¿Boxear a Lucas Carrasco?
Por José Cornejo*
El 16 de septiembre de 2014, hace dos años y medio, el canal TN me invitaba por segunda vez a una mesa debate. Fue a propósito del acto de La Cámpora en el estadio de Argentinos, tres días antes, y el primer discurso de masas de Máximo Kirchner. Era un programa de debate conducido por el Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda, emisión de línea moderada que Canal 13 dio de baja al calor del encumbramiento macrista.
En esa ocasión, compartí mesa con Lucas Carrasco, además de José Natanson y GerardoTato Young. Asistí a los estudios de Constitución pletórico de contradicciones. Primero, porque visitaba el ariete antikirchnerista más importante del país. Segundo, porque ese ariete nos recibía por segunda vez, a diferencia de Canal 7, que no nos dio (ni nos daría) voz a nuestro espacio. Tercero, lo más importante a nivel personal, que compartiría mesa con un sujeto kirchnerista o antikirchnerista según el postor.
Les ahorro visualizar la grabación. Fui impotente para rebatir la catarsis irracional de Carrasco. Para deslegitimar a La Cámpora, y en busca de nuevos sponsors, el entrerriano llegó a plantear desmesuras tales como que el dirigente camporista Andrés Cuervo Larroque había militado en Quebracho. Tampoco pude con las sentencias cómplices de Natanson, que le daban un tufillo teórico a los exabuptos de Carrasco.
Durante los veintipicos minutos que duró el encuentro sentí al menos dos veces la necesidad de pararme sobre la mesa y boxear a Carrasco. Pude reprimirlo porque hubiese quedado como un energúmeno, victimizando al abusador. El colega y compañero Juan Ciucci me había advertido sensatamente que esta era la construcción que Canal 13 esperaba del director de la Agencia Paco Urondo.
Finalizado el programa, Carrasco desapareció a toda velocidad, fiel a su estilo. Me fui frustrado y furioso, con la compañía del también colega y compañero Enrique De la Calle. Nos quedamos procesando el capítulo hasta altas horas de la madrugada, con intervenciones telefónicas del (una vez más) colega y compañero Rodrigo Lugones. Este último, a modo de sublimación, nos regaló este texto.
Posteriormente lo invité a debatir personalmente en una emisión que grabábamos en SUTERH, la primera temporada de APUTV. Carrasco había confirmado pero faltó a la cita, mandándome una foto del hermano Silvia Süller. Para la época, la Agencia ya había bautizado al entrerriano como “el Guido Süller de la militancia”.
Cuando a mediados del año pasado leí las primeras denuncias de violación contra Carrasco, tuve un click. Mi desmesurada furia de 2014 tenía un nombre: estuve frente a un violador. En aquella época, ya circulaban poderosos rumores que se trataba de un abusador de mujeres. Mi inconciente lo sabía pero yo no.
Reconociendo mi animadversión sobre este personaje, consulté a compañeras de la AGENCIA PACO URONDO sobre cómo abordar este asunto. Dicha inquietud abordada por las colegas, en convergencia con el vertiginoso proceso de politización femenina que se está dando, fue la excusa fundante del frente de género de nuestro espacio. Otro ejemplo más que la lucha produce conciencia. Y ese mismo frente (que integran varones, porque no es un espacio “de mujeres”) es el que promovió las reuniones con las víctimas que desembocaron en la denuncia de Carrasco.
Está muy claro que responder a la violencia con violencia solo reproduce la lógica patriarcal. Pero, ¿qué debe hacer un hombre frente a un violador?
* Director Agencia Paco Urondo