Con el arco Chiquito y el corazón enorme

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Con el arco Chiquito y el corazón enorme

10 Julio 2014

Por Ulises Castaño

Empezás el día raro. Todo raro. Crees que el resultado del partido que se va a jugar dentro de 8 horas depende de todo lo que hagas desde que te levantas hasta ese momento. Que hasta el más mínimo detalle puede influir de manera definitiva: la elección de esas medias y no otras, esa remera, ese calzoncillo. Y eso que vos no crees ni tenés cábalas, da igual, a esta altura…

Así, -no vos, sino jirones de tu vida-, llegas al partido.

Ahora, si esperas un análisis de una semifinal de mundial que te afecta desde que te levantaste, no podes verla sentado, que sale 0 a 0 en los 90, sigue así durante el alargue, y se define por penales en una escena que te parte la cabeza por lo conocida, como un dejavu, y ahora además se vienen otra vez los alemanes, como en aquel Italia 90, quedáte esperando. Además, todo análisis de un partido definido por penales es, antes que nada, injusto. Se suele empezar por el final, en este caso por lo inevitable: el goycochesco Romero atajando el primero y el tercero a un equipo que desde los doce pasos venia con chapa de cuco. Contra Costa Rica por cuartos metieron todos y además sacaron del baul de las rarezas a un experto en el último minuto. Esta vez, el cansancio al que los empujó Argentina les hizo agotar los cambios en los 120, así que el experto se quedó en el baúl, bien guardadito. Y cuando les toco patear el chiquito les tapo el arco. De ahí para atrás, acaso baste con esta suerte de breve inventario de la dignidad futbolística:

Zabaleta con la jeta rota. Termino con un pedazo de trapo entre los dientes.

Biglia con el brazo partido.

Mascherano ¿qué decir de Mascherano que este a SU altura? en una gamba, y Rojo en la otra. Si los encontrabas después del partido entre los dos no haces uno. Eso sí, ninguno de los dos cabe en sí.

¿Que nos faltaba en este mundial? Penales. Acá los tenés. ¿Que nos sigue faltando? Ganarle a Alemania.

Continuará…