Torneo Final: Pincha el Sabalero

Por Matías Fabrizio

El derby de las diagonales

Con una contra de manual, y posterior gol de Jara, Estudiantes ganó el clásico platense. El gol fue a los 10’ de una primera etapa en la que el Pincha le propinó a Gimnasia un poco de su propia medicina. El equipo de Pellegrino se abroqueló en el fondo, juntó líneas y así le dejó al Lobo la posesión de la pelota y la responsabilidad de hacerse protagonista. Los de Troglio lucieron incómodos ante esas obligaciones, ya que claramente son un equipo caracterizado por presionar, morder y jugar al recuperar la pelota, generando errores del rival. La defensa del León se dedicó, sobre todo una vez en ventaja, a despejar los centros que llegaban, con Schunke y Desábato a la cabeza.

La segunda mitad fue diferente, el Tripero salió decidido, con otra actitud, pero sobre todo con un poco más de claridad. Se paró más adelante en el campo, empujando a Estudiantes contra el arco de Rulli, y empezó a llegar. Román Martínez no se pudo hacer eje ni controlar la pelota, para que su equipo marque el ritmo del juego, y además no extrañe a Verón. De todas formas, Desábato y compañía aguantaron, el partido siguió su curso sin verse alterado el marcador y, como se dijo antes, el Pincha alcanzó la punta.

Empate papal

En medio de la emoción por el primer aniversario del nuevo hincha número 1 de San Lorenzo, el Papa Francisco (Viggo Mortensen perdió el lugar, lógico), el Ciclón recibió en su cancha a Colón de Santa Fe. Fue empate sin goles. Por como viene la mano en esta casi primera mitad de torneo y por lo que se vio en el Bajo Flores, el equipo de Diego Osella fue a buscar el punto. Llego poco y nada al área de Torrico y, por el contrario, a Montoya lo pelotearon. Mucho lo pelotearon.

El Ciclón, claro, si ganaba era único puntero, con doble competencia y todo. Bauza probó con el cuarteto Romagnoli, Piatti, Correa y Blandi de entrada, y puso a Elizari, Villalba y Matos por los primeros tres, pero de ninguna manera funcionó. Ojo, sin ningún lugar a dudas lo mereció, Colón simplemente aguantó, abrazado a la suerte y a su arquero, y pudo “proteger” la punta, aunque ya es compartida.

Los extremos se unieron

No los wines, aunque podría haber sido, porque Newell’s los usa. No, en este caso los extremos en edad, porque el primero de la Lepra ante Racing lo hizo Ezequiel Ponce (16 años), recibiendo un centro entre los centrales, que vaya uno a saber a quién marcaban, y el segundo lo hizo David Trezeguet (36 años), agarrando a Saja adelantado, con alguna similitud al gol de Figueroa a Vélez en el 4-1 de hace algunas semanas.

De esta forma, con goles de sus dos centrodelanteros (Trezegol reemplazó a Ponce un rato antes de su tanto), Newell’s acentuó el pésimo momento de Racing, que marcha último y no tiene ninguna respuesta futbolística que invite a esperanzarse a pesar de los resultados negativos.

Merlo insiste con poner a Campi entre los volantes, como si contra los 19 equipos de Primera lo vaya a necesitar para despejar de cabeza, y atando a De Paul sobre una banda en lugar de dejarlo ser. Lamentablemente, porque nunca está bueno que un entrenador se tenga que ir, sobre todo de un club donde es ídolo, no parece que a Mostaza le quede mucha cuerda, si bien él mismo confirmó post-partido que sigue.

Boca perdió dos puntos

No lo quiso ganar, Boca. Se conformó inexplicablemente con el 1-0, estando de local, tranquilo y contra un rival, como Argentinos, encaminado hacia el descenso. Pifió groso Bianchi, al sacar a los 19’ del segundo tiempo (es decir, faltando apenas menos de media hora) a Luciano Acosta para poner a Rivero. No por el Burrito, sino porque haciendo esa modificación, el equipo automáticamente se paró en su propio campo con dos líneas de cuatro, solamente con Gigliotti parado en ataque, y con un Riquelme que, al margen de tener un mal partido, a los 15’ del ST ya lucía desgastado y como claro candidato a salir. En lugar de liquidar a un rival semi-muerto, Boca lo dejó recuperarse y, luego, se suicidó metiéndose atrás y haciendo tiempo.

Antes de esos últimos 25 minutos de juego, Boca fue muy superior, aunque el gol llegó recién a los 38’ de la primera etapa, vía Gigliotti. Si bien Nereo Fernández se equivocó dejando correr la pelota, pensando que no había nadie por el segundo palo cuando en realidad estaba Acosta, quien dio el pase al medio al 9, el arquero del Bicho fue el culpable de que el marcador no se abriera antes.

En la segunda mitad, Argentinos no tenía reacción, no asustaba ni de pelota parada ni de contra ni con un pelotazo, realmente hizo muy poco por ganarlo o empatarlo. Pero, cortesía de un Boca que se conformó demasiado con la ventaja mínima, el Bicho se empezó a animar y Pisculichi la agarró de primera en la medialuna para ponerla en el ángulo.

Empates

Hubo un par, además del 0-0 entre Colón y San Lorenzo. Arsenal y Rosario Central igualaron en uno, por ejemplo. Furch puso el primero, sobre el cierre del primer tiempo, para los del Viaducto, y Carrizo firmó el empate, faltando 10’ para el final del partido, para el Canalla. El equipo de Alfaro tuvo más intención de ganarlo, buscó con los ingresos de Caraglio y Carrera en la segunda etapa, pero no se le dio. Los de Russo, que no arrancaron de la mejor manera el torneo, se fueron dentro de todo conformes con el punto.

En un empate un poco más entretenido, Olimpo de Bahía Blanca se llevó un punto de Córdoba, ante Belgrano. Claro, hay un detalle. Maggiolo puso el 1-1, de cabeza, recién a los 40’ del segundo tiempo. O sea, el aurinegro estuvo a cinco minutitos y monedas de llevarse los tres puntos. A los 33’ST fue el gol de la visita, de penal, de David Vega. Las acciones las manejó Belgrano, Olimpo llegó un poco más. ¿Estuvo mal la igualdad? Para nada.

Tigre recibió a Godoy Cruz en Victoria y también fue 0-0. Los mendocinos anduvieron mejor, apostando al juego ya sabido, con posesión de pelota abriendo la cancha.  De hecho, una de las figuras del encuentro fue sin dudas Javier García, el golero del equipo de Alegre. Ni Óbolo, ni Castillón, ni Díaz, ni Rodríguez pudieron contra el ex Boca, y de esta manera el partido se consumió sin goles.

La créme de la créme

Para sorpresa de varios, Atlético de Rafaela vapuleó a Vélez 3-1 en el Nuevo Monumental. El equipo del Turu mantuvo estilo y formas, ya que manejó la pelota, se adueñó de la misma y tuvo varias situaciones, al margen del gol de Pratto. El tema fue que Cubero, en posición de primer marcador central, no se sintió cómodo para pegarle a los rivales ni reventarla, y entonces Rafaela se abusó de ello, para ponerse en 38 minutos dos goles arriba. El primero fue de Albertengo, tras pase de Vera, y el segundo del propio 9.

El tercero vino faltando 10’ para el final, en una contra que encontró a Federico González libre en la medialuna, con Sosa adelantado. Con tranquilidad y técnica, González la pinchó. Golazo y locura de la parcialidad rafaelina. Quedaba tiempo para el del honor, nomás, de Pratto, tras agarrar un rebote en el área.

¿Sorpresa?

No, no puede sorprender a nadie que River pierda. Es un equipo medio pelo, que gracias a un par de individualidades, tiene buenos momentos. Pero cuando no le sale, cuando Teo y Lanzini no pueden juntarse y encontrar espacios, no pasa nada.

Empezó ganando, de todas formas. Lindo gol de Carbonero: la jugada vino de la izquierda, Teo la paró, pivoteó y abrió, hacia la derecha, para su compatriota. El volante definió bárbaro: cruzado y bajo, contra el palo derecho de Cambiasso. Luego de esto el Millonario tuvo dos minutos de locura: a los 33’ empató Espinoza de tiro libre, y a los 35’ expulsaron, por un planchazo, a Vangioni. Ahí se desajustó todo para Ramón Díaz e hijo.

La segunda etapa siguió en sintonía y, en dos minutos, Torassa metió el segundo y Calleri metió el tercero. La pasividad de la defensa de River en el 3-1 llamó la atención. Carbonero descontó de cabeza faltando media hora, pero con poca presencia ofensiva por los llamativos cambios de Ramón, el Millo no pudo empatarlo y fue 3-2 para el Albo.

A las 19.10hs de hoy, Lanús y Quilmes cierran la 8va fecha del Torneo Final 2014.