L’Avenir, que incluyó conflictos, huelgas y espinosas negociaciones con los editores.
Estos tres años en la presidencia de la FIP se corresponden con una etapa de grandes desafíos internos para la Federación, así como retos políticos/sindicales para los periodistas del mundo entero. ¿Podría indicarnos un logro interno importante para la FIP?
Mi principal motivo de alegría es el proceso de reconciliación en África. Los sindicatos miembros africanos de la FIP estaban muy divididos hace tres años. Y para cumplir mi compromiso de trabajar a favor de una organización fuerte y unida, me propuse como tarea esencial la de renovar el contacto con ese continente. El proceso fue largo, fue necesaria mucha paciencia. Claro, no fui el único a promover este objetivo. Finalmente, el Congreso de la Federación de Periodistas Africanos realizado en Jartum, en diciembre del 2018, marcó esta reconciliación general.
Además, y siempre en el plano interno, considero que la estabilización de las oficinas regionales de la FIP fue un logro importante. Le ahorrará, sin duda alguna, preocupaciones en el futuro a mi sucesor o sucesora.
¿Podría indicarnos algunas de las iniciativas más significativas de la FIP en durante su mandato?
Otro motivo de satisfacción fue la puesta en marcha de un proyecto de Convención sobre la seguridad y la independencia de los periodistas y los trabajadores de la prensa. Y, en particular, la movilización que pudimos promover entre las organizaciones y las federaciones sindicales internacionales en apoyo de la misma. Incluido el interés que con respecto a esta iniciativa pudimos crear en las Naciones Unidas. Hay que subrayar que, en esta esfera, también, el trabajo fue muy colectivo. Y recordar que hay todavía un importante camino por delante para que el texto sea adoptado en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pero hemos dado ya el puntapié inicial y este proceso está en marcha…
Y con respecto a su intervención en tanto presidente de la FIP en situaciones de conflicto…
Incluyo las acciones de apoyo más específicas que pude aportar a nuestras asociaciones miembros y a los periodistas en general, en Colombia, en Mauritania, en Palestina, por nombrar solo algunos ejemplos concretos.
El ejercicio de la profesión se ve amenazado por turbulencias de todo tipo: la seguridad de los hombres y mujeres de prensa en su trabajo, la concentración de los medios de información (con ajustes de personal y deterioro de las condiciones diarias de trabajo), ataques contra los lanzadores de alerta y el servicio público de la información, entre otras. ¿Cuáles son, a su entender, los retos más desafiantes a los que confronta la FIP?
Los desafíos de futuro para la FIP son enormes, pero los podríamos resumir en una frase clave: garantizar el rol social y democrático de los periodistas. Esto supone hacer todo lo que esté en nuestras manos para garantizar la seguridad de los periodistas y su libertad en todo el mundo. Pero me refiero a una libertad global. Es importante que los textos jurídicos y los instrumentos legales garanticen esa libertad, pero si los periodistas no son correctamente remunerados por su trabajo, esta libertad es ilusoria. En ciertos países, por ejemplo, en África subsahariana, hay que luchar por obtener un salario para los periodistas. En Europa, hay que asegurar, por ejemplo, un medio para garantizar el salario de los periodistas que trabajan en los sitios web y, en especial, todo lo relativo a la redistribución del derecho de autor.
Debemos evitar el desmantelamiento de las redacciones, así como reivindicar las conquistas y el mantenimiento de los derechos económicos y sociales esenciales, en todas partes del planeta. Sin embargo, este desafío no lo puede asegurar solo la FIP. Y una de sus tareas principales es la de promover la formación de los periodistas en la defensa de sus derechos y ayudarles a organizarse. Debemos recordar a todos que la acción sindical de base promueve la implementación de medios para defender sus derechos. Por ejemplo, pagando una cotización a su sindicato o asociación. Y también movilizándose en defensa de sus derechos. Es seguro que recibirán el sostén de la FIP, pero sin esperar que la sede en Bruselas promueva cada una de las actividades. Cada periodista, sindicato y asociación son actores de sus propios destinos. Y es esencial, en todo caso, recuperar la estabilidad financiera de la FIP para poder continuar con este compromiso.
En el preámbulo del programa 2019-2022 de la FIP, que se debatirá en el trigésimo Congreso a realizarse en los próximos días en Túnez, se habla del periodismo profesional y ético en su sol de piedra angular de la democracia y la libertad. ¿Qué significa tal afirmación en concreto en la actual realidad mundial?
Esta frase hace referencia al contexto global de la información gratuita y no verificada que circula en la web, que propaga, muchas veces, sin el mínimo control, falsas noticias y rumores. Frente a tal situación, el futuro de los periodistas dependerá del valor agregado que ellos y ellas aporten para asegurar una información veraz, verificada y fiable. Sin embargo, el público que no paga tiene derecho a una información veraz en virtud de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre que considera el derecho de información como fundamental. Y es una responsabilidad de los periodistas, del poder público y de las empresas de prensa, reflexionar a esta problemática esencial para encontrar pistas y soluciones.
(*) Habitual colaborador de esta AGENCIA, Sergio Ferrari es periodista independiente y copresidente del Sector Prensa de SYNDICOM, sindicato suizo de la comunicación y entidad miembro de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).