Amadeo Carrizo, el más grande
Por Santiago Asorey
Domingo trece de Abril del 2014. La tarde fría de otoño en el Estadio Monumental se vuelve cálida con la emoción de Amadeo Carrizo con lágrimas en los ojos ante el homenaje ensordecedor de los hinchas de River.
Carrizo se acomoda entre los jugadores para la foto, tiene sesenta años más que la mayoría de los jugadores del River actual. El homenaje tiene algo de justicia poética. La cara del arquero todavía tiene la ilusión que solo el Monumental les da a los jugadores que visten el manto sagrado. Bajan los aplausos de la tribuna San Martín y Belgrano, de la Sívori y la Centenario. El hincha de River aplaude de pie a la leyenda viviente que cumple 88 años, vestido como arquero de antaño una vez más. El hombre récord que cumplió los 521 partidos defendiendo el arco de River (veinticuatro años consecutivos 1944-1968) el mismo día que cumplió 8 partidos seguidos sin recibir goles (769 minutos).
El hombre que jugó con uno de los equipos mas importantes del siglo: que vivió desde adentro a los cinco gigantes de "la Máquina" (José Manuel Moreno, Félix Loustau, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Juan Carlos Muñoz). El arquero bicampeón y tricampeón del fútbol Argentino (nueve títulos ganó Carrizo en total).
Las historias del arquero mítico son parte de la historia grande del club, que tiene todavía intacta la gloria de haber ganado al Manchester City y al Real Madrid en sus tierras. Elegido como el mejor arquero Suramericano del Siglo XX según la IFFHS y distinguido como uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol mundial. Carrizo es amado por el hincha de River, es el símbolo del ídolo hincha, solo comparable con Ángel Labruna. Él ídolo que lloró con el descenso pero que nunca dudó del fuego de River para atravesar las tinieblas y resucitar.
Con la selección Argentina ganó la copa de las “Copa de las Naciones" ante equipos como Brasil, Inglaterra y Portugal. Fue uno de los primeros arqueros en usar guantes de forma sistemática y patentar gambetas con un juego de pie poco común para esa época. Su historia es parte de la memoria colectiva del hincha de River, que se transmite de generación a generación y que lo llevó a ser distinguido actualmente por la Comisión Directiva como Presidente Honorario del Club. Pero no hay titulo honorífico que alcancé para dar dimensión de este jugador que esta tatuado en las paredes y en el corazón del monumental. Carrizo es leyenda.