Gracias por volver

Por Nahuel Placanica

Fue en agosto de 2013 cuando Independiente comenzó su periplo por la B nacional. Todavía sangraban las heridas del descenso cuando el Rojo tuvo su debut frente a Brown de Adrogué. Jamás el inmenso Independiente de Avellaneda se había imaginado en situación semejante.

Masticando bronca, los hinchas esperaban que la camiseta alcanzara para imponerse sobre los rivales, haciendo del torneo una mera etapa de transición. Cuarenta y dos fechas y sesenta y siete puntos después, el Rojo terminaba forzado a disputar un partido desempate contra Huracán por el tercer puesto del ascenso.

Si bien a lo largo del Torneo Independiente ranqueó entre los primeros puestoa de la tabla, fue en la segunda fase que el deseo de volver a primera empezó a peligrar. Tanto Banfield como Defensa y Justicia se habían despegado del pelotón, dejando así sólo una tercera vacante para el ascenso. En esa pelea, entraron Independiente, Huracán e Instituto, que transitaron la recta final jugando con un ojo en los partidos y el otro en el resultado rival.

El conjunto de De Felippe vivió cada cruce de esta etapa como una final. Con empuje y garra, logró dar vuelta tres partidos claves que le permitieron recuperar las chances y sacar del juego a un rival directo como Instituto.

Con esos resultados, Independiente llegaba a la última fecha contra Patronato sacándole dos puntos de ventaja a Huracán. Con un triunfo, se aseguraba el pase a primera. Con el empate, especulaba con el resultado ajeno. Finalmente, el Rojo no pudo con Patronato y fue el Globo el que forzó el partido desempate.

Como en aquella final de año 1994, El Globo y el Diablo volvían a verse las caras frente a frente en un partido definitorio. El de principios de los noventa, era por el torneo Clausura. El de este miércoles, por el ascenso.

Durante el primer tiempo en el Estadio Único de La Plata, Independiente evitó complicaciones en el fondo y logró mantener el orden. Algo que no pudo hacer en todo el resto del Torneo. Con las individualidades de Pisano, la capitanía de Montenegro y el empuje de Mancuello, los del Rojo fueron llevando el partido hasta anotar el primer gol a los 37 minutos de la mano (el pie) de Zapata.

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Para la segunda parte del partido, Huracán se volcó entero al ataque y tuvo varias claras de gol. Fue gracias a los reflejos del “Ruso” Rodríguez que Independiente pudo sostener el resultado en este tramo del encuentro. Una vez más, al Rojo le costaba cerrar un partido y empezaba a tirarse progresivamente hacia atrás.

Viendo el devenir del partido, De Felippe miró al banco y encargó dos cambios. Pizzini por Pisano y Fredes por Montengro. Fue la combinación de estos dos que se encontraron la que dio pie al desahogo. De contra, Fredes puso la pelota a los pies de Pizzini, que se le escapó por la espalda al defensor y marcó el 2 a 0 final.

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Después de meses de nervios, impaciencia, crisis institucional, enojos y angustias, Independiente vuelve a primera, la categoría que nunca debería haber abandonado, en busca de glorias nuevas. Porque la historia lo pide.