Bahía Blanca: Héctor Gay, el rey de las topadoras
Por Juan Manuel Rosón
Las ferias populares son una forma de paliar la crisis. Entre las calles Estados Unidos y Berutti se encuentra un predio perteneciente a Vialidad Nacional y cedido a la Municipalidad de Bahía Blanca. En este lugar y desde hace unos años funciona la Feria Patito, donde se nuclean más de 400 familias.
La feria ha crecido, cada día es mayor la demanda de feriantes y de público que concurre a ella a fin de intercambiar o vender mercadería. La crisis económica, la creciente desocupación y la inflación galopante hacen que la feria sea un lugar donde muchas familias bahienses logren generar algún ingreso o en algunos casos como único sustento del hogar.
La decisión política del gobierno de Héctor Gay, intendente de Bahía Blanca y perteneciente al espacio de Cambiemos, llevó a que el juez de faltas municipal Ricardo Germani -comprobado miembro de los servicios de inteligencia del Ejército durante la dictadura- emitiera la orden de desalojo en 48 horas.
La orden llegó a la feria el pasado 18 de abril. La movilización de vecinos, feriantes, y la repercusión en las redes sociales logró frenar el desalojo y abrir instancias de negociación.
En la memoria de los vecinos bahienses rondan los dos desalojos anteriores, uno en el barrio Villa Miramar y el otro en el barrio Moresino de Bahía Blanca, por lo que se encuentran en alerta y movilizados para impedir la destrucción de sus puestos.
El intendente Gay, conocido en algunos círculos como “el rey de las topadoras”, sigue sin ejercitar la política como una herramienta de transformación al servicio de los más necesitados, las acciones del ejecutivo municipal siempre corren detrás del incendio que ellos mismos provocan, sin poder articular políticas públicas concretas que lleven soluciones a sectores que hoy se encuentran en situaciones de vulnerabilidad extrema.
En una ciudad donde a la gente cada vez le cuesta más llevar el pan a la mesa, y en donde todas las medidas del régimen macrista son en detrimento de la clase trabajadora, bajar los brazos no es una alternativa: la feria está de pie, la dignidad de los trabajadores también.