Messi y Masche, conducción
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis
El primer tiempo contra los Estados Unidos mostró que tenemos con qué sostener la idea de que podemos golear en casi todos los partidos. Eso pareció darles confianza a los jugadores que subestimaron a su rival, sino no se entiende por qué dejaron presionar a Estados Unidos. El alemán Klinsman consiguió armar un equipo, que no sólo arriesgó, presionó, sino que parece que también les indicó que fueran con el brazo al cuello. Claro que no les alcanzó para mucho más que complicar a los defensores argentinos en la salida. Primero Mascherano, después Messi y por último Lavezzi padecieron un codazo de algún estadounidenses. La inseguridad de Funes Mori, que es la primera vez que consigue llegar tan lejos con la selección como titular, lo llevó a arriesgar muchas pelotas, como también a Otamendi y Mercado. De los cuatro de abajo Rojo es el que menos erra, sale seguro, la entrega al pie. Por esta razón Mascherano bajó de dos, con movimientos de ajedrez, un toque, y retrocedía un poco, otro toque y se acomodaba mejor, hasta que de líbero, retenía la pelota para que el mediocampo se acomode, porque se sintió muchísimo la falta de Biglia. Banegas asegura el pase, pero presionó poco, igual que el Pocho Lavezzi.
A los argentinos más que Messi lo que nos debe preocupar es que estamos asistiendo los últimos tiempos de Mascherano. Al nivel que está podemos suponer que va a llegar a Rusia, pero aunque llegue, su gran diferencial es que tiene una lectura del juego, que hace el pase pensando tres pases antes. Como Riquelme o Maradona, no juegan, leen y están entre los grandes escritores de nuestra historia futbolística. Qué historia, dice un argentino con el que ví el partido, un segundo puesto. Llegamos a la final. Pero perdimos, vuelve a agregar. Siempre pierde uno, pero sólo llegan dos, aunque muchos no lo entiendan.
Messi ayer condujo. En dos momentos se vio muy claro. Pasada la media hora de partido, ni Banegas ni Lavezzi se movían para recuperar la pelota, y Leo bajó hasta el mediocampo para que se ordenaran. Lo mismo hizo Mascherano en más de una oportunidad, reteniendo la pelota simplemente para que sus compañeros se acomoden nuevamente. Los reiterados errores involuntarios de Funes Moris por los nervios, mostraron la conducción de Messi que bajó para hacer rotar la pelota entre Funes Moris, Mascherano, Messi y Rojo, una y otra vez se la daban al ex defensor de River para que tocara y se relajara. Cuando Messi decidió que había terminado el ejercicio, la pelota le volvió a Funes Moris para que saliera tranquilo.
En el segundo tiempo Argentina salió a presionar con sus delanteros, lo que dificultó la tranquilidad con la que salió Estados Unidos durante el primer tiempo. La lesión del Pocho Lavezzi forzó el ingreso de Biglia y con él el medio campo comenzó a funcionar de otra manera, ya que el ex Huracán no sólo recupera sino que también se mueve rápido para asegurarles a sus compañeros un pase, lo que se vio en los toques cortos que hizo entre Messi y Mascherano, lo que fortaleció el medio campo argentino, aunque la defensa siguió mostrándose floja. Salvo Rojo, en el segundo tiempo la defensa argentina continuó mostrando errores. Lo anticipó Martino antes del juego, fallamos cuando nos presionan los delanteros.
Sí, además ganamos cuatro a cero, Messi mostró una vez más la facilidad que tiene para acomodar la pelota en un ángulo de larga distancia, como hizo en el partido contra Nigeria del mundial pasado. El primer gol de Lavezzi fue gracias a un pase por arriba que lo dejó mano a mano con el arquero para definir de cabeza. El tercero también fue un pase por arriba que dejó a Higuaín frente al arquero, que aunque lo intentó, dio rebote y el Pipita la metió. Faltando cinco minutos para terminar, Messi recuperó una pelota que perdieron los estadounidenses abajo y pudiendo rematar, dejó al Pipita otra vez mano a mano con el arco para definir el cuarto y que vaya más tranquilo a la final a sacarse la mufa que le quedó del mundial pasado.