El nuevo torneo de AFA: otra burla al fútbol del interior
Por Horacio Bustingorry
A partir de 2015, el torneo de primera división tendrá 30 equipos. Se jugará a una rueda todos contra todos con la repetición del partido considerado clásico. La reestructuración comprende también a los torneos de ascenso; se eliminará la última divisional de los clubes directamente afiliados y, en cambio, seguirán existiendo las tres categorías federales, aunque con otras denominaciones.
Según la AFA este nuevo formato “federaliza realmente la competencia”. Para el organismo “en la presente temporada solamente 4 provincias de las 23 están representadas en la élite y probablemente Mendoza pierda su lugar. Esto nos dejaría un ridículo y partido 3 de 23: el 13 %. Es fundamental federalizar la competencia de élite cuando quien paga los derechos es el Estado y la publicidad en partidos en tandas es estatal”.
Cuesta creer en este argumento cuando ni siquiera sabemos qué equipos van a ascender en la próxima temporada y, por lo tanto, no podemos asegurar que sean clubes indirectamente afiliados. Pero esto es apenas un detalle en relación a la magnitud del problema. Si para federalizar la máxima categoría es necesario sumar diez nuevos equipos evidentemente no se termina de resolver lo estructural. El quid de la cuestión pasa por la diagramación de los campeonatos y su formato, siempre perjudicial para el interior. Esta última restructuración no es la excepción.
Uno de los problemas que afrontan los clubes del interior es lo presupuestario. En este aspecto corren en clara desventaja con los clubes metropolitanos. Categorías equivalentes como la B Metropolitana y Argentino A, o Primera C y Argentino B se diferencian por las distancias que recorren los equipos en un caso y en el otro. Viajes menos onerosos significan mayores partidas para otros gastos, como la formación de los planteles. Lo sucedido en la zona J del Torneo Argentino B ilustra el problema. Tanto Liniers de Bahía Blanca como Atlético Regina de Río Negro, cancelaron sus viajes a Río Gallegos para jugar con Boca de esa localidad, por lo costoso del traslado. El aporte pecuniario que realiza Futbol Para Todos para clubes menos necesitados, debiera contemplar estas situaciones, si realmente la intención es federalizar el fútbol argentino.
Tampoco les va mejor a los clubes del interior en la organización de los campeonatos. No es lo mismo disputar un torneo de 20 equipos como ocurre en la B Metropolitana y en la C que hacerlo en uno de 24 (Argentino A), 136 (Argentino B) o 371 (Torneo del Interior), mas cuando no hay proporcionalidad en la cantidad de ascensos. La cantidad de instancias que debe sortear un club del interior para llegar a Primera no tiene parangón con la situación de los clubes metropolitanos. La restructuración emprendida por AFA no modifica un ápice esta cuestión.
En este punto, es notable la diferencia con los viejos Torneos Nacionales. Estos campeonatos también tenían más de veinte equipos pero el itinerario para que un club del interior pudiera jugarlo era muy simple. Debía clasificar en su liga local, ganar cuatro play off, y ya estaban en la “élite” del futbol argentino. Muy distinto a los trayectos maratónicos que hoy en día debe asumir cualquier club indirectamente afiliado. Estas diferencias deberían llamarnos a la reflexión, teniendo en cuanta que los Nacionales fueron ideados durante el onganiato por un personaje siniestro como Valentín Suárez.
Por si fuera poco, cabe agregar que el fútbol metropolitano elimina una categoría. De esta manera, un equipo que participa en el Torneo Metropolitano C (la categoría más baja según el nuevo formato) deberá pasar solo por dos instancias intermedias hasta llegar a Primera. En cambio, un club del interior tiene que clasificar en su liga y luego pasar por cuatro categorías para ascender a la máxima división. La diferencia en el recorrido, tanto en kilometraje como en pasos deportivas, es desproporcionada. Los clubes metropolitanos viajan menos, gastan menos y les resulta más fácil llegar a Primera. Más que federalizar el fútbol argentino, lo que este nuevo formato propone es facilitarles las cosas aún más a los clubes de Capital y Gran Buenos Aires.
Es evidente, entonces, que el nuevo torneo no beneficia en nada al fútbol del interior. Permanecerán las mismas desigualdades y no habrá facilidades para los clubes indirectamente afiliados. Las instituciones metropolitanas continuarán con la ventaja de realizar menos erogaciones que podrán ser usadas en el armado de equipos competitivos. Todo sigue igual, excepto la conformación de un absurdo torneo de 30 equipos. Del ridículo y de la muerte no se vuelve. El fútbol argentino, el que se juega desde Jujuy a Tierra del Fuego, ya está envuelto en el ridículo. Esperemos que este nuevo formato no sea también su sentencia de muerte.