Necesitamos más jóvenes para la Victoria
Por Pablo Ferreyra
La madrugada del lunes nos quedamos catatónicos viendo como Cambiemos casi le empató al Frente para la Victoria y frente al hecho irreversible de la derrota en la provincia de Buenos Aires. Una sola vez el peronismo fue vencido sin proscripción en la provincia y fue luego de una dictadura sangrienta.
¿Cómo fue posible? Para pensar esto hay que situarse primero en la estrategia electoral de macrismo y luego en la de Daniel Scioli.
Hay que reconocer que la fuerza conducida ideológicamente por Jaime Durán Barba acertó en construir una nómina de candidatos relativamente jóvenes y novedosos, la más lograda de ellos es la cenicienta María Eugenia Vidal, una Alicia en el país de la oscuridad y la corrupción que sería el Gran Buenos Aires.
Sin embargo el adversario no triunfa solo por sus aciertos sino también por los errores propios. Seamos sinceros: la gestión de Scioli fue muy mediocre en temas centrales para la vida del bonaerense: escuelas, hospitales y policía. Allí es donde recibió el castigo electoral más duro. Y aún con estos déficits, el gobernador podría haber reconocido límites y duplicar la apuesta.
Desde la ruptura que generó en el 2003, parándose sobre una estructura pejotista conservadora que clausuró en los 90s todas las conquistas sociales que el Pueblo Peronista conquistó con 40 años de lucha (con proscripción y bombardeos, con sangre y fuego), Néstor Kirchner nos enseñó que no hay límites para la audacia. Asaltó la política y se la entregó a los jóvenes. El domingo pasado, César caía ante el puñal traicionero de Brutus otra vez, y esta vez lo empuñaba una clase política mucho más preocupada por su porvenir. Honrosas excepciones (casualmente encabezadas por jóvenes compañeros legatarios de la audacia del kirchnerismo) dieron pelea al macrismo, triunfando en algunos casos o perdiendo por escaso margen importantes municipios. Es por eso que arriesgo a decir que no podemos seguir esperando que aún no se haya definido cuál va a ser el lugar de los jóvenes en el futuro gobierno popular.
Ante la audacia del macrismo, Daniel Scioli respondió con el cálculo conservador de una buena parte de la clase política que aspiraba a atornillarse en sus cargos. Peor aún, las últimas semanas fue confuso con la propuesta del FPV, desde un gabinete muy cerrado y poco representativo del paradigma político kirchnerista, hasta las lamentables declaraciones del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey a favor de los fondos buitres.
Recién en su discurso del lunes al mediodía, Scioli parece haberse reencontrado con la mejor herencia nestoriana. Responder a la audacia con audacia, no con el cálculo. Interpelar a los votantes desde las mejores tradiciones del peronismo, el alfonsinismo, la socialdemocracia. Reafirmar un programa económico productivista y nacional, en contraposición con el que oculta Mauricio Macri.
La juventud y las organizaciones populares hicieron un gran esfuerzo en esta campaña y no hay dudas de que son los que contienen el gérmen de la radicalización y profundización de este proyecto político. Hoy, 27 de octubre, quinto aniversario de la muerte de Néstor, vamos a seguir su camino, militando con más fuerza la fórmula kirchnerista Scioli-Zannini, por más derechos, más profundización, en contra del mercado y la vuelta al pasado entreguista.
Es, en definitiva, como recordaba Máximo el otro día, las fotos de Néstor en las casas no están ahí porque construyera el paraíso, sino porque tenía la audacia de ir por un país mejor todos los días. Ese es el camino que tenemos que seguir para ganar en octubre y en todas las batallas que nos quedan para construir la Patria que queremos.