Balcones urbanos de la posverdad, por Fernando Esteche
Por Fernando Esteche*. Publicado en la Nakypop.
No protestaron contra el blanqueo, ni por lo bajo. Menos contra el endeudamiento ilegal, y no cacerolearon contra la fuga de divisas. Tampoco protestaron contra la reforma previsional…bueno, miento, en ese caso en lo que atañe a las jubilaciones de jueces y diplomáticos sí que protestaron, aunque ellos no sean jueces ni diplomáticos, ni vayan a serlo jamás, ni ellos ni sus hijos. Esta noche sonaron y aturdieron esas cacerolas, porque eran contra la nada, contra una mentira.
Todas estas noches en este barrio de La Plata se oían tenues aplausos, tímidos, incluso, para el personal sanitario que presenta batalla en esta guerra contra ese enemigo invisible que es la pandemia. Hoy desde los balcones de mi contrafrente aturden bocinas, cornetas, aplausos y cacerolas.
Hoy sacaron todo lo que tenían a mano para manifestarse contra el Plan del gobierno para liberar masivamente a violadores y asesinos, y que estos salgan a robar a las empresas y a las casas de familia, y se roben todo, y mientras tanto el gobierno no pague la deuda externa con la excusa de la pandemia; ¡y entonces el Estado argentino quiebra y vienen los de la Cámpora y nuestro país se convierte en Cuba!
Contra eso está esta gente protestando hoy desde sus balcones urbanos. No protestaron contra el blanqueo, ni por lo bajo. Menos contra el endeudamiento ilegal, y no cacerolearon contra la fuga de divisas. Tampoco protestaron contra la reforma previsional…bueno, miento, en ese caso en lo que atañe a las jubilaciones de jueces y diplomáticos sí que protestaron, aunque ellos no sean jueces ni diplomáticos, ni vayan a serlo jamás, ni ellos ni sus hijos. Esta noche sonaron y aturdieron esas cacerolas, porque eran contra la nada, contra una mentira, fue un cacerolazo desde balones urbanos de la posverdad; y sonaban furiosas y espantadas como si ese fantasma contra el que pelean, además de espectral, estuviera rondando cerca suyo para apabullarlos.
Me sorprendí cuando el presidente de la Nación y luego el gobernador bonaerense salieron a desmentir que hubiera algún plan semejante. Desmentían que existiera lo que no existía. De alguna manera esas declaraciones lejos de llevar tranquilidad a los fanáticos consumidores de las mentiras y las elucubraciones agoreras de Magnetto, llevó la certeza de que era posible, más posible que lo imposible que sonaba en la dulce voz de la tierna Felicitas, la hermana del hombre que mató en su superlancha a una isleña y nieta del ministro que la Sociedad Rural le puso al primer golpista moderno, el General fascista Uriburu.
Siempre me gustó la figura de quijote enfrentando molinos de viento, es la metáfora perfecta para muchas situaciones. Pero hoy pienso que combatir contra un molino de viento puede dejarte bastante maltrecho, lo mismo o peor si lo hicieras contra un verdadero gigante; la diferencia es que al molino inanimado no se puede ni tiene sentido lastimarlo; al gigante amenazante, sí. Hay que elegir las batallas que se dan, no se puede pelear lo mismo con gigantes que con molinos de viento.
Hace falta urgente sino una nueva ley de medios contra el monopolio, por lo menos una ley de responsabilidad editorial contra las mentiras; agitar fantasmas entre gente que sin llamarse Beccar Varela cree cualquier anuncio de conspiraciones cubano venezolanas sin la menor idea de la realidad es harto peligroso.
* Doctor en Comunicación Social en el año 2014 en la Universidad Nacional de La Plata. Profesor titular de la cátedra Relaciones Internacionales y Comunicación (II) de UNLP. Dirigente político militó en Patria para Todos junto a Amado Boudou, Gabriel Mariotto, Osvaldo Papaleo, Martín García, Julio César Urien, Nono Frondizi, Luis D Elia, Hernández Arregui (h), Florencia Prego, Néstor Segovia, Fernando Vaca Narvaja, Adolfo Barja, y otros.