"Revolución", un libro que hace honor a la fuerza de su título
Lo primero que me sorprendió del libro de Carlos es la claridad y contundencia de su título: Revolución. Si bien el subtitulo enfoca o circunscribe el tema es muy significativo haber elegido este nombre, Revolución, nuclear en los temas que aborda.
Y lo es por varias razones de peso y que se van abriendo en abanico a lo largo de sus páginas.
El libro se articula en tres ensayos que se complementan y se sostienen sin perder su perspectiva anticolonial y antiimperialista. Van desde el sentido y la razón anticolonial de la palabra misma –Revolución- que da título al libro, sigue con la relación dialéctica entre Rubén Darío y Sandino y el pueblo como cruzamiento de palabra y acción de la Revolución y por fin en el tercer ensayo situar el eje histórico en la figura de Sandino y su actualidad.
Y es sobre todo notable el enfoque y la elección del título, porque está escrito desde el lugar luminoso de la Victoria, de la lucha y los grandes logros alcanzados por la Revolución Sandinista.
Lo que llamo espíritu de victoria se siente en la escritura y en la óptica con que se narra y se debate cada tema, en el marco del proceso revolucionario sandinista que ha transformado profundamente a Nicaragua y a su pueblo que es el sujeto de esta transformación y como no, también a toda Nuestra América.
Una óptica -la de la Victoria- que es hoy más que necesaria para contrarrestar la letanía letal (valga la redundancia) del imperialismo que promueve e inocula la decadencia y el espíritu de la derrota, tergiversando y demonizando los esfuerzos y los logros de los pueblos decididos a ser soberanos.
Desde esta óptica y con el optimismo lógico que nace de un proceso revolucionario en marcha y transformador, el primer ensayo, “ Revolución, contribución del Sandinismo al concepto”, hace un profundo análisis del significado –histórico y actual- de la palabra Revolución, mostrando el sentido anticolonial y antiimperialista de la propia palabra Revolución en Nuestra América, una diferenciación muy importante para situar y traer hasta nosotros el prolongado combate de más de quinientos años de los pueblos que resistieron y resisten al imperialismo. Y que en la Nicaragua Sandinista han triunfado.
Abre el debate sobre el lenguaje y sobre el enfoque eurocéntrico de historiadores y politólogos que han utilizado el concepto “revolución” de manera nada inocente sino como un instrumento de formación del “sentido común” que impera y es aceptado como dogma en Occidente. Enumera los diversos bautismos de la palabra revolución, el modo en que se la desgasta, se la carga de significados contrarios a los que corresponden, como sucedió por ejemplo con la primera gran Revolución antiesclavista en América: Haití.
La palabra revolución sufre además, como bien señala el autor, una especie de deformación por adición, revolución de colores, revolución de la alegría, revolución libertadora, etc. etc. “… siempre con el objetivo de diluir la palabra, difuminarla, como si no hubiera frontera entre Revolución, motín, rebelión, revuelta, levantamiento, golpe de estado…” , una estrategia muy utilizada en la academia, los medios, la propaganda, la política colonial que no solo roba vidas y recursos sino y especialmente sentidos y modos de pensar y vivir.
El debate que el autor propone es intenso y más que necesario para consolidar no sólo los grandes logros materiales de la Revolución sino para ampliar el campo de lo que Guevara llamaba la construcción del Hombre nuevo, dueño de su destino y de su conciencia soberana y colectiva.
De allí que a través de este libro se estructure con fuerza la necesaria mirada y el análisis anticolonial, capaz de poner en cuestión a historiadores como Hobsbawm -y tantos otros consagrados por la academia europea-para desnudar con paciencia y datos históricos serios las posturas/imposturas eurocéntricas.
Decía Lewis Carroll que las palabras tiene dueño.
En estos ensayos se trata de reapropiarse del sentido histórico de la palabra Revolución desde la Revolución en marcha y con la clara conciencia de que el camino revolucionario implica también una revolución en el lenguaje y en el espíritu de la humanidad.
Un libro breve, pero imprescindible en este tiempo donde desde las maquinarias perversas de la propaganda y la cultura capitalista pretenden ocultar y desfigurar las grandes victorias de un pueblo que ha sabido sintetizar su historia, avanzar de la mano de Darío y Sandino y del Frente sandinista para alumbrar el presente y el futuro de Nuestra América.