Ángela Lerena, una voz para la narrativa del juego
Por Diego Kenis
Con victoria ante Ecuador como local y por 1 a 0, la selección argentina de fútbol masculino inició este jueves 8 su camino en las Eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022.
El debut albiceleste acercó una novedad histórica: la transmisión de la TV Pública contó con la participación de Ángela Lerena, la primera comentarista mujer en un partido televisado del conjunto nacional. Es lógico entonces que haya tenido más repercusión en la previa que cualquier especulación táctica o pronóstico al voleo, de esos habituales del café.
Lerena no es, por cierto, la primera en participar de equipos de transmisión ni en comentar partidos. Pero su nombre quedará asociado a la ocasión en que una mujer logró romper los límites de un espacio simbólico y significativo, siempre reservado y estrecho: tevé y selección nacional, partido oficial y rol de comentarista, al que la marquesina televisiva coloca en un sitial superior a otros que ella ejerció anteriormente, como presentadora y cronista de campo. En este último se destacó especialmente, refutando que sea necesariamente un terreno de obviedades y preguntas que se responden a sí mismas.
Lo más notorio de su presentación en los comentarios fue el léxico. Nuestros discursos se estructuran por todo aquello que somos, pero posiblemente pecaría de simplista, tal vez hasta de exagerado, adjudicarlo sólo a su condición de mujer. Sobre todo, sería injusto. Con ella misma: el lenguaje expresa no sólo una forma de presentar el juego, que ya es mucho, sino de entenderlo en su esencia, para poder compartirlo. Cuando además se distingue de lo habitual, lo repetido y naturalizado, muestra una decisión explícita.
Salta a la vista, o más bien a los oídos: esta comentarista no cuenta los errores como si fueran elecciones voluntarias e individuales del último jugador en tocar la pelota. Tampoco utiliza términos bélicos, algunos tan naturalizados por su uso que lucen diluidos o pasan desapercibidos. Artillero, ofensivo, ataque, remate. Parecen naturales en el fútbol y se convierten en sexuales en la tribuna, siempre con eje en el poder y la dominación. Aunque justo es decir que este sayo no cabe a todos los comentaristas, es bastante común y extendido.
En cambio, las intervenciones de Ángela construyeron este jueves una más amable y mejor escucha del partido. Intentar, crear, asociarse, jugar: son mejores palabras. “Recuperar”, más linda que “quitar”. Lionel Messi las usa, siempre las prefirió. Extrañamente, con todas las cosas que se han dicho sobre él, en general no se marca ese rasgo tan distintivo. Punto para retomar: las respuestas al término del partido merecen escucharse más, o mejor.
Privilegiar un vocabulario en un discurso público no se reduce a simple elección estética, a saborear sonidos o a una tómbola del diccionario.
En este caso, supone nada menos que recuperar la constitutivo del juego. Eso: un juego. A veces se nos olvida, y los lugares comunes caen con especial impiedad sobre Messi. Nadie juega para perder, pero si lo lúdico se resigna bajo el dramatismo todo costará el doble y se disfrutará la mitad.
Pragmatismo, también: el “negocio” más conveniente para la selección argentina es intentar jugar, porque tiene al mejor del mundo. Ahora también cuenta con una voz de mujer que acerca mejores palabras para contarlo.