La “realidad” en la agenda impuesta de los medios hegemónicos
Por Fernando Latrille
¿Qué es la realidad? debe ser la pregunta básica a formularse antes de comenzar a discutir sobre lo que vemos, oímos o leemos cuando intentamos informarnos sobre lo que sucede en nuestro país. Los masivos medios de comunicación comerciales intentan hacer creer al público al que se dirigen que lo que están viendo, escuchando o leyendo es “la realidad”. No le dicen ni le dirán, que la información o la opinión es un relato de la realidad no la realidad misma, es una mirada que puede variar de acuerdo a los intereses que se persigan; la ideología que tenga el emisor; la línea editorial que toda empresa tiene.
Todo acceso a lo real por ser un mero acceso o camino posible puede ser cuestionado. Es un acceso, no es lo real. Y si se trata de un acceso es porque puede haber otros. Medios y periodistas suelen obviar esto con el sentido de no dejar evidencia que ese nexo que ofrecen entre la realidad y el público, es un relato de la realidad y no la realidad misma.
Si hablamos de la tv, la cámara con sus planos cortos, con sus primeros planos, puede intervenir marcando su intencionalidad de acuerdo a los intereses que ese medio persigue. Esto se vio claramente con el conflicto con las patronales del agro a mediados de 2008, con la resolución 125 que impulsó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (de retenciones móviles) cuando los grupos económicos con disfraz mediático como Clarín, que defendía sus intereses que eran los mismos que el de las patronales, realizaba desde TN y desde Canal 13, planos cortos a los caceroleros que se hacían sentir en algunos barrios de Buenos Aires pero que carecían de masividad, algo que no se notaba ya que la estrategia editorial que respetaba el camarógrafo era intervenir con planos cortos que tenía como fin ocultar la cantidad de pocas personas que había en la movilización y hacer énfasis en los discursos individuales llenos de insultos hacia la CFK.
La información no es noticia, la noticia es un relato de lo que sucedió donde el medio a través del periodista, movilero, camarógrafo, da su versión de los hechos según los intereses que defienda la empresa para la que trabaja.
Era Camilo Taufic quien en su libro “Periodismo y lucha de Clases” nos enseñaba que: “No existe, por tanto, la información por la información; se informa para orientar en determinado sentido”. Y añadía en su análisis algo fundamental a tener en cuenta en los tiempos amarillos que corren: “Que nadie sea llamado a engaño en una materia en que tantos quieren aparecer (los comunicadores burgueses) como inocentes, apolíticos o neutrales. No hay tal inocencia, tal apoliticismo o tal neutralidad. Y es necesario recordarlo y tenerlo muy presente si se quiere utilizar los medios de masa para fines progresistas o revolucionarios”, remarcaba.
El concepto de agenda en términos periodísticos designa un modelo que establece una relación causal entre la importancia que asignan los medios a ciertos temas, y la percepción que tienen las audiencias de la importancia de esas cuestiones. Así, los medios elaboran la agenda con tres aspectos fundamentales: 1) Lograr que se debata un tema. 2) Lograr que un tema no sea debatido. 3) Imponer una definición de “la realidad”.
Expliquemos estos tres aspectos que son esenciales para entender el funcionamiento de los medios de comunicación: lograr que se debata un tema. El tema inseguridad es instalado en la agenda de los medios comerciales, de esta manera la sociedad debate sobre este tema de acuerdo a la definición que los medios imponen sobre el mismo. Es así que en el imaginario de la sociedad la inseguridad solamente se asocia a los robos producidos contra la propiedad privada.
Con respecto al segundo punto que es lograr que un tema no sea debatido, es importante conocer que al mismo tiempo que los medios logran la instalación de un tema y por ende el debate de acuerdo siempre a la mirada que los medios le dan, definición acotada, atomizada, producen que un tema no sea debatido.
Volviendo al ejemplo de inseguridad tan remanente en los medios, el término acotado, la definición atomizada sobre la palabra inseguridad logra que un mismo tema relacionado con la inseguridad no sea debatido, como lo fue en un principio la desaparición de Luciano Arruga que tiene como responsables a la policía de la provincia de Buenos Aires.
El caso Arruga no formó de entrada parte de la agenda de los medios con poder dominante en el mercado comunicacional, incluso recordemos que fueron amigos de la víctima quienes irrumpieron en aquel programa televisivo de CQC para cobrar notoriedad luego de la indiferencia mediática del caso. Que haya sido apartado de la agenda de medios cuando era un caso claro de inseguridad siendo inimaginable pensar más inseguridad que una desaparición física, da cuenta del criterio de selección que toda empresa comunicacional hegemónica ejerce.
Si analizamos el tercer punto que es imponer una definición de la realidad. Como ya se ha señalado la definición de “la realidad” es siempre acotada a los intereses que el medio, la empresa, el grupo económico con disfraz mediático protege. Es así como la fuga de capitales a la que incurren funcionarios del gobierno, grandes empresas con negocios en la comunicación, no entra en la agenda como inseguridad. Esa imposición de la realidad les permite una nueva definición de la palabra inseguridad que no afecte los intereses que ciertos grupos defienden.
Es así, que la repetición de esta definición atomizada se instala en la sociedad dejando cero posibilidad de pensar que inseguridad también es que los funcionarios, empresarios, se lleven el dinero fuera del país y lo depositen en paraísos fiscales o que inseguridad también es que esos mismos empresarios que realizan sus ganancias extraordinarias en el país fugan ese dinero.
Debemos saber que cada tema abordado por una fuente, ya sea para que esté en la agenda o deje de estarlo remite a un campo de intereses políticos económicos que incluye a varios actores interesados que pugnan por imponer una definición de “la realidad” en torno a ese tema. El tema mismo es el producto de esas luchas y de la acción estratégica que desarrollan los actores políticos económicos que tienen intereses. Así, lo que no se cuenta no existe.
“Cuando una persona no puede acceder a los planes sociales o no puede acceder a un servicio por su discapacidad, esa persona no suele advertir que esa vulneración de derechos se produce por las grandes pérdidas que significan para el Estado la evasión tributaria, el lavado por fuga de capitales...”, le expresaba Alejandra Gils Carbó al periodista Martín Granovsky en una excelente entrevista de fines del 2012 para PáginaI12 y eso es así porque nos informamos a través de los grandes medios que fijan agenda, y en esa agenda esos temas no entran ni tampoco la relación de lo que una evasión impositiva implica. Quizás por ir en búsqueda de esos delitos más complejos es que desean deshacerse de Gils Carbó así como también sus aliados medios hegemónicos desean cumplir a la perfección asegurando un blindaje con los tres aspectos fundamentales de los que se ha dado cuenta en este artículo.